Las manipulaciones del mito del enfrentamiento por la Tireátide emergen como un medio esencial de la facción oligárquica argiva para ejecutar las maniobras políticas necesarias en su camino al poder, desde la elaboración del tratado de paz con Esparta como una continuación de la antigua disputa por la Tireátide, hasta la presentación de la sospechosa supervivencia de los “Mil” en Mantinea como una prueba de su similitud con los intrépidos Campeones, como así también la ejecución del golpe en Argos con un grupo numéricamente idéntico de espartanos. El uso retórico del mito permitió a los “Mil” argivos una notable fluidez en su auto-representación: podían asumir una postura pro-espartana o anti-espartana para respaldar tanto la paz como la guerra, al tiempo que enfatizaban su conexión carismática con el pasado heroico.
Tebas y Orcómeno
Consideremos ahora otro par de ciudades: Tebas y Orcómeno. Para esto, mi texto clave es un pasaje de Diodoro Sículo (15.79.3-6), fechado en 364 a.C. La narrativa es tan notable que merece ser citada en su totalidad:
(3) τότε δὲ τοῖς Θηβαίοις ἔδοξε στρατεύειν ἐπὶ τὸν Ὀρχομενὸν διὰ τοιαύτας τινὰς αἰτίας. τῶν φυγάδων τινὲς βουλόμενοι τὴν ἐν Θήβαις πολιτείαν εἰς ἀριστοκρατικὴν κατάστασιν μεταστῆσαι, συνέπεισαν τοὺς τῶν Ὀρχομενίων ἱππεῖς, ὄντας τριακοσίους, συνεπιλαβέσθαι τῆς ἐπιβολῆς. (4) οὗτοι δὲ εἰωθότες μετὰ Θηβαίων ἀπαντᾶν ἡμέρᾳ τεταγμένῃ πρὸς τὴν ἐξοπλισίαν, εἰς ταύτην συνέθεντο ποιήσασθαι τὴν ἐπίθεσιν· πολλῶν δὲ καὶ ἄλλων κοινωνούντων τῆς προθέσεως καὶ προσορμησάντων, ἀπήντησαν πρὸς τὸν καιρόν. (5) οἱ μὲν οὖν συστησάμενοι τὴν πρᾶξιν μετανοήσαντες ἐδήλωσαν τοῖς βοιωτάρχαις τὴν ἐπίθεσιν, προδόντες τοὺς συνομόσαντας, καὶ διὰ τῆς εὐεργεσίας ταύτης ἑαυτοῖς ἐπορίσαντο τὴν σωτηρίαν. τῶν δ’ ἀρχόντων συλλαβόντων τοὺς τῶν Ὀρχομενίων ἱππεῖς καὶ παραγαγόντων εἰς τὴν ἐκκλησίαν, ὁ δῆμος ἐψηφίσατο τούτους μὲν ἀποσφάξαι, τοὺς δ’ Ὀρχομενίους ἐξανδραποδίσασθαι καὶ τὴν πόλιν κατασκάψαι. ἐκ παλαιῶν γὰρ χρόνων οἱ Θηβαῖοι πρὸς τούτους ἀλλοτρίως διέκειντο, δασμοφοροῦντες μὲν τοῖς Μινύαις ἐν τοῖς ἡρωικοῖς χρόνοις, ὕστερον δ’ ὑφ’ Ἡρακλέους ἐλευθερωθέντες. (6) οἱδ’ οὖν Θηβαῖοι καιρὸν ἔχειν νομίσαντες καὶ προφάσεις εὐλόγους τῆς τιμωρίας λαβόντες, ἐστράτευσαν ἐπὶ τὸν Ὀρχομενόν· κατέχοντες δὲ τὴν πόλιν τοὺς μὲν ἄνδρας ἀπέκτειναν, τέκνα δὲ καὶ γυναῖκας ἐξηνδραποδίσαντο.
(3) En ese momento, los tebanos decidieron marchar contra Orcómeno por las siguientes razones. Ciertos refugiados que querían cambiar la constitución de Tebas a una aristocracia indujeron a los caballeros de Orcómeno, trescientos en total, a unirse a ellos en el intento. (4) Estos caballeros, que tenían el hábito de reunirse con algunos tebanos en un día determinado para realizar maniobras militares, acordaron realizar el ataque en este día, y junto con muchos otros que se unieron al movimiento y sumaron sus esfuerzos, se reunieron a la hora acordada. (5) Ahora, los hombres que habían originado la acción cambiaron de opinión, y revelaron a los beotarcas el ataque proyectado, traicionando así a sus compañeros conspiradores, y con este servicio adquirieron seguridad para sí mismos. Los oficiales arrestaron a los caballeros de Orcómeno y los llevaron ante la Asamblea, donde la gente votó ejecutarlos, vender a los habitantes de Orcómeno como esclavos y arrasar la ciudad. Pues desde tiempos anteriores los tebanos habían estado mal dispuestos hacia ellos, habiendo pagado tributo a los Minias en la Época Heroica, pero más tarde fueron liberados por Heracles. (6) Así que los tebanos, pensando que tenían una buena oportunidad y habiendo tenido pretextos plausibles para castigarlos, marcharon contra Orcómeno, ocuparon la ciudad, mataron a los habitantes masculinos y vendieron como esclavos a mujeres y niños13.
Hay algunas similitudes notables entre este episodio y las reconstrucciones que he ofrecido para el caso de la Guerra Lelantina y el enfrentamiento argivo-espartano por la Tireátide. Primero, encontramos que 300 hippeîs de Orcómeno tenían una tradición de maniobras militares conjuntas (τὴν ἐξοπλισίαν) en una fecha particular con “algunos tebanos”14. No solo eso, sino que los hippeîs orcomenios estaban listos para luchar en nombre de esos tebanos con el fin de derrocar la democracia tebana. Tal patrón de cooperación entre las aristocracias de las ciudades vecinas, junto con sus prácticas militares conjuntas, se parece mucho a mi modelo sobre las confrontaciones aristocráticas rituales que tienen lugar en el contexto de la paz entre bandos opuestos. Propongo que el relato de Diodoro de que los hippeîs de Orcómeno estaban acostumbrados (εἰωθότες) a reunirse con ciertos tebanos para realizar prácticas militares es evidencia de un recurrente compromiso militar y ritual análogo a las disputas sobre la llanura lelantina y la Tireátide. En el caso de los orcomenios y los tebanos en 364, no tenemos ninguna información concerniente a la forma particular del combate ritual: puede haber sido una batalla no-letal, o quizás ejercicios militares conjuntos más elaborados.
Es interesante plantear que la contraparte tebana de los 300 hippeîs orcomenios era también un cuerpo de 300 hippeîs. Tal situación se asemeja a los combates por el territorio de la Tireátide entre grupos de trescientos espartanos y argivos. El intento de los hippeîs de Orcómeno de apoyar un golpe de estado aristocrático en Tebas en 364 encuentra un paralelo exacto en los eventos de 417, cuando mil espartanos ayudaron al cuerpo de mil argivos a establecer un régimen oligárquico en Argos.
Diodoro agrega una información fascinante cuando narra el descubrimiento de la conspiración y la decisión de la asamblea tebana de destruir a Orcómeno. El foco de repente cambia a los tiempos antiguos (παλαιῶν γὰρ χρόνων), a los tiempos de los héroes (τοῖς ἡρωικοῖς χρόνοις): se relata que hubo una antigua enemistad entre Tebas y Orcómeno, y que los tebanos habían rendido tributo a los orcomenios hasta que Heracles los liberó. Podemos inferir que los encuentros militares rituales entre los hippeîs tebanos y orcomenios aparentemente tenían una contraparte mítica en la historia de la enemistad histórica entre las dos ciudades. Hemos visto mitos similares en el caso de la Guerra Lelantina y la lucha por la Tireátide.
El último y excepcional aspecto de este episodio es su retrato escalofriante de la adopción retórica del mito de la enemistad por parte de la facción democrática tebana. La antigua confrontación entre Tebas y Orcómeno se usa para motivar la horriblemente brutal