Según Mellerowicz, se considera carencia de movimientos cuando las exigencias corporales permanecen de forma crónica por debajo del umbral de excitación necesaria para el mantenimiento y/o aumento de la capacidad funcional de las células. Para los dos pilares del rendimiento humano, esto significa no superar el umbral del 30% de la capacidad de rendimiento máximo en personas no entrenadas, lo que trae aparejado procesos de atrofia y pérdida de la función.
Los efectos negativos del sedentarismo se pueden comprobar a nivel de:
1.Aparato de sostén y locomotor. Responsables de la postura erecta son los músculos posturales en colaboración con el aparato de sostén pasivo, que deben luchar constantemente contra la fuerza de gravedad. En el caso de que dichos músculos, insuficientemente desarrollados como consecuencia de prolongados lapsos sedentes sin compensación correspondiente, no puedan cubrir su función natural, sobreviene la fatiga crónica, debilidades posturales crónicas y finalmente vicios posturales. Éstos repercuten desfavorablemente, en la niñez y adolescencia, sobre el desarrollo óseo del tórax y sobre la función cardiorrespiratoria, y en los adultos sobre la función de la zona lumbar. Debemos mencionar también la proliferación de trastornos de los arcos plantares, consecuencia de una insuficiente musculatura intrínseca y extrínseca y de una debilidad ligamentaria no pocas veces agravada por el peso.
2.Órganos internos. En los últimos años se ha comprobado un incremento de la tasa de incidencia de las ECV. El aumento de los factores de riesgo entre los que se cuenta el sedentarismo es al parecer la causa principal. El «moderno corazón de oficina» trae aparejado una serie de perjuicios:
•Reducida capacidad de carga.
•Desmesurado aumento de la frecuencia.
•Escaso aumento del volumen sistólico ante un esfuerzo.
•Tiempo diastólico (de reposo o irrigación) acortado.
La carencia de movimiento causa, asimismo, atrofia por inactividad y disminución del rendimiento del aparato respiratorio (capacidad vital y
3.Trastornos reguladores. El sedentarismo influye negativamente sobre las glándulas de secreción interna, especialmente las suprarrenales, disminuyendo la capacidad de adaptación orgánica al trabajo y al rendimiento. La forma más significativa de trastorno regulador del sistema nervioso autónomo lo representa la hipertonía simpática crónica, que mutila la economía cardíaca y favorece la hipertensión arterial. El elevado tono simpático, por otro lado, perjudica las fases de recuperación y regeneración, especialmente postejercicio. Además, el sedentarismo disminuye la capacidad de tolerancia al estrés.
2.4.5.Actividad física frente a sedentarismo
El ejercicio físico influye positivamente en el desarrollo de una vida regular, modula la alimentación cualitativa y cuantitativamente, modera el consumo de alcohol, la adicción al tabaco y colabora en el control del estrés.
El entrenamiento tiene efectos preventivos sobre:
•Trastornos posturales.
•Alteraciones de la columna vertebral.
•Trastornos de la regulación simpática.
•Hipertensión arterial.
•Arteriosclerosis.
•Insuficiencia coronaria.
•Infarto de miocardio.
•Obesidad.
•Diabetes mellitus.
•Enfermedades geriátricas.
•Alteraciones circulatorias periféricas.
2.4.6.Promoción de la salud y la actividad física
El comité integrado por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Medicina del Deporte, a través de su declaración, fechada en abril de 1994, recomienda:
•La actividad física diaria debe aceptarse como la base de un estilo de vida sano; por tanto, la actividad física debe integrarse en los hábitos cotidianos. Un primer paso lógico consistiría en usar escaleras en lugar de ascensores y recorrer trayectos cortos en bicicleta.
•Hay que ofrecer a los niños y adolescentes las instalaciones necesarias y la oportunidad de participar en programas diarios de ejercicio agradable para que la actividad física se convierta en hábito que dure toda la vida.
•Es preciso animar a los adultos a aumentar su actividad física habitual poco a poco, con el fin de que puedan hacer a diario por lo menos 30 minutos de ejercicio físico de intensidad moderada, por ejemplo caminar rápido y subir escaleras. Otras clases de ejercicios más fatigosos, como jogging, el ciclismo, practicar ejercicio y deporte (fútbol, tenis, etc.) y la natación pueden reportar beneficios adicionales.
•Conviene ofrecer una variedad de oportunidades y más estímulo a las mujeres para que dediquen tiempo a ejercicios saludables.
•Se debe instar a los ancianos, incluso a los de edad más avanzada, cuyo número va en aumento en todo el mundo, a llevar una vida físicamente activa para mantener su independencia de movimiento y autonomía personal, reducir los riesgos de lesiones físicas y promover una nutrición óptima. Con ello se facilitará su desempeño en la sociedad y sus relaciones sociales.
•Las personas con discapacidades o enfermedades crónicas deben recibir orientación con respecto al ejercicio y contar con instalaciones apropiadas a su capacidad.
•Es preciso divulgar ampliamente los beneficios que reporta comenzar una actividad física a cualquier edad.
Después de mencionar la importancia de la vida activa, tanto o más importante es la acción que hay que realizar. La prescripción de ejercicio es importante, pero el ejercicio puede ser tan positivo como negativo, depende de la forma de realizarlo; por ello es imprescindible que seamos los profesionales del ejercicio y fitness quienes prescribamos el ejercicio tanto en lo que respecta a su cantidad como a su calidad.
2.4.7.Efectos de la actividad física
Efecto metabólico
•Ayuda a mantener y disminuir el peso de grasa corporal.
•Estabiliza la glucemia.
•Ofrece protección contra la arteriosclerosis.
•Ayuda en el control del colesterol negativo (LDL y VLDL).
•Mejora la relación entre el colesterol bueno (HDL) y el malo (LDL y VLDL).
•Disminuye el ácido úrico.
•Segrega hormonas corporales positivas, mejorando el estado de humor de la persona que lo práctica.
Efecto cardiorrespiratorio
•Protege contra las lesiones que puede sufrir el sistema coronario.
•Economiza las funciones cardiorrespiratorias.
•Disminuye la tensión arterial alta.
•Ofrece protección contra la arteriosclerosis.
•Aumenta el riego sanguíneo cerebral.
•Incrementa la capilarización.
•Aumenta el volumen sistólico.
•Incrementa la coordinación y capacidad de los músculos respiratorios.
•Mejora la capacidad vital y aumenta el consumo de O2.