La divertida aventura de las palabras. Fernando Vilches. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Fernando Vilches
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788417241339
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-entis, súbito, repentino).

      4.3. Aparecen a continuación la acepción o acepciones correspondientes al lema, numeradas, cuando hay más de una, a partir de la segunda, y separadas, en el mismo caso, por una doble barra vertical:

      repente. […] m. Impulso brusco e inesperado que mueve a hacer o decir cosas del mismo tipo. Le dio un repente y se marchó. ║ 2. coloq. Movimiento súbito o no previsto de personas o animales. ║ 3. adv. m. de repente (║ súbitamente, sin preparación). […]

      4.4. Tras una doble barra de mayor cuerpo que la destinada a separar las acepciones, aparecen las formas complejas (v. § 3.3), cuyas acepciones, si son más de una, también están numeradas:

      repente. […]║ de ~. loc. adv. Súbitamente, sin preparación, sin discurrir o pensar. ║ 2. coloq. Ur. y Ven. posiblemente. ║ hablar de ~. fr. hablar de memoria. […]

      4.5. Al final de la entrada pueden aparecer uno o varios envíos, precedidos por un cuadratín (o) y la abreviatura «V.» (‘véase’), que indican otro lugar preciso del Diccionario donde puede encontrarse la información que se busca. En el ejemplo anterior:

      repente. […] o V. coplas de ~.

      Como podemos apreciar, la información es muy completa, aunque la mayoría de las veces lo que nos interesa es solo el significado del término.

      Vamos a escoger al azar algunas palabras y veamos qué contienen.

      Comenzaremos por el término hasta (ponemos entre corchetes [ ] lo que le falta a la abreviatura para tener la palabra completa).

      Del ár[abe]. hisp[ano]. ḥattá, y este del ár[abe]. clás[sico]. ḥattà, infl[uenciado]. por el lat[ín]. ad ista ‘hasta eso’.

      1. prep[osición]. Denota término o límite. Hasta Caracas. Hasta mil. Hasta ti.

      2. prep[osición]. C. Rica[Costa Rica], El Salv[ador]., Guat[emala]., Hond[uras]., Méx[ico]. y Nic[aragua]. A partir de. Llegaré hasta las dos.

      3. adv[erbio]. Incluso o aun. Hasta tú estarías de acuerdo. Hasta cuando duerme habla.

      hasta no más

      1. loc[ución]. adv[verbial]. p[oco]. us[ada]. hasta más no poder.

      hasta nunca

      1. expr[esión]. Expresa el enfado o irritación de quien se despide de alguien a quien no quiere volver a ver.

      hasta tanto, o hasta tanto que

      1. locs. [locuciones] conjunts[conjuntivas]. En espera de que se produzca lo expresado a continuación. Mandaron un interino hasta tanto no se incorpore el titular.

      Así pues, sabemos la procedencia del término y que puede ser tanto preposición como adverbio; además, algunas formas de su uso, como locución adverbial, expresión clásica de nuestro idioma y locución conjuntiva.

      No debemos confundirla con asta, que es un sustantivo femenino con muchos significados (invito al lector a hacer su primera inmersión práctica en el DRAE).

      Tomemos, ahora, un sustantivo: trapisonda. De este, nos dice el diccionario:

      1. f. coloq. Bulla o riña con voces o acciones. Brava trapisonda ha habido.

      2. f. coloq. embrollo (║ enredo, confusión).

      3. f. desus. Agitación del mar, formada por olas pequeñas que se cruzan en diversos sentidos y cuyo ruido se oye a bastante distancia.

      Las dos primeras acepciones las cifra el diccionario como femeninas y coloquiales, y para la tercera, con el mismo género, nos dice que es voz en desuso. Además, la tipografía de la palabra embrollo nos advierte de que es posible pinchar sobre ella (si estamos en línea, claro) y buscar su significado (enredo, confusión, maraña…).

      Y, ya que estamos, indaguemos sobre el adjetivo trapisondista:

      1. m. y f. coloq. Persona que arma trapisondas o anda en ellas.

      Como información nueva nos dice el diccionario que su género (algo de lo que hablaremos más adelante) es tanto masculino como femenino.

      Busquemos, para terminar con este grupo de ejemplos, un verbo: endilgar, del que se nos presenta la siguiente información:

      De or. inc.

      1. tr. coloq. Encaminar, dirigir, acomodar, facilitar.

      2. tr. Encajar, endosar a alguien algo desagradable o impertinente.

      Lo primero que se apunta es que es de origen incierto, es decir, se desconoce desde qué lengua pudo desembarcar en el español. Y, luego, dos acepciones: la primera la tilda como coloquial y la segunda es el significado estándar.

      Y una última indicación para el uso del diccionario: en algunas consultas, como, por ejemplo, moniato o periodo, podemos encontrar lo siguiente:

      moniato

      1. m. boniato.

      Esto quiere decir que ambas formas son aceptadas por la RAE, pero se considera como más culta aquella a la que remite su definición, en este caso boniato.

      Y, si consultamos la palabra periodo, sin tilde, el diccionario nos devolverá lo siguiente:

      Periodo V. período

      Por último, si buscamos creatura, encontraremos lo siguiente:

      creatura

      1. f. cult. Criatura.

      En este caso, ya queda explícito, con las abreviaturas f[orma]. cult[a]., cuál es la considerada como tal y, además, es en esta última donde figura el significado de la palabra.

      En fin, que el diccionario es casi un compañero en esta aventura que estamos iniciando, querido lector, y que nos va a permitir ampliar el conocimiento de nuestro vocabulario y, por ende, adquirir una mayor comprensión del mundo que nos rodea.

      También los invito a divertirse con el diccionario; sí, a divertirse. Si lo tienen en papel, ábranlo por cualquier página, al azar, y miren la cantidad de palabras cuyo significado desconocemos, así añadirán un par, al menos, a su acervo cultural.

      Si, por el contrario, no disponen de ninguno en su formato tradicional, cojan una revista, un periódico, un libro y anoten todas las palabras que desconocen para buscarlas a continuación en el diccionario en línea. Es gratis la consulta y es grande la satisfacción de incorporar nuevas prendas a nuestro particular armario.

      ¿Por qué, cuando ignoramos algo o nos dicen alguna cosa que no entendemos, no preguntamos? ¿Por qué usamos palabras con un significado que creemos que es el correcto, pero, ante la duda, no consultamos? Perdónenme el uso de la palabra vulgar del epígrafe, pero es la única forma en la que mis alumnos retienen estos mensajes que creo importantes para ellos.

      Si en el día a día preguntamos aquellas cosas que desconocemos (en la compra, en el médico, en el abogado…) para nuestra tranquilidad o para aprender algo desconocido (esta es la misión más apasionante del ser humano, aprender, y lo hará durante toda su vida, quiera o no), ¿por qué hemos de quedarnos sin saber el significado de una palabra? Por ejemplo, en un artículo de mi admirada escritora Ángela Vallvey, publicado en La Razón (7 de abril de 2018), titulado «Jetas», se leía:

      El rico idioma español dice que la jeta es el hocico del cerdo y del jabalí, pero la sabiduría popular enseña que jeta es quien tiene la desfachatez de un gato en una matanza, y la cara de dibororrenio [la negrita es mía].

      Este párrafo resulta completamente comprensible, excepto en lo que se refiere a la última palabra. Como es mi costumbre, acudí al diccionario de la RAE y comprobé que es un