La risa de Hilary se escucha mientras viene desde las escaleras siendo cargada por Doug. Sonrío, mi cuñada está teniendo un muy buen cumpleaños y Doug está demasiado feliz de por primera vez celebrar el cumpleaños de Hilary con ella sin tener que fingir que no le importa tanto.
—Hola. —Alguien muy pequeño tira de mi pantalón, bajo la vista y el pequeño de rizos me señala a la bebé de cabello llamativo sentada haciendo pucheros—. Halle quiere que la alcen. Va a llorar.
—¿Tu hermanita?
—Sí, nita quiere ser cargada.
A Naomi de inmediato le brillan los ojos como si fuera la oportunidad de su vida mientras toma al bebé del suelo; Halle, que tiene una de sus pequeñas manos dentro de su boca, le sonríe. Me agacho hasta estar a la altura de Dan.
—Eres un buen hermano. —Alboroto sus rizos y frunce el ceño no muy a gusto, sacude la cabeza—. Halle tiene suerte de tener un hermano como tú. ¿Siempre vas a cuidarla?
—Mi nita.
—Tu hermanita. —Sonrío.
—Dan. —Una voz infantil baja lo llama, volteo y veo el niño de Keith que mueve su pie en el suelo mientras le pide que vaya, de inmediato Dan me abandona para ir con él. Me pongo de pie de nuevo y pico con mi dedo el estómago de Halle haciéndola reír.
—Hola a ti, niña de ensueño.
—Ella es tan bonita —dice Naomi abrazándola como si se tratara de un muñeco—. Siempre he querido cargarla, pero cuando está con su mamá es un poco niña exclusiva y Kaethennis me intimida un poco.
—Kaethennis es muy amable cuando la conoces, tiene un carácter fuerte, pero es muy amigable si le agradas. Para cargar a Halle ella no es la difícil, el difícil es el papá, casi tendrías que arrancarla de los brazos de Harry. ¿Cierto, Halle?
Halle balbucea y con su mano llena de baba toca mi nariz, es tan adorable que no me asqueo solo por eso. Naomi hace ruidos de resoplidos mientras le besa la regordeta mejilla de forma ruidosa haciéndola carcajearse.
No sé qué tienen las risas de los bebés, pero de alguna manera siempre logran hacer sonreír a quienes los rodean.
Naomi se ve tan feliz y a gusto con Halle en sus brazos, que no hay manera en la que no logre ser madre alguna vez. Es algo natural en ella y se ve preciosa llena de toda esa felicidad.
El celular en mi bolsillo vibra, lo saco y estoy confundido de encontrar un mensaje de Ethan, o lo estoy antes de abrirlo.
Ethan: Límpiate esa desagradable baba, estás babeando más que Halle.
Ethan: Te estoy viendo ir hacia un camino sin retorno, pobre imbécil.
No puedo evitar reír antes de responderle.
Jeremy: Busca en el diccionario la definición de cinismo.
Jeremy: Por cierto, te recuerdo que amas a Andrew, podrías solo dejar de enviarle esas miradas e ir y unirte a la conversación con esa linda rubia.
Ethan: Mejor límpiate la baba y luego busca sentido común.
Jeremy: ¿Te di en algún punto sensible?
Ethan: No te vi golpeando mi polla, así que no hay ningún punto sensible.
Jeremy: Explícame, ¿por qué seguimos hablando por mensajes si, de hecho, puedo verte escribir tus respuestas?
Ethan: Porque te doy el privilegio de recibir mis mensajes, ahora te lo pierdes. No te responderé más.
Rio y guardo mi celular, volteo a verlo y finjo enviarle un beso, me guiña un ojo y vuelvo mi vista a Naomi que me observa divertida. Es evidente que ella ha notado todo el intercambio cariñoso a distancia que he tenido con Ethan y eso que no sabe los mensajes que acabamos de intercambiar.
—¿Demasiado raro?
—Eso fue extrañamente divertido, te llevas bien con todos ellos.
—Son como otros hermanos para mí, y, créeme, ahí donde lo ves serio y con su aire misterioso, fastidiarse con Ethan resulta muy divertido. Es fácil hacerlo rabiar, pero sabe dar respuestas buenas.
—Debe ser genial tener tantos amigos.
—Sí, estoy seguro de que todos esos locos también se volverán tus amigos. —Observo a Halle descansar la cabeza sobre el hombro de Naomi mientras acaricia de forma distraída su mejilla, parece estarse durmiendo—. Creo que le gustaste a Halle.
—Ella me encantó, ¿crees que pueda verla más seguido?
—No creo que Kaethennis tenga problema con ello, siempre está la opción de que vayas a hablar con ella ahora, la obligas a ser tu amiga y entonces tus posibilidades de ver a Halle serían enormes.
—Ese es un buen plan. —Ríe.
Una amplia sonrisa llena su rostro mientras sus ojos brillan. Es tan preciosa que siento una necesidad increíble de besarla.
Desde hace un tiempo sabía que me gustaba Naomi, pero no sabía que esto estaba atacándome tan fuerte. Me siento un poco jodido, porque todo en ella está gritándome que está cerrada ante cualquier posibilidad de un «nosotros», una relación.
—¿En qué piensas? —Me pregunta.
En ti. Típico, cliché y desgastado, pero es tan real.
Desde hace un tiempo, ella consume muchos de mis pensamientos y me asusta un poco. He pasado años de mi vida esperando el momento en el que conocería a la mujer indicada, temo que por fin la he encontrado pero que, sin embargo, nunca estaré con ella. Cuando Naomi habla sobre relaciones, es como si cerrara todas las puertas en mi rostro y no la culpo, tiene un pasado traumático que todavía la lastima.
Quisiera que lo dejara ir y entendiera que no todos los amores duelen de la manera equivocada. Sí, el dolor y el amor van de la mano, pero es un equilibrio. Mientras hay tristeza, también hay muchas alegrías y yo nunca le haría daño.
Conozco el dolor, lo viví, lo recuerdo, pero no me aferro a ello porque sé que mi pasado no destruirá mi futuro, porque quiero seguir y, sobre todo, quiero ser feliz. Ojalá en algún momento de su vida, Naomi también pueda llegar a tal conclusión, porque merece experimentar la felicidad y darse la oportunidad de amar, incluso si no es conmigo.
Me doy cuenta de que solo la estoy viendo y que ella está a la expectativa de una respuesta de mi parte, me cuesta recordar su pregunta, pero al final lo hago.
—En cuán deliciosas se ven estas galletas. —Me acerco hasta estar a una corta distancia, fijo mi mirada en ella mientras estiro mi brazo a su lado rozando su costado y tomando la galleta, le sonrío—. Halle se durmió.
—¿Sí? —Apenas susurra ante mi invasión de su espacio personal.
—Ajá.
Me alejo lo suficiente para que vuelva a estar cómoda y observo embelesado a la mujer que me gusta.
En algún punto, Harry viene por la pequeña para acostarla y Naomi se dedica a hablar con Hilary y Grace. Salgo al jardín para encontrarme con Doug, me siento a su lado en las escaleras que dan hacia el mismo.
—¿Pensativo? —pregunto. Se gira y me regala una tímida sonrisa—. ¿Qué pasa?
—Estoy asustado. Voy a ser papá y temo que haya algo en mí igual a Paul.
—Ni por asomo. No tienes que temer. Eres un buen hombre, Doug. Serás un padre aún mejor.
—No quiero cagarla, quiero ser el mejor para mi bebé y para Hilary, solo que no sé cómo serlo.
—Estás haciendo un trabajo estupendo hasta ahora, me parece. —Golpeo su hombro con el mío—. Estoy orgulloso de ti.
—Gracias, Jeremy. No olvido todas las cosas que hiciste por mí. —Veo como traga y la manera en la que sus ojos brillan—.