ALIMENTACIÓN PARA EL DEPORTE Y LA SALUD
Joan Ramon BARBANY
con la colaboración de
Antonia LIZÁRRAGA y Raul BESCÓS
Diseño de cubierta: Rafael Soria
© 2018, Joan Ramón Barbany
Editorial Paidotribo
E-mail: [email protected]
4a reimpresión de la 1a edición
ISBN: 978-84-9910-086-9
ISBN EPUB: 978-84-9910-898-8
BIC: MBNH3;WS
Fotocomposición: Editor Service, S.L.
A Núria y Mariona Barbany-Freixa
ÍNDICE
2. Funciones digestivas y ejercicio físico
3. Los alimentos: valor nutritivo y composición
4. Metabolismo muscular en el ejercicio
5. Clasificación funcional del ejercicio. Tipos de combustible utilizado
11. Minerales, electrólitos, oligoelementos y microelementos
13. Suplementación ergogénica (I)
14. Suplementación ergogénica (II)
15. Necesidades nutritivas del deportista
16. Elaboración de dietas. Dieta equilibrada del practicante de ejercicio
17. Dietética aplicada a la práctica deportiva
18. Alimentación y ejercicio para la salud
19. Estado nutricional y su evaluación para el ejercicio y la salud
20. Trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en el deporte
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
La necesaria constancia en la composición de nuestro medio interno (homeostasis) se logra en gran medida adoptando las medidas nutricionales y dietéticas destinadas al aporte de los elementos necesarios para mantener a buen ritmo y sin alteraciones las funciones vitales. Durante la actividad física y la práctica deportiva, esta necesidad se hace aún más palpable y las exigencias son mayores. El objetivo de este libro es analizar esta problemática y proporcionar al lector interesado en estos temas herramientas de conocimiento básicas, dirigidas con especial énfasis al estudio de la alimentación para la práctica deportiva, al mantenimiento de una buena condición física y a una vida saludable.
Las actuales formas de vida en las sociedades avanzadas introducen factores de riesgo para muchas enfermedades. Los hábitos alimentarios inadecuados, marcados por el exceso de calorías o el déficit de algunos elementos nutritivos, junto con el sedentarismo, se relacionan estrechamente con la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer. Una nutrición correcta, el ejercicio físico regular y el seguimiento de unas reglas básicas de higiene de vida (evitando en lo posible el estrés y los excesos de alcohol y tabaco) son los pilares de una vida saludable.
La dietética en el deporte es una parte importante de la ciencia de la alimentación humana, dirigida a establecer las condiciones nutricionales óptimas con las que pueda aumentar el bienestar, las condiciones de salud y el rendimiento físico del atleta y deportista, o del practicante ocasional, que efectúa ejercicio físico de carácter recreativo. Dada la creciente importancia económica y social del deporte, la dedicación al atleta profesional o de competición es el objetivo prioritario.
Con la progresiva incorporación de especialistas en dietética del deporte y la mayor mentalización de los practicantes deportivos, sus preparadores y entrenadores, han mejorado mucho las condiciones nutricionales de los deportistas y atletas. A pesar de ello, muchas encuestas nutricionales revelan que todavía se cometen errores dietéticos graves (en ocasiones de manera voluntaria) que no sólo pueden perjudicar el rendimiento, sino también llegar a ser una amenaza para la salud. Los principales problemas registrados son:
– Aporte energético global inadecuado, con dietas insuficientes (gimnasia femenina) o excesivas (halterofilia o lanzamientos).
– Desequilibrios en la participación de los diferentes principios inmediatos, con exceso de proteínas y de lípidos.
– Errores en el diseño de las dietas, con exceso de alimentos cárnicos, grasas saturadas e hidratos de carbono refinados (de absorción rápida).
– Aporte insuficiente de alimentos de origen vegetal (legumbres, verduras y frutas frescas).
– Aporte incorrecto de fibra, con déficit, pero también en ocasiones exceso.
– Carencias, o más frecuentemente subcarencias, de ciertos componentes minerales (en especial calcio, zinc y hierro) y vitamínicos (especialmente el complejo B).
– Aporte inadecuado de agua.
– Exceso de alcohol, especialmente en algunos deportes de equipo.
– Errores en la programación de las ingestas, tanto en relación con las cantidades ingeridas como en su secuencia temporal. Muchas veces son demasiado abundantes y con una incorrecta programación horaria,