Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo. Creusa Muñoz. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Creusa Muñoz
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789876145787
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de definiciones al propio malestar: ya lo había hecho Simone de Beauvoir en El segundo sexo (1949). Le siguieron La mística de la feminidad (1963) de Betty Friedan; Las mujeres: la revolución más larga (1963) de Juliete Mitchell; Política sexual (1970) de Kate Millet; La liberación de la mujer: año cero (1970), de Christiane Rochefort y otras; El eunuco hembra (1971), de Germaine Green; La dialéctica del sexo (1971) de Shulamith Firestone; ¿Qué define a las mujeres? (1971), de Maggie Benston; Escupamos sobre Hegel (1972), de Carla Lonzi; Les guerillères (1969) y El cuerpo lesbiano (1973), de Monique Wittig; La política de la liberación de la mujer (1975), de Jo Freeman.

      Con sus plumas sueltas de osadía, ese conjunto de escritoras pioneras del MLM no sucumbieron al silencio. Todo lo contrario, sus lecturas reforzaron las acciones políticas para conquistar el derecho a decidir sobre el cuerpo, la interrupción voluntaria del embarazo y la denuncia de la violencia sexual. Con distintos matices, las feministas se movilizaron para promover y defender la legislación y liberar el aborto en casi toda Europa Occidental. Al mismo tiempo, provocaron una corriente de afinidades y cooperaciones internacionales entre agrupaciones feministas con desafiantes pronunciamientos colectivos, grupos de autoconciencia y ofrecimientos de servicios de aborto a cargo de los movimientos locales.

      De allí que de todas estas intervenciones públicas sea posible elegir dos tipos de campañas a favor del derecho al aborto realizadas en el viejo continente y que, de formas diversas, replicaran sus debates como sus metodologías en la Argentina durante esos años díscolos en los cuales asomaban nuestras primeras agrupaciones feministas. Por ejemplo, aquellas organizadas tanto en Francia como en Italia y que, por más que mantuvieron su perfil particular, se enmarcaron dentro de esa gran burbuja exploratoria que fueron las luchas por el aborto libre y gratuito en Estados Unidos, en especial en Nueva York, sin olvidar la estrecha afinidad que mantenían con el feminismo canadiense y el inglés.

      El traspaso se prolonga actualmente en nuestro país, en la medida en que el movimiento vuelve con insistencia al planteo sobre la ilegalidad del aborto. Es preciso reconocer entonces los sucesos, las sacudidas y las derrotas que dan cuenta de los comienzos y de los atavismos. De ese modo la historia, con sus intensidades y sus furores secretos, se constituye en el cuerpo mismo del devenir acontecido de la revuelta.

      FRANCIA: ELEGIR LA CAUSA DE LAS MUJERES

      Entre tanto, el activismo feminista galo se impregnó de un radicalidad similar a la estadounidense y al amparo de los tesoneros movimientos de izquierda, estimulado además por los acontecimientos de Mayo del 68 en París. Nació así el Mouvement pour la Libération des Femmes (MLF), en parte como herencia de la gran movilización que provenía de los grupos estudiantiles, de los círculos intelectuales y artísticos. En términos políticos, clamaban por acciones relacionadas con el cuerpo, es decir, una política sexuada dirigida a sus congéneres para alcanzar la autonomía y la identidad femenina.

      Las Feministas Revolucionarias optaron por la protesta pública como estrategia de actuación, pusieron énfasis en la identificación e identidad de las mujeres. Hicieron hincapié en el orden de las sexualidades, en el control de la natalidad y en la libertad de decidir como modo de erosionar el dominio masculino sobre sus propios cuerpos. En 1970, se lanzaron a implementar iniciativas performáticas que visibilizaran sus protestas para alcanzar la legalización del aborto. Evidentemente, no se equivocaron al adoptar metodologías de acción directa. Por ejemplo, una apelación al recuerdo consistía en la irreverente toma de lugares evocadores del honor