Este ensayo se divide en dos partes. En la primera, el capítulo 1, “Aproximaciones conceptuales”, presentamos un panorama amplio que introduce el movimiento ecologista contemporáneo desde su despertar a comienzos de la primera mitad del siglo pasado y su incorporación en la academia a través de la ecocrítica en el contexto de los estudios culturales. A continuación, en el capítulo 2, “Ecologías y ecologismos”, volvemos sobre el antecedente, la ecología, para luego ampliar el panorama del ecologismo mostrando un gran abanico de posibilidades: ecofilosofía, ecosofía, ecología integral, ecología profunda y las principales preguntas que estas líneas de pensamiento proponen. Al final de este capítulo, incorporamos a este diálogo el concepto de Antropoceno. En el capítulo 3, “Poéticas alternativas desde el Apocalipsis”, discutimos algunos ejemplos de trabajos imaginativos con inclinación ecológica, ecopoesía o ecopoieses y literatura indígena. En el capítulo 4, “Lectura y escritura protoecologicas”, introducimos los conceptos de mundo más que humano y nature writing, y revisamos las tensiones entre las nociones de campo y ciudad, paisajes oficiales y paisajes vernáculos, las sutiles diferencias entre la ecocrítica y los estudios culturales verdes para terminar con le pregunta respecto de qué idea de Naturaleza hemos heredado de nuestra matriz mestiza. En el capítulo 5, “La Naturaleza: un concepto cercano y, sin embargo, distante”, profundizamos en las tensiones que la ecocrítica, como área de estudio, va revelando, tales como la relación entre cultura y Naturaleza, y la problemática que el mismo concepto de Naturaleza representa. Para terminar la primera parte con el capítulo 6, “Visión de mundo; visión de poetas”, donde convocamos la representación de la cosmovisión mapuche en la poesía, la poesía performativa que se desplaza por el territorio, y la posibilidad de la poesía para contribuir al necesario cambio de paradigma. Así, tanto la poesía con vocación ecológica como la ecocrítica, ofrecen un espacio donde se encuentran la ética y la estética.
En la segunda parte, en el capítulo 1, “Ecocrítica: un término, varios conceptos”, convencidos de su función como aparato crítico y su relevancia como fenómeno académico contemporáneo, retomamos la genealogía de la ecocrítica y los estudios culturales verdes para avanzar hacia el concepto de humanidades ambientales, y figurar la complejidad ecocultural que implica este tipo de análisis. En el capítulo 2, “Otras ecocríticas”, presentamos el panorama ecocrítico más allá de la academia anglosajona; nos detenemos en el trabajo que se ha hecho en España y otros referentes europeos, ofreciendo una perspectiva amplia, para concluir con el escenario latinoamericano. En el capítulo 3, “Justicia o injusticia ambiental”, damos cuenta de la afinidad y denuncia latinoamericana con esta línea de pensamiento: el ecologismo del sur del sur. Finalmente, en el capítulo 4, “Reciclaje literario y compostaje cultural”, con la intención de desarrollar un aparato crítico coherente con la problemática que abordamos, definimos reciclaje y compostaje desde las humanidades, para luego apropiarnos de estos conceptos y operativizarlos a fin de poder detallar lo que entenderemos como escritura del compostaje.
Así, este texto, desde la lógica del ensayo, va de a poco “compostando ideas” en una escritura que ya va haciéndose tradición de colaboración, en tantos textos que hemos escrito juntos. Aquí hemos querido tejer nuestras ideas en una reflexión donde vamos retomándolas como en una conversación, para expandirlas o reconectarlas en sucesivos niveles, mostrando las múltiples interconexiones que las unen, como la maraña de raíces que hacen los árboles, como esas formaciones en rizoma en que nacen los tubérculos, gracias a la brillante oscuridad de la poesía.
1 Parra, N. Obras Completas y algo + (1975-2006). Vol. II. Galaxia Gutenberg, 2011, 179.
2 Ver: Latour, B. “Agency at the Time of the Anthropocene”. New Literary History 45.1 (2014): 1-18.
3 Esta sigla, las 3R, fue acuñada a partir de la presentación que hace el gobierno de Japón en la cumbre del G8 en 2004.
4 Ver: Valdés, A. Redefinir lo humano: las humanidades en el siglo XXI. UV, 2017.
5 Ver: Chiuminatto, P. y S. Rosa. “Antes de la ecocrítica: una consideración bibliográfica a los estudios ambientales en Chile". Anales de la Literatura Chilena 30 (2018): 243-255. Este artículo forma parte de un segundo dosier sobre ecocrítica en Chile. Ver también un primer dosier en Interdisciplinary Studies in Literature and Environment, Vol. 23 Issue 1, 2016.
6 Schaeffer, J. M. Pequeña ecología de los estudios literarios. ¿Por qué y cómo estudiar la literatura? Fondo de Cultura Económica, 2013, 15-17.
7 Ver: Soule, M. E. “What is environmental studies?”. BioScience 48 (5) (1998): 397-405.
PARTE I
Capítulo 1
Aproximaciones conceptuales
El término ecología fue puesto en circulación en 1866 por el biólogo, filósofo y naturalista alemán Ernst Haeckel para designar la interdisciplina que se ocuparía de la biología y las ciencias de la Tierra.1 La expresión ecología está compuesta por los términos griegos oikos —con variadas acepciones como casa, vivienda, hogar— y el sufijo logos, identificado con estudio o conocimiento. De acuerdo con Raymond Williams, el término ecología (œcology) se refiere al estudio de la relación entre los seres vivos y su entorno o ecosistema.2 Esta palabra no será de uso común en inglés hasta mediados del siglo XX, cuando despierta masivamente la conciencia ecológica moderna con la publicación del libro Silent Spring, en 1962, de la bióloga norteamericana Rachel Carson. Una década después, la divulgación de la Hipótesis Gaia del científico inglés James Lovelock (1972)3 es un momento central de establecimiento de la agenda ecológica en la escena mundial. A partir de este contexto, las humanidades derivaron el concepto de “ecocrítica” como una forma de dar espacio a estos temas y su expresión en el ámbito no solo de la ciencia y las ciencias sociales, sino también de la literatura, la poesía, la historia y las artes. Tal como propone Cheryll Glotfelty, quien fuera una de las primeras autoras en divulgar esta área interdisciplinaria del saber, desde el ámbito anglosajón, a partir de 1996, la ecocrítica estudia “las interconexiones entre naturaleza y cultura” y trabaja con preguntas de investigación de diversas áreas, como la ecología, la sociología y la antropología, sin limitarse a un método específico.4
Desde una narrativa apocalíptica, a comienzos de los sesenta, Carson denunció los efectos tóxicos del DDT en los seres humanos y los animales, derivado de su uso en la agricultura intensiva en los Estados Unidos.5 Asimismo, Lovelock recupera el término griego Gaia, a partir del nombre de la primigenia diosa Tierra, para referirse a la hipótesis de un gran organismo vivo que se autorregula, pero que, por la acción humana, se enferma, limitando sus capacidades. A este momento de despertar de la conciencia ecológica contemporánea contribuye también el hecho de que, tras el primer viaje del ser humano a la Luna, en 1969, se haga popular la imagen de la Tierra mirada desde el espacio exterior. Quizás, derivado de este primer distanciamiento objetivo de la mirada humana del propio hábitat, la visión externa del planeta repercute en la comprensión de esta única casa. Como señala Ursula Heise, el planeta, flotando azul, diminuto y vulnerable en el espacio inmenso pareció un llamado de atención;6 así lo evidencian los epítetos que sirvieron para designarlo: