Biblioteca Studio Ghibli: La princesa Mononoke. Laura Montero Plata. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Laura Montero Plata
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788417649524
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que se dirija al Oeste, a un bosque en las montañas donde habita el Espíritu del Bosque, pero le advierte que es un lugar peligroso para los humanos pues quien entra pierde la vida.

      4. El ataque: En lugar de dirigirse al oeste, Shuna parte de nuevo al este con la intención de liberar a Tea y a su hermana. Mata a los mercaderes e intenta liberar a todos los esclavos. Finalmente solo las dos jóvenes abandonan el convoy; los demás están demasiado asustados como para escapar. Los tres emprenden un viaje a la carrera hacia el oeste, perseguidos de cerca por los traficantes de esclavos. Finalmente llegan a un precipicio. Shuna deja a Yakul con las hermanas para evitar que sufran daño alguno durante la refriega con sus perseguidores. Antes de despedirse, Tea le pide que vaya a buscarlas al norte, donde le estarán esperando, una vez que haya regresado del país de los hombres-dioses. Seguidamente, Shuna combate a los esclavistas y logra que un gran número de ellos se despeñe por el acantilado. En ese momento ve una luna gigante, con un extraño rostro que viaja a toda velocidad hacia el oeste. En La princesa Mononoke, Eboshi y los habitantes de la Ciudad del Hierro están transportando su mercancía por un desfiladero en las montañas. En ese momento aparece el clan de Moro y ataca a los viajeros. Los hombres de Eboshi comienzan a disparar y Ashitaka, que se está adentrando en el bosque en ese momento oye los tiros. Moro emprende un ataque sorpresa y despeña a varios bueyes y a sus conductores por el precipicio, aunque Moro resulta también herida y cae al vacío. Ashitaka rescata a dos hombres de Eboshi en el río y ve al otro lado a San, quien está intentado curar la herida de Moro. Ashitaka les pregunta si han llegado a la morada donde vive el Espíritu del Bosque. El clan lupino no responde y se marcha.

      5. En la tierra de los hombres-dioses: Shuna desciende por el acantilado y llega a una playa donde descubre multitud de especies exóticas y animales de gran tamaño. Inicia su exploración del terreno y se adentra en un extraño bosque6. Allí se encuentra con un gigante verde, un hombre-dios, que va a morir al corazón del bosque. Más allá descubre un campo de cultivo, donde estos seres alimentan un monolito gigante con esclavos humanos, acción que les permite cultivar la tierra con las semillas doradas que este mecanismo descomunal produce. Mientras observa, Shuna se da cuenta de que su arma se ha cubierto de flores y hierbas. El príncipe roba un puñado de trigo dorado y emprende la huida. Ashitaka oye gritar a Kōroku; un kodama ha aparecido ante él. Kōroku teme que el Espíritu del Bosque les ataque. Ashitaka decide atravesar el misterioso paraje para salvar la vida del segundo hombre. Multitud de estos seres blancos les señalan el camino ante el pavor de Kōroku. Llegan a un pequeño claro en el bosque donde Ashitaka ve unas curiosas pisadas de animal. En la lejanía, rodeado de ciervos, vislumbra a un majestuoso animal; la maldición de su brazo se agita de forma incontrolable. Ashitaka logra llevar a los dos hombres a la Ciudad del Hierro.

      6. Tea: Shuna logra salir con vida pero pierde todos sus recuerdos, incluso se olvida de sí mismo y vaga sin rumbo fijo. Tea, que trabaja sin descanso en una aldea a las órdenes de una anciana, le encuentra y le da cobijo a hurtadillas. Descubre las semillas y decide plantarlas. Una gran tormenta amenaza la pequeña cosecha, y Shuna y Tea consiguen a duras penas salvarla. Tras este evento el joven recupera su memoria perdida. Los tres jóvenes se quedan por un tiempo en el poblado y después emprenden el camino de vuelta al reino de Shuna con las semillas en su poder.

      Como se puede comprobar en este breve sumario de ambas historias, las líneas maestras de la narración son muy similares en las dos, si bien el último apartado no comparte ninguna conexión con La princesa Mononoke. Es más, se podría decir que toda esta estructura, extraída de El viaje de Shuna, sirve de introducción para la película y que es con la llegada de Ashitaka a la Ciudad del Hierro cuando da comienzo la historia de la película con todas sus subtramas ya definidas.

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      En El viaje de Shuna también aparecerá una referencia que Miyazaki exportaría tanto para El castillo en el cielo como para La princesa Mononoke: la presencia de unos animalitos negros de cola negra y blanca llamados minonohashi. La diferencia que radica entre ambos relatos es el tamaño de éstos, en Shuna son descomunales, en Laputa tienen el tamaño de un perro y en Mononoke tienen una talla similar a la de los conejillos de indias.

      Además del influjo de estos cuentos, también podemos encontrar en Hayao Miyazaki Image Board un relato que presenta la prefiguración del Espíritu del Bosque, recogido en uno de los bocetos del inacabado proyecto de animación de Pipi Calzaslargas (Miyazaki, 1983: 68). Otro lugar donde se pueden encontrar más ideas que el cineasta empleó para su film de 1997 es en el libro Nausicaä de la Vallée du Vent : Recueil d’aquarelles7 donde Miyazaki pone en conexión su versión de La bella y la bestia con el cómic de Richard Corben. Además, aquí se recogen diversos bocetos de otras historias que basculan entre universos de ciencia ficción y mundos medievales. De todas ellas, una en concreto establece una relación tangencial con La princesa Mononoke: Sengoku8 majō [El castillo diabólico de los Estados Guerreros]9. Éste fue precisamente el primer proyecto de largometraje de Miyazaki que Toshio Suzuki presentó a la editorial Tokuma (Suzuki, 2011: 33). Sin embargo, el relato no estaba bien definido; el autor se puso a diseñar bocetos y personajes sin tener claro si debía enmarcar la historia en Mumorachi o en el periodo posterior a la introducción de las armas de fuego. La idea la había empezado a desarrollar cuando se encontraba en la veintena, y narraba las aventuras de un muchacho, vestido a la usanza medieval, que combatía invasores procedentes de otro mundo (Miyazaki, 2006: 146-147). En su momento el proyecto no consiguió tomar una forma definida y Miyazaki lo abandonó, aunque para La princesa Mononoke usaría el diseño del personaje protagonista masculino pero con unas vestimentas completamente diferentes.

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      Boceto de Sengoku majō. Studio Ghibli. 1996.

      A simple vista puede resultar curioso que un proyecto con influencia en la película de 1997 esté recogido en un libro consagrado a Nausicaä del Valle del Viento, pero al observar detenidamente el proceso creativo del director y, sobre todo, la estrecha relación narrativa que comparten ambas obras – Mononoke y Nausicaä–, esta coincidencia no resulta nada descabellada. Hemos de recordar que el origen de ambas historias partía del deseo de Miyazaki de realizar su propia versión de La bella y la bestia, en el caso de Nausicaä con una clara influencia europea del Rowlf de Richard Corben y en el caso de Mononoke con una fuerte inspiración en su tradición autóctona. Ambas películas beben de las mismas fuentes, aunque su tono, su estética y su enfoque terminarían adoptando un cariz diferente. Por más que La princesa Mononoke apareciera trece años después de Nausicaä del Valle del Viento, la primera se puede leer como una precuela de la segunda; como una advertencia de lo que le pasaría a la Naturaleza y, por ende, a la especie humana en un mundo en que prevaleciera el progreso humano en lugar de apostar por una codependencia armónica entre el hombre y su hábitat. Las relaciones entre los personajes cambian, el peso de la historia recae sobre Ashitaka en lugar de la acostumbrada figura femenina fuerte, las conexiones humanas son más difíciles, la psicología de los personajes mucho más compleja, el tono es mucho más oscuro pero la esencia permanece casi intacta. Después de todo, en el cine de Hayao Miyazaki siempre se puede encontrar un resquicio para la esperanza10.

      Curiosamente, el cineasta japonés afirmó en una entrevista concedida en 2002 que su intención no era en absoluto vincular ambas tramas, sino que La princesa Mononoke era más bien una respuesta a la evolución de nuestra sociedad:

      Sinceramente, no sé si habría que interpretar Mononoke hime [en japonés en el original en francés] como el epílogo del manga de Nausicaä. Pero puedo asegurarle que nada fue premeditado, es la evolución de nuestras sociedades,