Sen sostiene que debemos ir más allá de la idea de funcionamientos y extender nuestras preocupaciones de desarrollo para incluir las capacidades humanas, que describe como lo que las personas son capaces de hacer o eligen hacer. Tambiéncomenta que para experimentar el bienestar humano debemos tener la libertad (capacidad de escoger lo que deseamos) o ser llamados a convertirnos y tener los medios para llegar ahí. Los seres humanos están destinados a desarrollarse, no solo a sobrevivir. Sen define las capacidades como “capacidad de una persona de hacer actos valiosos o de alcanzar estados valiosos de ser” (Sen, 1999:30). Luego argumenta que el bienestar humano se da cuando una persona tiene la capacidad (libertad) de buscar funcionamientos en un mundo que las personas mismas consideren valioso. Seguramente esto es consistente con el llamado de Dios para que los seres humanos sobrevivan, sean productivos y actúen como cocreadores después de Dios.
La libertad es tanto la meta como el medio para el desarrollo humano. La meta de desarrollo es crear el ambiente y las condiciones dentro de las cuales todas las personas tengan la libertad de buscar el mejor futuro humano que deseen. La libertad es el medio de desarrollo en dos vías. Primero, los pobres mismos deben ser los actores si su capacidad aumenta. Segundo, debemos apoyar a los pobres eliminando impedimentos —que Sen llama “las no libertades”— para que ellos sean actores y hagan elecciones. Por primera vez un estándar ético se ha vuelto central para evaluar la práctica y teoría del desarrollo. Si las personas son más libres, experimentan cambios positivos; si son menos libres, la política o proceso de desarrollo es sospechoso. Dar la libertad y acción humana es ahora central para la tarea de desarrollo, y el crecimiento económico es justo un ámbito entre otros. Por este trabajo, Sen fue galardonado con el Premio Nobel en Economía de Desarrollo.
Figura 2-3: Desarrollo como libertad (Desarrollado de Sen 1999)
Evaluar el desarrollo como libertad es conceptualmente simple. La lógica evaluativa es “¿Están mejoradas las libertades?”. La lógica de efectividad es “¿Son las personas más libres para actuar?”.
El punto de vista de Sen de la importancia de la libertad y acción humanas hace eco de una antropología cristiana en un grado significativo, pero no completo. Aunque Sen no está trabajando desde un marco cristiano, la idea bíblica de la imagen de Dios yace en el corazón de la comprensión de la importancia central que Dios le da a la acción humana: la libertad y la responsabilidad para actuar y crear. El punto de vista de Sen y el punto de vista cristiano se separan con la comprensión cristiana adicional que Dios otorga a los seres humanos, incluyendo libertad de no creer en Dios si esa es nuestra elección; no es la libertad ilimitada del yo occidental autónomo. Es una libertad renunciar a parte de nuestra libertad porque podemos amar mejor a Dios y a nuestro prójimo cuando lo hacemos. La perspectiva de acción y libertad humana representa un punto en el que la comunidad de desarrollo cristiano tiene algo que ofrecer a una comunidad de desarrollo más grande. Hablaremos de esto un poco más adelante.
Con la amplia aceptación del enfoque de Sen en la década de 1992, el tamaño de la economía de un país se convirtió correctamente en un medio y no en un fin. La economía encontró su propio y más incidental lugar en un nuevo conocimiento multidimensional de desarrollo que ahora incluye valores éticos y acción humana empoderada. El propósito de la riqueza no es tener riqueza sino permitir a una persona o grupo familiar buscar el tipo de capacidades que tienen razones para ser valoradas(Sen,1999:14). El desarrollo ideal ya no es el de la modernización occidental. El entendimiento y la búsqueda del bienestar provienen de los mismos pobres. La aceptación general del argumento de Sen ha transformado la conversación de desarrollo. Con respecto aun modelo de desarrollo basado en emular al Occidente y que se mide por el tamaño de la economía de una nación, la comunidad de desarrollo está en un lugar muy diferente. En la primera década del sigloXXI el lenguaje de bienestar humano y las crecientes capacidades comunitarias y humanas se volvieron normativas.
La lucha ahora es descubrir qué es el bienestar humano en realidad y cómo se puede lograr aumentarlo. La conversación de desarrollo puede estar lista para unirse a las otras conversaciones acerca del florecimiento humano, incluyendo conversaciones religiosas.
Voces de los pobres
Bienestar es un estómago lleno, tiempo para orar y una plataforma de bambú para dormir.
—Una mujer pobre en Bangladesh (Narayan-Parket et al, 2000: 234)
La conversación posterior a la II Guerra Mundial sobre la evolución y el replanteamiento de la idea de desarrollo se había dado principalmente entre los académicos del norte a los que eventualmente se les unieron académicos y luego profesionales del sur. No fue sino hasta finales de la década de 1990 que algunos empezaron a preguntarse si escuchar a los pobres articular sus propias descripciones de pobreza y bienestar humano podría ser un contrapunto útil.
Después de una década de hostigamiento por parte de las ONG y académicos de desarrollo, el Banco Mundial comenzó a aceptar la idea de que su equipo de economistas, financiado por los países más ricos del mundo, podría estar demasiado alejado del mundo real de los pobres. Trabajando con la asesoría de Robert Chambers, se envió un equipo de investigadores a escuchar a más de sesenta mil personas de las más pobres del mundo. A inicios de la década del 2000 el proyecto Vocesde los Pobres publicó tres libros con hallazgos del equipo (Narayan-Parket et al, 2000).
Además de escuchar a los pobres hablar sobre cómo la pobreza, la opresión y la injusticia estaban afectando negativamente sus vidas, también se incluyeron preguntas acerca de lo que los pobres creen que es el bienestar humano. Como se puede esperar, más alimento, mejor salud y acceso a educación formaron parte de la lista. El bienestar humano sin las cosas esenciales de supervivencia es imposible de imaginar. Aún más sorprendente fue el hallazgo de que tener suficiente materialidad para una buena vida no significa pedir mucho. Los deseos materiales de los pobres son modestos: “Que cada niño tenga al menos una cama, un par de zapatos, un toldo sobre sus cabezas, dos sábanas, para no dormir como lo hacemos en el suelo” (Narayan-Parket et al, 2000:25).
Pero la conversación rápidamente fue más allá de estos deseos materiales obvios. Muchas de las expresiones de bienestar eran relacionales, el bienestar social parece central para el bienestar humano de los pobres (Narayan-Parker et al,2000). El deseo de poder cuidar de la familia de uno, la armonía dentro de la familia y la comunidad, tener amigos y ayudar a otros surgió regularmente en las entrevistas.
Menos esperado por los investigadores, muchas de las manifestaciones de bienestar eran de naturaleza psicológica (Narayan-Parket et al,2000). Se escuchó del deseo de sentirse mejor acerca de sí mismos y el anhelo de un sentido de dignidad y respeto. Paz mental, falta de ansiedad, temor a Dios y ser feliz o estar satisfecho con la vida se mencionaron como elementos del bienestar humano. Para sorpresa de los investigadores occidentales, “una vida espiritual y observancia religiosa se entrelazan con otros aspectos del bienestar”(Narayan-Parker et al, 2000; 38).
Reflexiones de esta conversación sobre desarrollo.
Permítanme iniciar con lo obvio. Primero, la conversación de desarrollo occidental y sus exploraciones contemporáneas de bienestar humano son producto de la modernidad más que cualquier otra cosa. La fe en la idea del progreso humano parece intacta a pesar de la presencia continua de violencia y pobreza alrededor del mundo. Parece que no hay necesidad de lo trascendente. Nosotros, los seres humanos inteligentes, necesitamos aplicar nuestra razón y nuestras observaciones científicas al problema de la pobreza, y su solución está dentro de nuestro alcance. Con excepción de lo que los pobres dicen sobre su visión del bienestar humano, Dios no es parte