Los cuerpos de los nadadores tienden a desplazarse más altos sobre el agua simplemente porque están nadando rápido. Cuando los deportistas nadan rápido, el agua que se desvía por debajo del cuerpo tiende a empujarles hacia una posición natural en la que hidroplanean, que no requiere un esfuerzo adicional para mantenerla. De la misma forma, no hidroplanearán cuando nadan más lento simplemente porque la presión hacia arriba del agua que pasa por debajo del cuerpo se reducirá. Los nadadores no deben intentar mantener la cabeza más alta de forma poco natural, ni deben arquear la espalda excesivamente para alcanzar una posición alta del cuerpo. Deben permitir que la presión del agua haga el trabajo para ellos. Los nadadores que llevan la cabeza alta y la espalda arqueada aumentarán el arrastre total entre el 20% y el 35% (Clarys, 1979).
La cara debe estar en el agua con la línea de la superficie en algún punto entre la línea del pelo y la parte media de la cabeza. La línea de la superficie tenderá a estar en medio de la cabeza o más atrás en las carreras más largas y cuando los nadadores tienen menos flotabilidad. Tenderá a estar más cerca de la línea del pelo en las carreras más cortas y cuando los nadadores tienen más flotabilidad.
Los nadadores deben rotar, no levantar, la cabeza hacia el lado cuando respiran porque levantar la cabeza hará que las caderas y las piernas se hundan más en el agua. Cuando inspiran, un lado de la cara debe permanecer en el agua. El nadador representado en la figura 4.12 (véase la página 126) tiene una buena posición de la cabeza cuando respira y cuando su cara está en el agua.
La amplitud de los batidos debe ser de forma que los pies alcancen justo por debajo de la superficie en el movimiento ascendente y sólo ligeramente por debajo del cuerpo en el movimiento descendente. De esta manera, los nadadores no aumentarán el arrastre innecesariamente incrementando la distancia vertical entre la superficie y la parte más baja del cuerpo.
Boomer (1996) recientemente ha propuesto una teoría acerca de la alineación horizontal que se ha hecho popular y que se llama empujar la T. El principio básico de esta teoría es que empujar el centro de flotabilidad, localizado en el tronco superior, hacia abajo en el agua hará que las piernas tengan una posición más alta en el agua. Ciertamente existen investigaciones y apoyo anecdótico para esta creencia (Pendergast et al., 1977; Watkins y Gordon, 1983). Sin embargo, no estoy convencido de que empujar el tronco hacia abajo proporcione alguna ventaja en cuanto a mantener las piernas cerca de la superficie del agua. De hecho, puede interferir con el efecto natural de hidroplanear causado por la presión del agua por debajo del cuerpo. La presión del agua debe proporcionar a los nadadores con menos flotabilidad todo el apoyo que necesitan las piernas cuando nadan rápidamente. De momento, mi consejo sería que los nadadores no deben ni tratar de hidroplanear levantando la cabeza y arqueando la espalda, ni elevar las piernas empujando el pecho y los hombros hacia abajo en el agua. Deben simplemente alinear el cuerpo lo más horizontal posible desde la cabeza hasta la punta de los pies y dejar que la presión del agua por debajo de ellos determine su altura en el agua.
La alineación lateral
La alineación lateral en el estilo libre puede evaluarse mejor desde la vista superior o inferior. El nadador dibujado en la figura 4.22 visto desde abajo tiene una alineación lateral del cuerpo excelente al rotar su cabeza hacia la izquierda para respirar. Sus caderas y sus piernas se mantienen dentro del contorno de sus hombros porque rota todo el cuerpo como una sola unidad desde la cabeza hasta los pies. Siempre que continúe rotando de esta manera, su cuerpo mantendrá una buena alineación lateral tanto si rota hacia la derecha como hacia la izquierda.
Rotar el cuerpo de lado a lado en sincronización con los movimientos horizontales y laterales de los brazos es una técnica importante que ayuda a los nadadores de estilo libre a mantener una buena alineación lateral porque el cuerpo tiende a mantenerse alineado cuando sigue los movimientos de los brazos. Rotar es, y debe ser, una reacción natural a los movimientos de la brazada. El cuerpo debe seguir los movimientos de los brazos, rotando los hombros, el tronco, las caderas y las piernas hacia abajo de un lado cuando el brazo de este mismo lado se desplaza hacia abajo, y hacia arriba del otro lado cuando ese brazo se desplaza hacia arriba. De otra forma, como ya se ha mencionado, las caderas y las piernas balancearán de lado a lado.
Figura 4.22. Buena alineación lateral en estilo libre.
Aunque es posible rotar en exceso, la mayoría de los nadadores rotan demasiado poco. Sólo cuando los nadadores tratan de impedir que el cuerpo rote, los movimientos horizontales y laterales de los brazos arrastran las caderas y las piernas fuera de su alineación. El viejo dicho de que “nadar con una posición plana del cuerpo reduce el arrastre” es falso. Los mejores nadadores de estilo libre rotan continuamente el cuerpo de un lado a otro durante cada ciclo de brazada. De hecho, pasan más tiempo de lado que en una posición plana. Los nadadores de estilo libre expertos rotarán en un rango de 40º a 45º hacia el lado por el que no respiran (desde una posición prona) y rotarán aproximadamente 50º a 60º desde la misma posición prona hacia el lado por el que respiran (Levinson, 1987). Sánchez rota correctamente en la figura 4.6 (véanse las páginas 118 y 119).
El estilo estirado
Recientemente, el gran éxito de Alexander Popov ha causado que algunos expertos hayan recomendado su largo estilo estirado como la manera ideal de nadar estilo libre. El resultado ha sido algunas interpretaciones erróneas de su estilo, particularmente entre aquellos expertos que están recomendando que los nadadores utilicen una brazada parcial “a tirones”. El estilo estirado es aquel en el que un brazo entra en el agua mientras que el otro está desplazándose hacia abajo para el agarre. Quiero desaconsejar la adopción general de este estilo.
Extender el brazo completamente hacia delante después de que entre en el agua ciertamente mejora la hidrodinámica mientras que el otro brazo está completando su fase propulsora. Pero el estiramiento puede exagerarse si los nadadores utilizan un estilo parcial a tirones, en el que esperan hasta que el brazo trasero haya salido del agua y haya iniciado el recobro antes de empezar a desplazar el brazo adelantado hacia abajo para realizar el agarre. Nadar de esta forma extenderá el período de desaceleración que se produce entre el final de la fase propulsora con el brazo trasero y el comienzo de la fase propulsora del brazo adelantado.
Los nadadores necesitan un fuerte batido de seis tiempos para utilizar el estilo parcial a tirones porque tienen que depender de la propulsión del batido durante el período de desaceleración entre las fases propulsoras de los dos brazos. Incluso así, se podría argumentar que desacelerarían menos si el período entre el final de la propulsión de un brazo y el comienzo de la propulsión del otro fuera más corto.
No se recomienda a ningún nadador deslizar con el brazo adelantado después de que el otro haya completado la fase propulsora, pero debe evitarse especialmente en los nadadores que tienen un batido débil de seis tiempos y en los que utilizan ritmos de cuatro o dos tiempos. De la misma forma, deslizar no funcionará para los nadadores que tienen un débil movimiento hacia arriba. Una menor propulsión del batido, o un débil movimiento hacia arriba, combinados con un deslizamiento simplemente producirá una mayor desaceleración entre las fases propulsoras de las brazadas. Por esta razón, hacer hincapié en una larga brazada estirada con una frecuencia de brazada lenta, mientras que pueda aumentar la distancia por brazada, reducirá la velocidad de avance para muchos nadadores.
Para mantener una alta velocidad nadando, los nadadores con un débil batido de seis tiempos o batidos de ritmo asimétrico necesitan utilizar una frecuencia de brazada más