149 En hebreo לַ֭שְׁמִעַ בְּקֹ֣ול תֹּודָ֑ה וּ֝לְסַפֵּ֗ר כָּל־נִפְלְאֹותֶֽיךָ lašmia‘ bəqōwl tōwḏāh ūləsappêr kāl-nip̄lə’ōwṯeḵā. La versión griega de los LXX o Septuaginta utiliza aquí ἀκούω, “oír, escuchar” en lugar del hebreo לַ֭שְׁמִעַ “contar, proclamar” con lo que el sentido se invierte por completo: ὁ ἀκούω φωνή αἴνεσις καί διαἡγέομαι πᾶς ὁ θαυμάσιος σύ que la Vulgata traduce al latín como: “Ut audiam vocem laudis, et enarrem universa mirabilia tua”, “Para oír la voz de tu alabanza, y contar todas tus maravillas”. Sobre esta traducción de la Vulgata dice AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «¿Y qué es “oír la voz de tu alabanza? Es asumir que cuanto hay de maldad en nosotros brota de nosotros mismos, mientras que todo cuanto hay de bueno y de acciones justas es obra de Dios. Por tanto, no te vanaglories de tus propias acciones cuando son buenas, porque jactarte de ellas porque son buenas las hace malas. Ni aún te vanaglories de tu alabanza a Dios, porque vanagloriarte la hace inaceptable ante él. “tal como está escrito: el que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:30-31)».
150 Juan 4:23-24.
151 1 Pedro 5:10.
152 Spurgeon alude aquí al comportamiento de algunos perros que ladran a la luna cuando está llena. La tradición dice que o bien la perciben como una amenaza, o bien que es una costumbre que deriva de sus antepasados los lobos, que aullarían a la luna llena. El refrán o modismo: «Aullar a la luna» implica expresar ira contra algo o alguien que por está en una posición elevada, fuera de nuestro alcance y a la que no podemos ofender ni causar daño alguno, o también amenazar inútilmente. Esta es la idea del comentario de Spurgeon.
153 La coincidencia de estos dos términos hebreos מְעֹ֣ון בֵּיתֶ֑ךָ mə‘ōwn bêṯeḵā que traducimos como “la habitación de tu casa” o “la casa donde habitas” únicamente se da en este versículo. Encontramos expresiones similares referentes a la santa morada de Dios en Deuteronomio 26:15; 2 Crónicas 30:27; Salmo 65:8; Jeremías 25:30; Zacarías 2:13. La versión griega de los LXX o Septuaginta lee εὐπρέπεια οἶκος que la Vulgata traduce al latín como: “decorem domus tuae”, “la hermosura de tu casa”. Sobre ello comentan:
–CASIODORO [485-583]: «“La hermosura de tu casa” no se refiere aquí al esplendor de las paredes ni la suntuosidad del mobiliario, sino a la naturaleza bendita de las acciones que en ella se realizan y en las cuales se regocijan todos los que en ella se congregan: el canto de los salmos, la sinceridad de las oraciones y la piedad humilde de los creyentes. Porque ellos son “la morada de tu gloria”, como lo expresa Pablo: “el santuario de Dios, el cual sois vosotros, es sagrado” (1 Corintios 3:17). Cuando dice “tu casa” se refiere al santuario del corazón; y luego añade esta expresión maravillosa “la morada de tu gloria”, todo lugar donde él habita es glorioso pues su presencia llena de gloria dondequiera que él decide morar (1 Corintios 6:19-20)».
–HUGO DE CLUNY [1024-1109] constructor en 1080 de la III Abadía de Cluny en la Borgoña, Francia, el mayor edificio religioso de Occidente durante más de tres siglos hasta la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma en 1506, declara que se inspiró para ello en las palabras de este versículo: “Señor, he amado la hermosura de tu casa, y el lugar de la morada de tu gloria” (26:8 Vulgata).
154 Salmo 27;4; 84:2.
155 Génesis 28:17.
156 Día de reposo.
157 Isaías 23:9.
158 Mateo 13:24-30; 36-43.
159 Isaías 49:8; 2 Corintios 6:2.
160 Salmo 1:5; 89:5-7.
161 Eclesiástico 16:1-7; 21:10.
162 Números 23:10 LBLA.
163 Mateo 13:30.
164 Salmo 27:10.
165 En hebreo יַֽאַסְפֵֽנִי ya’asp̄ênî, de אָסַף asaph, “juntar, reunir”, como en Génesis 29:3: “Y juntaban allí todos los rebaños”.
166 Números 23:10 LBLA.
167 Apocalipsis 22:11.
168 1 Juan 3:3.
169 1 Juan 3:2.
170 Los versículos nueve y diez son de difícil interpretación dentro del contexto hasta el punto que algunos los ven incluso como un tanto ajenos a él. Sin embargo expresan una preocupación muy real en el antiguo Israel y que remonta al propio Abraham: la posibilidad de que los justos se vean afectados por la suerte nefasta de los impíos: “¿En verdad destruirás al justo junto con el impío? (…) Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” (Génesis 18:23-25). En realidad reflejan el tenor de todo el Salmo que parte de las palabras mismas con las cuales comienza. Y en este sentido se expresan los Padres de la Iglesia:
–AGUSTÍN DE HIPONA [354-430] se plantea ya esta cuestión al comentar el versículo uno (26:1), por lo cual lo repetimos aquí: «¿Por qué razón pide algo tan arriesgado y peligroso como “júzgame, oh, Señor”? ¿Qué subyace tras esta solicitud de ser juzgado? Su deseo de no ser contado entre los malos (26:9). Algo que expresa aún más claramente en otro Salmo: “Júzgame, oh Dios, y discierne mi causa de una gente no santa (Salmo 42:1; en la Vulgata, Salmo 43:1). Aunque habite en medio de ellos: ¡distíngueme, Señor de ellos! Pues aunque transgresor como ellos, yo he procedido de buena fe “en mi integridad he andado y he confiado en ti sin titubear” Y eso me hace distinto a ellos».
–Ver también el comentario de CASIODORO en nota 11 así como los las notas y comentarios al Salmo 28:3 con el cual guardan un paralelo: la preocupación de ser contado entre los impíos: “No me arrebates juntamente con los malos, y con los que hacen iniquidad” (28:3).
171 La versión griega de los LXX o Septuaginta lee la segunda parte de este versículo como: ὁ δεξιός αὐτός πίμπλημι δῶρον que la Vulgata traduce al latín como: “dextera eorum repleta est muneribus” “la diestra de ellos esta colmada de regalos”. Sobre esta traducción, el poeta inglés del siglo XIV WILLIAM LANGLAND [1332-1400] famoso por su poema alegórico “Piers Plowman” (traducido al español como “Pedro el labrador”) en el que critica la explotación de la que eran objeto en su época de los campesinos por parte de los nobles y de la Iglesia comenta: «Dios hace que su justicia y favor sean otorgados incluso a hombres en cuyas manos está el mal, con tal que “su diestra esté colmada de regalos”».
172 En el original: “a golden ear pick, or she cannot be heard”. En nuestra sociedad actual cabría decir con toda propiedad: “con un ‘piercing’ de oro en la lengua”, y expresaría incluso mejor la misma idea.
173 Estos versos de SAMUEL BUTLER [1613-1680] coinciden plenamente con los de su antecesor el poeta español JUAN RUÍZ [1284-1351], más conocido por el seudónimo de ARCIPRESTE DE HITA, en su conocida obra “El libro del buen amor”, donde refiriéndose al poder del dinero escribe irónicamente: “Si tuvieres dinero tendrás consolación, / placeres, alegrías y del Papa ración, / comprarás Paraíso, ganarás salvación: / donde hay mucho dinero hay mucha bendición”. Ver al respecto la nota 119 del Salmo 49 en