Entonces, se dio inicio a la operación de rescate. Uno de los preparativos preliminares, antes de intentar rescatar a los niños, era distribuir tanques de reserva de oxígeno a través de los 3 kilómetros que comprendían los pasadizos llenos de agua, para luego usarlos en el operativo de rescate. Uno de los buzos encargados de esa tarea era Samarn Poonan. Él sabía que era una tarea riesgosa, pero aun así lo hizo. Tristemente, le costó la vida. Falleció a 1,5 kilómetros de la salida de la cueva cuando regresaba de su misión. Él, que había ido a distribuir oxígeno, murió por falta de oxígeno. Entregó su vida voluntariamente para salvar la vida de trece personas. ¡Qué ejemplo de bondad!
La historia de este héroe contemporáneo no es la única. Tú y yo conocemos una más grandiosa. Hace miles de años, el ser humano quedó atrapado en una cueva sin salida: un mundo usurpado por el enemigo de Dios, y convertido en un lugar triste, oscuro y sin esperanza. El nombre de nuestro rescatista: Jesús. Sabiendo que era una operación riesgosa, vino a este mundo, y al igual que Samarn, prefirió nuestra vida que la suya. Él se entregó a la muerte para que tú y yo podamos vivir eternamente. ¡Y su operación de rescate fue todo un éxito! El suyo fue el acto de bondad más grande que jamás haya existido, porque abarca a todo ser humano que quiera aceptar su regalo de salvación. Repasa el versículo para hoy. ¿Qué te parece agradecer en oración a Dios por la bondad de enviar a Jesús para rescatarnos? Gabriela
14 de febrero
Efecto mariposa
“Les he enseñado que deben trabajar y ayudar a los que nada tienen. Recuerden lo que nos dijo el Señor Jesús: ‘Dios bendice más al que da que al que recibe’ ” (Hechos 20:35, TLA).
En muchos países del mundo hoy se celebra el Día del Amor y la Amistad. En muchos lugares se intercambian tarjetas, bombones, rosas, osos de peluche. Pero, más importante es poder realizar actos de amor hacia otros. Así, cada día puede ser una celebración de amor hacia otros.
¿Has oído hablar del “efecto mariposa”? Esto se refiere que un minúsculo cambio puede ocasionar grandes resultados; por ejemplo, que el aletear de una mariposa podría cambiar el clima de otro continente. Esta relación de causa-efecto puede aplicarse también a un simple acto de bondad, que puede ser contagioso y multiplicarse a grandes escalas.
Un conductor llegó al peaje en la carretera y notó que se había olvidado la billetera. El conductor que venía atrás se percató de ello y decidió pagar su cuenta. El conductor olvidadizo quedó tan agradecido que al siguiente día decidió retribuir el favor pagando el peaje del siguiente vehículo que venía detrás. Este simple gesto de bondad se repitió por las siguientes horas con muchos conductores que iban llegando a esa caseta de peaje.
Anita y su mamá decidieron preparar comida para salir a repartirla a las personas sin hogar. Al ver este gesto de bondad, algunos de sus vecinos se unieron y ahora hacen una gran cena para estas familias cada año en el parque del vecindario, con una hermosa decoración y muchos regalos.
Una pequeña acción es capaz de generar grandes reacciones en la vida de otros, no solo en quienes la reciben, sino especialmente en quienes la dan. Simples gestos, como una sonrisa, pueden cambiar el día a cualquier persona. Un amable saludo o ceder el asiento, puede hacer más feliz el día a alguien. Mantener el orden, obedecer las reglas o cuidar las plantas también hacen que el mundo sea un lugar mejor.
Hoy, cuando se celebra el Día del Amor y la Amistad, es un buen día para empezar tu propio efecto mariposa de bondad, ¿no te parece? Sé que Dios te usará para desencadenar grandes cambios en la vida de los demás. Así como usó a Moisés, David o Elías, Dios puede usarte para ocasionar reacciones asombrosas. Piensa, ¿qué podrías hacer hoy? ¡Más bienaventurado es dar que recibir! Magaly
15 de febrero
Androcles y el león
“Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7).
¿Qué recibes cuando das bondad? Más bondad. Es una ley. Los bondadosos reciben como respuesta más bondad.
Un antiguo historiador llamado Apiano describió en su libro Maravillas de Egipto un incidente que él mismo presenció en la ciudad de Roma, en los días de Julio César. Ocurrió en el inmenso Coliseo romano, donde las multitudes se divertían con crueles batallas entre fieras y humanos. Un día fue traído desde el norte de África un esclavo condenado a muerte. El show consistiría en ver la lucha entre el esclavo y un hambriento león.
El esclavo esperaba temblando su fatal desenlace. Finalmente, se liberó al león para así iniciar el espectáculo. Grande fue la sorpresa de todos cuando el león, lejos de atacar al pobre esclavo, se detuvo, como observándolo, y luego mansamente se acercó y comenzó a lamerle las manos y los pies.
Julio César, maravillado por la escena, mandó a llamar al esclavo. Se le preguntó su nombre y la razón del comportamiento del león. Él contestó que se llamaba Androcles y contó que luego de haber huido de su cruel amo, se escondió en una cueva del desierto. Cierto día, entró allí cojeando un león. Por sus gemidos y la sangre que le corría por la pata, se notaba que le dolía mucho. El león extendió su pata, y Androcles pudo ver que tenía clavada una enorme espina. Con cautela, le sacó la espina y, luego de eso, el león durmió tranquilamente. Androcles vagó por el desierto hasta que su amo lo recapturó y lo llevó a Roma para ser devorado por leones. Y ahora, varios meses más tarde, se había producido este sorprendente e inesperado reencuentro con el león.
¡Qué maravilloso! El león sencillamente trató a Androcles con la misma bondad con que él lo había tratado meses atrás. Sin saberlo, Androcles experimentó las palabras del versículo de hoy.
Recuerda siempre ser bondadoso con tus padres, tus hermanos, tus amigos y hasta con tus mascotas. Y más todavía: trata con bondad a los que te tratan mal, y observa su respuesta. Aunque tarden en reaccionar, finalmente caerán rendidos ante la bondad. Te aseguro que, como le ocurrió a Androcles, ¡ser bondadoso te traerá gratas sorpresas! Gabriela
16 de febrero
El mundo necesita más niños como Oliver
“El Rey les contestará: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron” (Mateo 25:40, DHH).
Por las redes sociales anduvo circulando un video con el título de la meditación de hoy. ¿Quieres saber de qué trata? Resulta que un niño de unos seis o siete años llamado Oliver tiene una misión muy particular junto a su mamá: hacer sonreír a la gente. ¿Cómo llevan a cabo esta tarea? Visitan hogares de ancianos llevando flores y tarjetas.
Entonces Oliver entra en acción: reparte una tarjeta y una flor acompañados de un largo y fuerte abrazo a cada ancianito. Su mamá se tomó el trabajo de filmar las reacciones e hizo un compilado. ¡Qué hermoso fue ver esos ojos húmedos y esas sonrisas de agradecimiento en los abuelos!
¿Has pensado en lo sencillo que es hacer feliz a alguien? Oliver encontró una de muchas maneras de pensar en los demás y hacer algo por ellos. ¿Se te ocurre alguna otra manera? Acá hay algunas ideas dadas por Jesús mismo en Mateo 25:31 al 46: compartir nuestro alimento con alguien hambriento, dar agua a quien tiene sed, ser hospitalario y tener un hogar abierto para recibir gente, visitar a gente enferma o débil, visitar a los