Sé consciente de ti, todas las versiones tuyas que han existido a lo largo del tiempo son la misma persona. Cada una de ellas se encuentra condicionada por un millón de factores que van más allá de nuestras manos. Simplemente están y debes aprender a vivir con ellas...
DÍA 26
La soledad suele manifestarse de diferentes formas a lo largo de la vida, cada una de estas representa una parte de nosotros en la que nos falta algo; pudiendo conocer, o no, aquello que nos hace falta. El sentimiento de soledad puede hacerse visible en cualquier instante: puede ser en una fiesta, rodeado de personas, con tus mejores amigos o la persona que quieres. La soledad nos acompaña en todo momento. Es parte de nuestra naturaleza humana y es vital para nuestra supervivencia. Debemos aprender a vivir con ella, ser capaces de estar con nosotros mismos, y no sentirnos mal por creer que no tenemos todo lo que necesitamos. Todo está frente a nuestros ojos.
La soledad puede implicar la realización de acciones que, a simple vista, van en contra de nuestros principios. Acciones que se enmascaran tras el desolado sentir de una persona que no siente compañía alrededor y simplemente desea un poco de atención y cariño. Son palabras fuertes, en un contexto en que la mejor versión de nosotros no es la que mostramos ante el resto, sino una vulnerable y triste. Una que no entiende su entorno y lo que necesita es solo un poco de contacto humano. Algo más real… en teoría.
Ahí es cuando, en muchos casos, las personas pueden colapsar. Una pequeña dosis de entendimiento en que pueden ser capaces de mirarse al espejo y asumir que se sienten solos y necesitan de un nuevo rumbo en sus vidas. Sienten que les falta algo, lo que no tiene nada de malo, por cierto, pero que para comprender el significado del propio accionar, requiere esfuerzo y paciencia para lograr auto analizarse constructivamente sin caer en la paranoia, el cuestionamiento y la desdicha.
La construcción personal es diaria. Los estímulos externos, constantes, y está en nosotros tomarlos de la mejor manera y asimilarlos positivamente. No es malo sentirnos solos, es una oportunidad para conocernos más. Es la chance que tenemos de realmente desprendernos de las cosas que creemos nos hacen bien, en cambio, nos arrastran a un círculo vicioso de disconformidad y tristeza. Podría asegurar que tú y todos nosotros nos hemos sentido solos. Recuerda las situaciones donde te has sentido así e intenta recordar el porqué de ese sentimiento. Transpórtate a esos momentos en que has sentido desamparo, esa sensación negativa que puede producir la soledad y, por favor, piensa si era justificada. Piensa si en realidad estabas solo o era tu mente la que jugaba contigo. Cuando mires hacia atrás, jamás olvides los buenos momentos ni a la gente que siempre ha estado junto a ti, porque la soledad no es algo que debas superar; es parte tuya por el mero hecho de ser un ser humano, un ser individual que vive. La emocionalidad detrás de la vida es la que te hace cuestionarte si tienes o no gente que te acompañe mientras avanzas, y eso, es algo que nunca deberías dudar.
Siempre hemos tenido y tendremos gente alrededor. Personas que han entregado parte de sí para iluminar un poco más nuestro camino y nuestra consciencia. Son individuos que están cerca y se preocupan por nosotros. No porque debido a circunstancias de la vida nos sintamos solos, significa que realmente lo estemos.
Todos somos uno y nos acompañamos en este viaje al que llamamos vida.
Para algunos es más fácil, para otros, más difícil. Pero nunca debes cuestionar tu propia existencia por las acciones del otro. Jamás dudes de ti por responsabilidad del resto. No estás solo o sola, nadie lo está. Mira alrededor, date cuenta de que vives y sientes, y tienes gente a tu lado para seguir adelante.
Que nadie te diga o te haga sentir lo contrario.
DÍA 27
Nunca debemos dar por hecha la derrota. Tenemos que preservar ese último aliento de esperanza y energía para sobrellevar las adversidades que nos presenta el camino. No siempre resultará como esperamos, pero no dudemos en entregar el máximo potencial que, como seres humanos, podemos llegar a dar.
La vida está llena de senderos. Las decisiones que tomamos día a día forjan la ruta que cimentamos frente a nosotros. Como un río que fluye al medio de la montaña con los árboles como silentes vigías y las aves volando raudas a su alrededor. Nuestra vida es un flujo energético constante que podemos aprovechar al máximo si queremos. Todos tenemos la capacidad de generar grandes cosas. Está en el poder, la perseverancia y la fuerza de la decisión, la clave para dar esos pequeños pasos hacia nuestro destino.
No pensemos en la vida como una receta mágica que debemos seguir al pie de la letra. La vida nos entrega la ventaja de poder innovar, quebrar la expectativa, romper el esquema y, desde ahí, crear algo nuevo. Algo con más fuerza que contenga dentro de sí nuestras propias convicciones y experiencias, siendo el resultado del aprendizaje logrado a lo largo de los años que hemos intentado vivir; ese que en ocasiones pareció reacio, pero que, en otras, significó el puntapié requerido para continuar el movimiento, el camino.
La derrota es parte del viaje. Es la manifestación física de las probabilidades de la vida. A veces ganas, otras pierdes. Que nunca te desaliente perder. Es un martillazo más en la construcción de tu existencia. Lo importante es cómo veas y adoptes esa derrota, cómo seas capaz de mirar la carretera y continuar, sin mirar atrás, solo con la idea de que te tienes a ti y que, mientras estés con vida, el libre albedrio terrenal y universal del que gozas, está hecho para ti, como ser consciente que vives y habitas el planeta tierra.
DÍA 29
Creciendo, día a día, te das cuenta del nuevo ser humano en que te vas convirtiendo. Mirar hacia atrás siempre puede ser terapéutico en el sentido de encontrarnos frente al yo del día anterior. Caminamos una vía desconocida en el universo que nos rodea, seguimos nuestro instinto a través de lo incierto y lo que creemos conocer.
El prisma con que nos enfrentamos al entorno dicta cómo se comporta frente a nosotros. Piénsalo como una ley de la física, pero de la existencia.
La consciencia detrás del progreso y el cambio nos permite conectarnos con esa parte de nosotros que se va quedando atrás. Que se recicla de distintas maneras hacia lo que somos en el presente.
No debemos avergonzarnos del pasado, de las decisiones tomadas ni de lo hecho. Son parte nuestra. Desde ahí se extraen los diversos aspectos que significa tu existencia en el mundo, el lugar que ocupas en el universo y la realidad en que vives.
Todos somos uno y, a la vez, individuales. Esta vida es para crecer y aprender. Debemos desprendernos de las ataduras y emprender el vuelo infinito hacia la obtención de conocimiento.
DÍA 30
La llama de la vida es inextinguible si así lo deseamos. Somos parte de un flujo energético que aún no sabemos entender y explicar.
Las personas son efímeras. El universo, infinito.
DÍA 31
Concentrándome, intento hilar ideas concretas y claras sobre lo que escribo en este momento, sin rumbo. Avanzo a ciegas en el abismo de la incertidumbre, escucho voces desde diferentes ángulos. Tres, al unísono, hablan sobre sus experiencias y conocimientos. Yo, atento, escucho en mi lugar mientras continúo escribiendo estas palabras que tan melodiosas salen de mi cabeza.
Optimizar el tiempo…
Cosa de muchos, realizada por pocos. Dividir el movimiento y la comunicación entre los diferentes sistemas y partes de nuestro cuerpo, es de suma importancia para concentrarnos en las diferentes situaciones, desafíos o retos que tenemos al frente en el día a día.
Disociar la mente…
Somos capaces de controlar nuestras habilidades. Somos entes independientes y competentes. Poseemos un cerebro funcional y poderoso. Usémoslo y cuestionemos la vida tal y como nos rodea. También el sistema y lo establecido. Dudemos de la información que nos entreguen. Pensemos dos veces antes de cambiar de opinión; no siempre creamos lo que nos dice una persona, por confiable