Pablo, Corinto y el Imperio romano. Panayotis Coutsoumpos. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Panayotis Coutsoumpos
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788482676944
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se convirtieron en característica de la ciudad.14 La ciudad se elevó en estatus como colonia romana mientras que las otras en Grecia permanecían como ciudades griegas normales.

      La nueva ciudad de Corinto, hasta cierto punto, se modeló como las de Roma propiamente. El gobierno municipal consistía en un consejo en el que los esclavos libres podían servir con dos magistrados elegidos presidentes anualmente. Puesto que la ciudad pronto se convirtió en la capital de la provincia romana de Acaya, también se convirtió en la base administrativa para el gobernador de toda la provincia.15

      El romano mantenía un personal administrativo mínimo y ningún ejército permanente en Grecia. En Corinto, y especialmente en toda la región de Grecia, el Imperio romano parece haber estado unido por una combinación de conexiones de clientelismo y el culto al emperador que se apoderó rápidamente bajo Augusto y sus sucesores.16

      El poder imperial fue planeado por relaciones patronales y rituales en honor al emperador. El rol principal en el sistema patrono-cliente era conducido por los privilegiados locales y provinciales. En la Corinto romana, la riqueza contaba para más puesto que, incluso las familias ricas, podían tener puestos públicos y competían con el linaje más estable para los varios honores de la ciudad.17

      En otras ciudades provinciales y en Corinto, las redes directas de poder e influencias eran controladas por familias patrocinadoras y prósperas.18 Por lo tanto, el fenómeno patronazgo-cliente era una realidad presente en la congregación corintia y en muchas otras iglesias alrededor del antiguo mundo mediterráneo. ¿Qué era el mecenazgo?19 ¿Era una de las organizaciones más importantes del mundo grecorromano y, en particular, del imperio?

      El patronazgo en la Corinto romana

      Un factor socioeconómico adicional en las misiones cristianas del comienzo era el patronazgo.20 ¿Cómo se establecía una relación de clientelismo? En esencia, era iniciada por el partido que necesitaba algo. Las relaciones entre patrono y cliente habían existido durante mucho tiempo en muchas ciudades del antiguo mundo mediterráneo. Normalmente, era costumbre que una persona libre naciera de una relación de dependencia con una persona influyente. Las dos partes firmaban un contrato basado en la confianza mutua y la lealtad (fides).

      Se esperaba que el cliente demostrara respeto y gratitud al patrono, que le rindiera ciertos servicios (operae y obsequium) y cuidara de sus actividades políticas, económicas y sociales. La obediencia voluntaria y el servicio de un cliente que buscaba protección se llamaba aplicatio ad patronum.21 Significaba que el cliente podía decidir por sí mismo a cuyo poder (potestas), protección y lealtad (fides) quería someterse.

      Según Dionysius de Halicarnassus, en la Roma temprana, había una situación única en el hogar que definía los derechos y deberes de clientes y protegía su estatus en relación con los patronos; esto se registró en el siglo quinto a.C.22 Añade que “debido a que ambas partes en el contrato voluntario y privado podían ser ciudadanos romanos, y porque el cliente conservaba su libertad y responsabilidad legal, el aspecto del poder (potestas) sobre un cliente inferior y obediente, desvanecía cada vez más en el fondo, mientras que el aspecto moral de la lealtad recíproca (fides) aumentaba”.23

      ¿Cómo sabemos que los lazos patrono-cliente eran reales en la Corinto romana?24 De hecho, la mayoría de las iglesias primitivas en el primer siglo se reunían en hogares grecorromanos.25 Es interesante observar que las familias de Estáfanos y Cloé también eran conversos de Pablo y, por lo tanto, miembros originales de la comunidad de la iglesia en Corinto romana (1 Corintios 1:11,16; 16:15).26 Pablo escribiendo desde Éfeso envía saludos de Aquila y Priscila “junto con la iglesia en su casa”, la iglesia de Corinto.27 Los cristianos de la Corinto romana, como la mayoría de los primeros creyentes del primer siglo, adoraban en hogares-iglesias (Romanos 16:5, 1 Corintios 16:19). Stambaugh y Balch afirman que “los sermones misioneros y apologéticos eran predicados en público, pero la vida de la iglesia empezaba en los hogares”.28

      La República de Roma era una sociedad bien estructurada, controlada por unas pocas familias ricas y patronos.29 En sus hogares, los romanos llevaban a cabo algunas actividades socio-religiosas (tales como banquetes, cumpleaños, bodas y sacrificios religiosos). Es probable, sin embargo, que algunas de las divisiones de la Corinto romana surgieran de las divisiones entre las congregaciones de hogar.30 Es muy probable que las congregaciones de hogar corintias se hubieran presentado a los extraños como clubes o sociedades que se reunían en hogares. Este mismo fenómeno se puede ver en la comunidad de la iglesia en Corinto. El concepto de relaciones personales y amistades era mucho más importante para el funcionamiento de la sociedad antigua en el mundo grecorromano que para la sociedad moderna.

      El privilegiado patrono-cliente voluntario no perdía su libertad personal ni su capacidad jurídica, sino que se veía obligado a prestarle su lealtad y servicios al patrono.31 Estos servicios se daban de acuerdo con las necesidades de este. La estructura de patrocinio en Corinto estaba bien desarrollada y muchos miembros de la iglesia pertenecían a aquellos hogares que les patrocinaban el bienestar y la protección necesarios.32 Al poner sus hogares a disposición para la reunión cristiana, estos daban y garantizaban el material y el establecimiento organizacional para que la iglesia creciera y para su alcance misionero.

      Las familias ricas romanas normalmente desarrollaban una estrecha relación de amistad.33 Amigos de similar estatus social recibían hospitalidad, préstamos y la ayuda que necesitaban. Las clases sociales inferiores estaban guiadas por la costumbre de la relación patrono-cliente. Es interesante observar que el patrono era visto, en cierto sentido, como el guardián del cliente.34

      Sin embargo, las preguntas son: ¿era quizás la antigua relación patrono- cliente la matriz de la nueva comunidad cristiana?, ¿se puede deducir que los lazos patrono-cliente constituían una parte significativa de la relación social en la Corinto romana del primer siglo?35 Esta comunidad cristiana se encontraba, en su mayor parte, en la casa (oikos) del patrono. Es muy probable que el Imperio romano, con todo su territorio, fuera un lugar ideal para el patrono-cliente. Además, el patrono y el cliente en la sociedad romana tenían una relación de amistad, pero no compartían poderes iguales.

      J. K. Chow describe claramente la situación: “En una relación patrono- cliente, el patrono le daba al cliente lo que necesitaba y, a su vez, obtenía del cliente lo que quería”.36 En otras palabras, la relación patrono-cliente era simplemente beneficiosa para el jefe de la familia (el patrono) en casi todos los negocios que hacían juntos. La organización del patrono-cliente ha ayudado a dilucidar cómo el Imperio romano fue capaz de gobernar un imperio tan grande con el número mínimo de administradores.37 Por ejemplo: la Corinto romana ya estaba influida por Roma en el lenguaje, la arquitectura y la administración de la ciudad.

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      Grabado 7. Corinto romana, su arquitectura y administración de la ciudad.

      Si la relación romana patrono-cliente era un acontecimiento importante en el Imperio romano de los comienzos, sería comprensible anticipar que la Corinto sería influida por la vida social y costumbres romanas.38 La organización socioeconómica del antiguo patronazgo sirvió también para mantener las relaciones locales e interregionales en Corinto.39 Parece claro que el apóstol Pablo favoreció este tipo de patrocinio en la iglesia de Corinto.

      El patrocinio y la misión de los corintios

      La mayoría de los eruditos concuerdan en que el papel que desempeñó (la relación patrono-cliente) en el cumplimiento de la misión y el desarrollo de la iglesia no puede exagerarse.40 Era la práctica normal entre los políticos y patronos cuidar los intereses de los menos afortunados (los miembros débiles de la comunidad) en el mundo grecorromano.41

      Los patrocinadores, al poner sus casas a disposición de las reuniones de la iglesia, proporcionaban y aseguraban la base material y organizativa para el desarrollo