Encuadernación. Josep Cambras. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Josep Cambras
Издательство: Bookwire
Серия: Artes & Oficios
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788434243361
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Las encuadernaciones bizantinas, con cubiertas de madera forradas de telas de gran precio y con abundancia de esmaltes. En ocasiones podía tratarse de tapices o de telas teñidas de púrpura. Es en este tipo de encuadernación donde empieza a desarrollarse una decoración basada en motivos religiosos y en la presencia de la figura humana, muy poco común en el Islam.

      • La encuadernación con pieles recubriendo la madera, generalmente asociada a talleres de influencia islámica. Se trata de un tipo de encuadernación muy abundante en los reinos peninsulares y que recibe el nombre de mudéjares.

      • Las encuadernaciones de menor valor, que generalmente se realizaban con cubiertas de madera sin decorar o muy simple, pero sin revestimiento, conocidas como encuadernaciones con pergamino. A menudo estaban reforzadas con protecciones o decoraciones metálicas. El pergamino solía usarse para los documentos o libros de uso frecuente y escaso precio o poco interés en su conservación.

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      Estilo plateresco con cantoneras y adornos metálicos.

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      Encuadernación en pergamino en forma de cartera (siglo XVI).

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      Estilo mudéjar con cierres y adornos metálicos.

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      Encuadernación de altar con oro y esmaltes.

      Las encuadernaciones de manuscritos islámicos

      Elmundo islámico tiene unas necesidades relacionadas con los escritos en principio similares a las del mundo cristiano. Desde muy pronto se reúne un “corpus” con los recuerdos de la doctrina transmitida por el profeta Mahoma. Es lo que recibirá el nombre de Corán. Se trata de un verdadero “libro” que necesita ser recordado, conocido y difundido en todo el Islam. A partir de esta necesidad religiosa aparece la necesidad de saber leer, escribir, estudiar e interpretar las escrituras para acceder a las enseñanzas religiosas. Incluso resulta frecuente que se use el Corán como texto básico para enseñar a leer y a escribir a los árabes, y para enseñar árabe a los creyentes que tienen otra lengua materna.

      Aparecen dos factores esenciales para la difusión de la encuadernación: la existencia de una profusa producción de libros que deben protegerse dado su alto precio, y la existencia de un libro enormemente importante y precioso que necesita el tratamiento más suntuoso y la máxima consideración como objeto en todos sus aspectos, incluida, naturalmente, la forma externa. También en el mundo musulmán el aspecto de protección se acentúa debido al uso generalizado del papel como soporte.

      Desde el punto de vista formal las primeras encuadernaciones árabes deben mucho a los precedentes coptos. En el Egipto cristiano se conocían los libros encuadernados en piel y con elementos de decoración adheridos, incluso con gofrados, y algunos con decoración en oro utilizando la técnica del guilloche. Los primeros ejemplares que conocemos proceden del siglo VI y hoy se conservan en el Museo Copto (El Cairo, Egipto). De hecho, las primeras encuadernaciones islámicas están claramente emparentadas con éstas. Sin embargo, en el mundo musulmán se desarrollaron y perfeccionaron estas técnicas de forma intensa. También son mucho más difundidas, incluso la literatura árabe describe las técnicas medievales así como las herramientas utilizadas. Así conocemos que, mucho antes que en Occidente, usaron el florón, el gofrado y los filetes. También utilizaban sistemas de decoración como el mosaico, los dorados o los cueros pintados.

      En la decoración predominan motivos vegetales o geométricos, pero no exclusivamente, debido a la prescripción de evitar las figuras que reproducen animales o seres humanos vinculados a la religión. La decoración geométrica suele ser compleja y con abundantes motivos entrelazados. Utilizan la forma característica en sobre o en cartera, esto es, con una solapa que cierra la encuadernación por el corte protegiéndolo mejor.

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      Ejemplo de encuadernación persa en cartera (siglo XIV).

      Este tipo de encuadernación tiene su centro en Egipto y Siria, pero también se encuentra en la España musulmana, de donde pasará a los Estados cristianos. Posteriormente su motor fue la Persia de los siglos XV y XVI o en los estados otomano y musulmanes de la India de forma paralela al estado occidental, pero al no disponer de imprenta la difusión del libro y su papel social queda claramente diferenciado de Occidente. Especialmente importante resulta el desarrollo de los dorados en Persia a partir del siglo XIV. De allí parece haberse trasladado a los estados peninsulares y haberse difundido por Italia y Francia ya bien entrado el siglo XV.

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      Encuadernación islámica (siglo XV).

      El libro impreso

      A partir de Gutenberg, a mediados del siglo XV se produce otro cambio esencial en el libro y, en consecuencia, en sus encuadernaciones: la aparición progresiva del libro impreso hasta imponerse. Ello redunda en una serie de modificaciones en la forma y, sobre todo, en la valoración del libro. De entrada es mucho más asequible y homogéneo. Se aleja del producto excepcionalmente caro, artesanal y elitista que había definido al libro medieval. Por un lado ya no se considera una obra exclusiva de alto valor y en el que hay que invertir para proteger y mantener en buenas condiciones. Se trata de una obra idéntica a otras muchas y sin una necesidad de protección tan grande debido a su menor precio y mayor número. Ello influye en una menor valoración de la encuadernación, si bien pronto se recuperará aunque con un valor y una finalidad distintos. Ahora se trata, en esencia, de distinguir un libro, y a su propietario, de los demás, aparentemente iguales. Muchas veces la simple posesión del libro ya no es suficiente motivo de distinción. Nace la necesidad de personalizar y realzar los libros de un propietario. Ello se consigue ensalzando su nombre, emblema o divisa, y su gusto, incorporando los motivos heráldicos, generalmente en forma de emblema o medallón en el centro del libro, alusivos al propietario.

      Muchas de las primeras encuadernaciones renacentistas platerescas están decoradas con ruedas, formando dos o tres rectángulos inscritos uno dentro del otro con un emblema central. Durante todo el Renacimiento la encuadernación española tiene una fuerte personalidad, muy influida por las decoraciones mudéjares y menos figurada que en otros lugares.

      Por otra parte, el libro se vendía encuadernado y algunos editores, como Aldus de Venecia, llamados aldinos, se encargaron de ponerlo en el mercado con encuadernaciones lujosas que valorizaran la obra, del mismo modo que se cuidaban otros detalles como la tipografía, la edición o los grabados.

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      Encuadernación veneciana (1562).

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      Encuadernación renacentista (siglo XVI).

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      Decoración aldina (siglo XVI).

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      Estilo plateresco con gofrados y dorados.

      Las encuadernaciones renacentistas

      Esta orientación es la que dará origen a las denominadas encuadernaciones renacentistas. En ellas pronto se sustituye la madera sobre la que se extendía la piel por materiales más livianos como el cartón. También los materiales preciosos van perdiendo importancia