Un rayito de luz para cada día. Ninayette Galleguillos Triviño. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ninayette Galleguillos Triviño
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Книги для детей: прочее
Год издания: 0
isbn: 9789877984583
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una poetisa chilena, dijo: “Tengo un día. Si lo sé aprovechar, tengo un tesoro”.

      ¿Cómo puedes cuidar tu tiempo? Una sugerencia que puedo darte es hacer un horario en una hoja de papel, que puedes luego pegar en tu habitación o en la heladera (o refrigeradora). Allí puedes escribir cada hora del día, desde que te levantas hasta que te acuestas, y qué piensas hacer en ella. Otra sugerencia es muy simple: ve a dormir temprano y levántate temprano. Así tendrás mucha energía y el día parecerá más largo. ¿Un consejo más? Ten siempre a mano un buen libro para leer. Cuando tengas que esperar en cualquier lugar, puedes leer algo útil y así aprovechar tu tiempo. ¡No lo desperdicies jugando en un celular!

      Ahora que vas a empezar un nuevo año de clases, te animo a cuidar el tesoro del tiempo. Elena de White nos dice: “Estudiantes, hagan que su vida escolar sea tan perfecta como fuere posible. Pasarán por este camino una sola vez” (CM 511). Si aprendes desde ahora a ser responsable con el uso de tu tiempo, sin duda tu vida escolar mejorará mucho. Decide este año aprovechar el tiempo, ¡ese maravilloso regalo que Dios te da! Cinthya

      Practicando la responsabilidad

      “¿Quién es pues el siervo fiel y prudente al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?” (Mateo 24:45).

      Muchos niños piensan que sus padres son cansadores. Siempre están recordándoles todo: “Hoy luego de la escuela tienes clase de violín, ¿recordaste estudiar tus partituras?”; “Recuerda darle de comer a tu mascota”; “La semana que viene tienes prueba de Matemáticas, ¿estás estudiando?”; “Recuerda cargar los libros de geografía en tu mochila, que hoy te toca esa materia”. Y la lista podría continuar...

      Dos cosas: la primera, tus padres te recuerdan todo porque su deseo es protegerte y que te vaya bien en la vida. Piensa que cuando seas adulto y tal vez ya no tengas a tus padres cerca, no habrá nadie que te recuerde tus compromisos, y ahí sí tendrás que pagar las consecuencias de tus “olvidos”. Y la segunda, si quieres que ellos dejen de recordarte las cosas todo el tiempo, ¿qué tal empezar a practicar la responsabilidad? Sí, amiguito, responsabilidad significa hacer tus tareas y trabajos sin que nadie tenga que recordártelos vez tras vez. Todo es cuestión de costumbre: si tus padres ven que eres irresponsable, seguirán recordándote las cosas. Ahora, si por dos semanas seguidas les demuestras que puedes hacer tus cosas sin necesidad de un recordatorio, ellos dejarán de recordarte todo y tú te sentirás supersatisfecho de tus logros (¡y ellos también!). Suena tentador, ¿no?

      Si aceptas el desafío de ser responsable con tus cosas, te doy una idea: tal vez tienes una pizarra en tu pieza, y si no es así, haz un cuadro en una cartulina o afiche que contenga todos los días de la semana y las tareas de rutina que debes hacer cada día. Debes incluir todo: tareas de la casa, la escuela, deportes, clases de música, etc. Todo con sus horarios y los materiales que debes llevar. Todas las noches antes de dormir, da una mirada a las cosas que te esperan al día siguiente y planifica a qué hora te convendrá despertarte para poder hacerlo todo.

      Tal vez al comienzo puedes pedirle ayuda a tus padres, que son quienes mejor te conocen, para que te orienten sobre cómo recordar solito tus deberes. A ti y a ellos seguramente se les ocurrirán buenas ideas. Pero no te quedes solo en los planes. ¡Practica ser responsable! Gabriela

      En lo poco y en lo mucho

      “El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho” (Lucas 16:10).

      La inversión estaba hecha; y los amigos, felices. Por fin el doctor Wilfred Grenfell tendría en la fría zona de Canadá donde vivía un medio de transporte rápido que le permitiera llegar hasta los lugares más alejados. La lancha sería una bendición para llegar donde había personas enfermas que necesitaban ayuda. Apenas llegó la embarcación, y rugió con su motor nuevo, tuvo que partir. Era de noche y arreciaba una tormenta, pero el doctor decidió salir de todas formas. La lancha tenía una brújula, así que no había nada que temer: llegaría a su destino a ayudar a la enferma que lo solicitaba.

      Sin embargo, después de navegar por muchas horas sin llegar a destino, y en medio de la tormenta, el doctor se dio cuenta de que estaba perdido. ¿Qué había salido mal? “La investigación demostró que la tragedia era el resultado de la irresponsabilidad de un obrero en Liverpool. Cuando aseguró la brújula en su lugar designado en la lancha, el hombre cometió el error de usar tornillos de acero en lugar de unos de bronce. Los tornillos de acero desviaron la aguja de la brújula conduciendo a Grenfell muy lejos de su destino”.1

      ¡Todo por un simple tornillo! Sin duda, esta historia nos enseña cuán cuidadosos debemos ser cuando estamos realizando alguna tarea o trabajo, porque un pequeño error puede traer terribles consecuencias. Si tan solo aprendiéramos a seguir el consejo bíblico que dice: “Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Cor. 10:31), nos evitaríamos lágrimas, retos y malos ratos. Se trata de vivir haciendo todo de la mejor forma posible, siendo responsables de nuestros actos.

      El joven de esta historia jamás imaginó que, por su descuido en algo pequeño, alguien moriría y que una persona estaría perdido y con riesgo de muerte por la tormenta. Y así es normalmente. Algunas personas no miden las consecuencias de sus actos, y no son diligentes ni piensan en honrar a Dios con lo que hacen. Sé responsable y cumple bien con los pequeños detalles porque eso puede traer consecuencias eternas para salvación. Dios ve las intenciones del corazón, tu deseo de agradarlo, y él te recompensará por tu fidelidad. Nina

      1 Citado por Bietz, R., Jesús, el Líder (Florida, EE. UU.: Asociación Publicadora Interamericana, 1988), pp. 26, 27.

      ¿En qué usas las 24 horas del día?

      “Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo” (Mateo 5:15, 16).

      Posiblemente conoces el testimonio de Andressa Barragana. Una niña de tan solo trece años que amaba intensamente a Jesús; cada día lo dedicaba a ayudar a los demás y a testificar. Ella contó, en un video que puedes ver en YouTube, que los domingos tenía un programa radial dedicado a los niños. Los lunes de tarde hacía trabajo misionero. Los martes visitaba un asilo de ancianos. Los miércoles se reunía con familias pobres y hacían manualidades de cosas útiles. Los jueves de tarde se reunía con su grupo pequeño de 45 niños, y de noche salían a dar serenatas a algunos hermanos de la iglesia. Los viernes tenía grupos de oración intercesora con otros niños. Los sábados asistía a la iglesia y a veces también predicaba.

      Ella conoció a Jesús a través de su abuelita. Le encantaron las enseñanzas de la Biblia y el ejemplo de algunos hermanos de la iglesia. Pronto decidió bautizarse y comenzó un grupo pequeño. Ella dijo: “Soy una niña normal porque estudio, juego, me entretengo con mis padres. Jesús nos da 24 horas. Deberíamos por lo menos darle una hora para hacer un trabajo misionero, entregar folletos, dar un estudio bíblico. Jesús está regresando pronto. Si no hacemos esto ahora, quizá mañana sea muy tarde”.

      Tristemente, un año después de haber grabado ese video, un sábado de mañana Andressa se dirigía a la iglesia. Iba a predicar, pero hubo un accidente automovilístico. Murieron cuatro personas, incluida ella. ¡En tan poco tiempo hizo tanto!