Encuentro con las élites del Mediterráneo antiguo. Julián Gallego. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Julián Gallego
Издательство: Bookwire
Серия: Estudios del Mediterráneo Antiguo / PEFSCEA
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788418095917
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propone que, en el proceso de transformación igualadora de Esparta, se creó una versión más abierta de los aristocráticos “proto-hippeîs” hereditarios: el cuerpo selecto de hippeîs hoplíticos, elegido sobre la base de la excelencia militar.

      La oscuridad del curso exacto de los cambios en la Esparta arcaica hace que la descripción precedente sea algo abstracta, pero la creación de los cuerpos de élite abiertos a todos los espartiatas sobre la base del mérito y portando el nombre aristocrático de los hippeîs debe haber sido un paso radical. Un análisis de la constitución mixta de Esparta, transmitida por Estobeo y atribuida por él a Arquitas, destaca a los hippagrétai (los que seleccionaban a los hippeîs) y a los kóroi (hippeîs) como los componentes democráticos de la constitución (Figueira, 2006: 66-67).

      Situar la creación del cuerpo de los hippeîs en la línea de tiempo de la disputa argivo-espartana es una cuestión crucial que requiere más investigación. Conjeturo que la creación de ese cuerpo fue uno de los pasos en el proceso de transformación de las batallas rituales en hostilidades reales, que dio lugar a la anexión permanente de la Tireátide por Esparta a mediados del siglo VI.

      Transformaciones de los mitos de antiguas enemistades

      Las confrontaciones rituales por la llanura lelantina entre Calcis y Eretria debieron haberse detenido cuando Atenas tomó el control de la llanura en el año 506 a.C. (Herodoto, 5.77.2). Por consiguiente, a finales del siglo VI, las recreaciones aristocráticas de las batallas letales por el dominio de las fronteras pertenecían al pasado. Sin embargo, las historias de confrontación entre Eretria y Calcis, y entre Argos y Esparta, siguieron estando muy presentes. Estas se convirtieron en argumentos muy disputados entre las facciones democráticas y oligárquicas. A continuación, presento dos casos, el primero de Eretria y el segundo de Argos.

      Ya he mencionado la descripción de Tucídides (5.41) de la propuesta que hicieron los argivos a los espartanos en 421 a.C. Los argivos ofrecieron firmar un tratado de paz con los espartanos, bajo la condición de seguir realizando batallas por el control de la Tireátide, en las que la persecución no iría más allá de las fronteras de Argos y Esparta. Las batallas tendrían lugar solo en ausencia de guerras o plagas tanto en Esparta como en Argos. ¿Cuál era el objetivo de la sugerencia de los argivos de reproducir el viejo enfrentamiento por la Tireátide? Comúnmente se interpreta como una simple ensoñación sobre su pasado glorioso.

      Sin embargo, parece claro que la idea de volver a recrear la batalla fue un hecho promovido por la facción oligárquica argiva. Por lo tanto, algunos miembros de la aristocracia argiva estaban interesados en resucitar la antigua práctica de enfrentar a los espartanos en batallas por la Tireátide. No tenemos información directa sobre sus razones, pero los sucesos de los siguientes años nos dan algunos indicios.

      En primer lugar, en el lapso de un año se instituyó en Argos a expensas públicas un cuerpo especial de élite de unos mil hombres jóvenes. Diodoro Sículo (12.75.7) señala que estos jóvenes “eran, al mismo tiempo, los más vigorosos en cuerpo y los más ricos” (καὶ μάλιστα τοῖς τε σώμασιν ἰσχύοντας καὶ ταῖς οὐσίαις); por lo tanto, si bien estos “Mil” fueron financiados con fondos públicos y se suponía que debían ser seleccionados a partir de los integrantes de la asamblea de ciudadanos (Diodoro Sículo, 12.80.2), aparentemente eran un grupo aristocrático. Nuevamente, nos está faltando información directa, pero es posible que la conformación de los “Mil” estuviera relacionada con la idea de revivir las batallas por la Tireátide: tal vez los “Mil” estaban originalmente destinados a luchar realmente contra los espartanos por ese territorio (Piérart, 2009: 278; Bershadsky, 2012: 73; 2013: 361).

      En 421 a.C., el tratado de paz entre Argos y Esparta aún no había entrado en vigencia —Alcibíades indujo a los argivos a realizar una volte-face, por lo que hicieron una alianza con Atenas—. Las posteriores transformaciones de los “Mil” son extraordinarias. Lucharon contra los espartanos en la Batalla de Mantinea en 418 y, aunque los argivos perdieron la batalla, los “Mil” ganaron popularidad en Argos (Aristóteles, Política, 1304a 25-26; Diodoro Sículo, 12.80.3). La mayoría de los “Mil” sobrevivieron a la batalla (Tucídides, 5.73.4), y Diodoro Sículo (12.79.6) transmite un relato fascinante que reivindica su supervivencia. Cuenta que los espartanos