Un rayito de luz para cada día. Ninayette Galleguillos Triviño. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ninayette Galleguillos Triviño
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Книги для детей: прочее
Год издания: 0
isbn: 9789877984583
Скачать книгу
últimos paquetes. Mientras, apurado, ordenaba los productos, tras de él se escuchó “bum”. ¡Oh, nooo!

      Era la hora de salida y alguien, sin haberlo visto, cerró la puerta, y lo dejó atrapado dentro del congelador. Golpeó la puerta con toda la fuerza que tenía, intentó abrir por dentro, empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba. Todos los trabajadores se habían retirado a sus casas, y era imposible que alguien lo escuchara gritar o golpear. Intentó abrigarse, pero debido a las horas que llevaba dentro del refrigerador, empezó a sentir que el corazón se le paralizaba. Se acurrucó en una esquina y, ya al borde de la muerte y sin ninguna esperanza de vida, a lo lejos escuchó abrirse la puerta. No tenía fuerzas ni para levantar la cabeza, pero con el último aliento, sintió que alguien lo abrigaba y sacaba rápidamente.

      ¿Quién lo encontró? ¿Cómo hizo para encontrarlo? ¿Coincidencia? ¡Claro que no! Al preguntarle al guardia de seguridad, él respondió:

      –Trabajo en esta empresa desde hace muchos años y muchos trabajadores entran y salen todos los días, pero este hombre es el único que me saluda cada mañana y se despide de mí cada tarde. Hoy él me dijo: ‘¡Buenos días!’ a la entrada, pero nunca escuché: ‘¡Hasta mañana!’ Al no haberse despedido de mí, pensé que debía estar en problemas, por lo que me apuré a buscarlo.

      La bondad de este hombre mediante un simple saludo fue lo que marcó la extraordinaria diferencia. Este hombre jamás imaginó que este simple acto de bondad salvaría su vida. ¿Quieres hacer algo extraordinario? Empieza con pequeños detalles de bondad para con quienes te rodean. Magaly

      El abrazo rescatador

      “Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y dolencia entre la gente” (Mateo 4:23).

      Quiero compartir contigo la historia de un par de gemelas, Brielle y Kyrie Jackson, que nacieron prematuras a los seis meses de gestación hace varios años. Ninguna de ellas alcanzó el kilogramo en peso y, después de unos días de haber nacido, la pequeña Brielle comenzó a tener problemas respiratorios, su nivel de oxígeno en la sangre era bajo y no ganaba peso. Luego de unos días, la bebé estaba a punto de morir. Sus pequeños brazos y piernas se volvieron azules, mientras se ahogaba al respirar.

      A la enfermera encargada de cuidarla se le ocurrió juntar a las hermanitas en la misma incubadora. Pidió permiso, y aunque fue un poco difícil el proceso de la autorización, los médicos accedieron. Un rato después de ser puestas una al lado de la otra, Kyrie puso su brazo encima de su hermanita enferma. Muy pronto, el corazón de la pequeña Brielle comenzó a estabilizarse, su presión sanguínea se normalizó, y también mejoró su temperatura. Ella comenzó a sanar poco a poco. Actualmente estas hermanas son adultas totalmente sanas. En Internet puedes ver la foto de ellas abrazadas en la incubadora. Búscala con el nombre de “el abrazo rescatador”.

      ¿Tienes hermanos o hermanas? ¿Cómo eres con él, ella o ellos? ¿Sale bondad de tu corazón, paciencia, ternura? Esta historia muestra cómo una hermanita salvó la vida de su gemela al transmitirle calor y amor. Es importante que sepas a tu tierna edad que con nuestros actos y palabras podemos destruir o fortalecer la autoestima de los demás.

      Cuando Jesús estuvo en esta Tierra solo se dedicó a hacer el bien. “Había aldeas enteras donde no se oía un gemido de dolor en casa alguna, porque él había pasado por ellas y sanado a todos sus enfermos. [...] En cada acto de su vida revelaba amor, misericordia y compasión [...]. Nunca fue áspero, nunca habló una palabra severa innecesariamente, nunca produjo a un corazón sensible una pena innecesaria” (CC 9, 10).

      Si imitamos a Jesús, siempre estaremos dando “abrazos rescatadores” con nuestros actos y palabras. Quizá no sepamos el alcance de esto aquí en la Tierra; pero lo más probable es que en el cielo te encuentres con bellas sorpresas al ver los resultados de tu bondad y amor por otros. Nina

      Jesús defiende tus batallas

      “Porque el Señor tu Dios está contigo; él peleará en favor tuyo” (Deuteronomio 20:4, NVI).

      Carolina, una niña linda de diez años, estudiosa, alegre y amable con todos, que disfrutaba asistir al colegio, de repente comenzó a decir que no quería ir a clases, que prefería estar en casa. Sus padres observaron que sus notas comenzaron a bajar y que se veía triste y silenciosa. Carolina estaba sufriendo bullying de parte de unos compañeros de curso. No era capaz de contarle a nadie ya que ellos la amenazaban con que les harían daño a sus padres si ella los delataba.

      Después de varios meses de agonía les contó todo a sus padres. Ellos la acogieron, apoyaron y defendieron. Finalmente, con las evidencias que tenía, sus profesores pudieron interceder por ella y disciplinar a los niños que tanto daño le ocasionaron. Con el tiempo, recobró la alegría y la motivación por el colegio.

      Aunque esta historia tuvo un buen final, no siempre es así. En las noticias vemos niños que sufren como víctimas de bullying y, por ser incapaces de manejar su dolor, han llegado incluso al suicidio. Quizás has sido testigo de cómo están maltratando a un compañero tuyo en el colegio, o a tu hermano, tu primo o quizás a ti mismo.

      El libro El Deseado de todas las gentes relata que Jesús fue criticado desde niño. “Durante su niñez, su juventud y su adultez, Jesús anduvo solo. En su pureza y fidelidad, pisó solo el lagar, y ninguno del pueblo estuvo con él” (DTG 71). Él sufrió soledad y discriminación de parte de muchas personas que siempre intentaron destruirlo, y con el tiempo, llegaron a matarlo.

      ¿Te has sentido rechazado por los que amas? ¿Has sentido oposición y maltrato de tus hermanos, tus amigos o compañeros de curso? Jesús conoce tu dolor y sabe el sufrimiento que ocasiona esto. Recuerda que, a pesar de lo que vivió, siempre fue bondadoso y sintió compasión por los que sufrían. Defendió a los que eran injustamente maltratados, consoló a los que lloraban. ¡Qué ejemplo más hermoso de amor y bondad mostró Jesús aún en las peores circunstancias!

      Si te están haciendo daño, cuéntalo a tus padres y maestros. Pero recuerda lo más importante: Jesús tiene compasión de ti y te ama; no quiere verte sufrir. Cuéntale todo a él, pues él quiere ser tu defensor. Nina

      Cada día, ¡un tesoro!

      “Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:16).

      Durante estos días, probablemente tus vacaciones están llegando a su fin. Es hermoso disfrutar el verano, ¿verdad? Ojalá hayas aprovechado mucho el tiempo. Sin duda, es lindo cada día aprender algo nuevo: nadar, cocinar, jugar, cantar, dibujar, ¡cuántas cosas se pueden hacer!

      Durante alguno de estos días estarás comenzando la escuela otra vez. ¡Espero que estés contento! Seguramente tienes ganas de volver a encontrarte con tus amigos, maestras, y seguir aprendiendo ¡cada día más!

      Especialmente durante el tiempo de clases, tienes que prestar atención y ser responsable de un tesoro que Dios te da cada día: tu tiempo. Si te pregunto cuántas horas tiene cada día, seguro me dirás: 24. Cada día tiene la misma cantidad de horas para todos. Pero a veces parece que es más largo para algunos. ¡Hay gente que hace tantas cosas que parece que tuviera más tiempo! ¿Cuál crees que sea su secreto? El secreto es cuidar el tiempo.

      No es fácil cuidar el tiempo. Algunas