Futuro esplendor. Andrea Casals Hill. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Andrea Casals Hill
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9789569058318
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y sociales a partir del desarrollo industrial del siglo XIX y su diseminación mundial fueron un factor determinante. Desde la Ilustración y la Revolución Industrial, el paradigma recurrente es el de una Naturaleza concebida como algo externo, como un afuera donde todo, incluida la Naturaleza misma, es parte de los bienes, la producción, las materias primas, es decir, un commodity más. Algo que está en el mundo, simplemente disponible para su uso extractivo, ajeno a las condiciones propias de lo humano e iluminado por un halo de exotismo antropocéntrico que comienza a mostrar sus consecuencias.

      En la actualidad, se hace patente cómo formamos parte de esa supuesta Naturaleza externa y, paradójicamente, cuánto dependemos de ella para sobrevivir: no somos dueños privilegiados o beneficiarios exclusivos y excluyentes. Es evidente que han sido muchas las medidas que se han implementado tanto a nivel global, las naciones y los estados, así como parte de las comunidades y también de las personas de manera individual, muchos soñando con un giro que detenga el viaje a la distopía ambiental. Un extraño efecto en el que pareciera que guardamos secretas esperanzas de que un acto mágico y sobre todo tecnológico traiga nuevamente la armonía ante las urgencias de la reorganización del mundo.

      En el caso de la academia, por otra parte, esta coyuntura, esta realidad, nos interpela respecto a aquella supuesta posición “crítica” que caracteriza históricamente a pensadores e intelectuales. Aunque esta vez, la causa está más allá de las polaridades políticas tradicionales de izquierda y derecha, dado que demanda una mirada más allá de los lindes de lo estrictamente social. Es preciso apelar a las condiciones globales de sobrevivencia, es decir, más que solamente a una cuestión humana. Se trata de condiciones que remiten a la urgencia de un comportamiento consciente, pero que al mismo tiempo obligan a reconsiderar forzosamente las circunstancias en las que se da la vida humana y el medioambiente que la permite. Esto, además, obliga a los grupos y las comunidades —a veces por medio de procesos lentos de transformación y en otros casos forzados por las evidencias de la catástrofe— a comprometer el quehacer mismo de los estudios y las investigaciones que se desarrollan en la academia con una causa prácticamente inédita. Se trata de un factor superior, quizás nunca antes visto, que es requisito de la posibilidad de la sobrevivencia misma. Para los intelectuales acostumbrados a pensar el mundo, no parece simple desplazarse a la duda distópica, ya no de la razón o de un dios, sino de las condiciones de vida que permiten el pensar, a la vez, las condiciones de la vida más que humana en el mundo. Un desafío complejo que podemos ejemplificar, volviendo al mundo antiguo, dado que a lo que nos enfrenta el cambio global es a ponderar problemas que van más allá de las contrariedades de la polis, de la pura convivencia intrahumana, sino que incluye a la Naturaleza como condición y, por lo mismo, implica la interacción con un ecosistema mayor. Es decir, la relación de toda la vida en el planeta, ahora sí como un oikos (hogar en griego) de todos. Pero de verdad de todos: objetos y sujetos, animales, seres humanos, vegetales, minerales y un largo etc. que alcanza esos amplios, pero no infinitos, reinos.

      En el caso de las humanidades, las artes y las ciencias sociales, su aporte, pero también su distancia y, por cierto, por mucho tiempo su indiferencia respecto de la realidad material que rodea la cotidianidad ambiental, implica una tardanza concreta. Tradicionalmente, como decíamos, lo que caracteriza la preocupación política han sido los problemas sociales y culturales, así como aquellos relacionados con el bienestar y la convivencia humana. Sin embargo, desde mediados del siglo XX con mayor énfasis, los temas propios del medioambiente y la ecología han alcanzado la primera línea, entre otros, en la discusión internacional. El efecto de la difusión de la energía nuclear (con los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en 1945) además de la divulgación, por esos mismos años, de las investigaciones que demostraban las consecuencias del uso de métodos químicos para la optimización de la producción agrícola; nocivos no solo para los seres humanos sino también para el suelo y los animales, marcaron la irrupción de los temas ecológicos en la escena mundial. Han pasado más de siete décadas desde esos hechos y sus primeras consecuencias. Hoy, otros acontecimientos, a nivel micro y macro, marcan el incremento acelerado de eventos y cambios que demuestran la urgencia de una reacción mundial y organizada para asegurar un futuro común, amparados por la Naturaleza también común. Todos, la humanidad completa, está llamada a asumir los desafíos que plantea esta condición global, sin embargo, no faltan quienes dudan o incluso no se sienten parte ni de los afectados ni de la Naturaleza. Este principio, compuesto en proporción equivalente de arrogancia e ignorancia, tiene consecuencias.