—Nunca un pezón se ha visto más bonito.
Mi respuesta lo desconcierta antes de que sacuda la cabeza. Contengo las ganas de reír. He estado trabajando en retocar solo un poco los pechos del cuadro de Afrodita, pero... ¡Vamos! Esa Diosa merece respeto, mi amigo.
—Puedes irte, Naomi.
Me doy la vuelta, pero me llama por lo que le doy mi atención una vez más.
—¿Qué ha sido de tu amiga?
—¿Qué amiga?
Sé a qué amiga se refiere, pero puedo jugar a la chica tonta porque él fue un dolor en el trasero para Hilary.
—No tengo ganas de jugar, Naomi. Estoy muy estresado y te estoy haciendo una pregunta directa y sencilla.
—Bueno, mi amiga está bien, feliz y haciendo su familia. —Le regalo una gran sonrisa—. Su novio es un amor y está para comérselo. Feliz, enamorada, viviendo su vida de ensueño…
—Entendí.
—Qué bueno. Ten una bonita tarde, Robert.
Salgo de su oficina y rio. Cuando soy así de espontánea, recuerdo cómo era antes de ser una mujer casada con un monstruo. Camino hasta el baño para una rápida necesidad de liberar mi vejiga. Una vez he orinado, lavo mis manos y acomodo mi cabello frente al espejo.
—Hola, Naomi.
Alzo la vista y le devuelvo el saludo a otra de las pocas mujeres que trabajan en la galería.
»¿Te animas a ir por un almuerzo en un nuevo restaurante a unas pocas cuadras?
Traje almuerzo, pero parece una buena oportunidad para socializar un poco y quizá hacer alguna amiga en el trabajo puesto que a menudo estoy en una habitación haciendo mi trabajo y la única amiga que he hecho es Hilary Jefferson.
—Claro, solo déjame ir por mi bolso.
—Te esperamos en la entrada, Chris y Laura también vendrán.
Camino rápido hasta mi lugar de trabajo, tomo mi bolso y reviso mi celular mientras camino a paso apresurado. Hay unos mensajes de Jeremy.
Jeremy: Que tengas un buen almuerzo. Hoy tiene pinta de ser un buen día.
Jeremy: Sí, acabo de mandarte un mensaje solo para desearte un buen provecho. ¿Y qué? ¿Me despedirás?
Me detengo en medio del pasillo y rio. Él es divertido, no voy a negar eso, no hay manera en la que no esté riendo a su alrededor o cuando envía mensajes como estos. Si bien no es la actitud corriente y común de un abogado con su cliente, creo que me hace sentir más en confianza.
Naomi: No te despediré. Que tengas un buen almuerzo.
Jeremy: Seca. ¿Qué haremos para ablandarte?
Jeremy: Lo digo en un buen sentido.
Jeremy: Es decir, nada sexual.
Jeremy: Bueno, ahora esto se volvió raro.
Naomi: Okey.
Jeremy: Eh… ten buen provecho.
Rio una vez más antes de alcanzar a mis compañeros en la entrada. Caminamos y me doy cuenta de que de verdad he estado algo oculta durante el tiempo que llevo trabajando en la galería, de lo contrario me hubiese dado cuenta de que son agradables y divertidos. Ellos parecen muy amigos, con la suficiente confianza para hacer bromas picantes entre ellos y para pasar de un tema a otro, me cuesta un poco integrarme, pero eso no impide que me sienta cómoda.
Llegamos al nuevo local de comida italiana y hago una mueca, no soy muy devota de la comida italiana. Muchos me llamarán rara, pero no es algo por lo que me derrita, de hecho, trato de evitarla e ir por la clase de comidas que si me gustan. Sin embargo, admito que apenas ponemos un pie adentro el olor es divino y tener tanta hambre ayuda a que en este momento la comida italiana sea mi favorita.
El hambre le da mejor perspectiva a cualquier comida.
Laura va hablando mientras Chris la interrumpe para agregar su versión de lo que dicen, creo que se gustan. Soy la más joven de este pequeño grupo, Chantel sería la que me pasa por menos años y la diferencia es de ocho años. Los sigo, escuchándolos bromear.
—Oh, no bromeo. Es en serio, muy en serio. De verdad, en serio. Mírame ser serio. Serio, serio.
Volteo ante el sonido de esa voz mientras una mujer ríe. Abro mis ojos con incredulidad reconociendo el cabello de mi abogado, la mujer frente a él, pelinegra, ríe mientras sacude su cabeza.
Y es… raro. Es decir, ellos no son raros, pero se siente extraño lo que experimento al verlos.
Me quedo ahí de pie viendo a la mujer palmear la mano de él sobre la mesa y verlo con adoración. Los hombros de él tiemblan mientras se ríe.
—¡Naomi! Comeremos sentados, no de pie —grita Laura ya ubicada en dos mesas más allá de Jeremy.
De inmediato, Jeremy voltea, como si yo fuera la única Naomi del mundo, cosa que es imposible. Entrecierra sus ojos verdes y sonríe. Su sonrisa, a veces, parece algo más.
¡Jesús! Luzco como una idiota de pie, debo caminar. Cuando llego cerca de su mesa, sonrío y asiento, pero su mano sostiene mi muñeca deteniendo mi caminata.
—Hola, mi favorita.
—Hola, Jeremy. ¿Tu favorita?
—Nuevo apodo para ti. Así que puedo desearte un feliz almuerzo en persona, genial. ¿Me estás acosando?
—Lamento decepcionarte, pero no soy del tipo acosadora. Vine a comer.
—No te gusta la comida italiana.
—¿Qué?
—Sí, en nuestros almuerzos siempre frunces el ceño cuando lo mencionan en la especialidad de la casa.
—Hemos almorzado juntos pocas veces.
—Soy observador.
Es algo más…
—Sí que lo eres —dice su acompañante y ambos volteamos a verla.
Es pelinegra y bastante atractiva. Sus labios son regordetes y seductores, lleva consigo un aura de seguridad que cualquiera admiraría. Me intimida solo un poco, pero intento no demostrarlo.
—Oh, Naomi, ella es Amanda. Amanda, ella es Naomi.
—Un gusto conocerte, Naomi, no había escuchado de ti.
—Ni yo de ti. —No puedo evitar decir cuando estrechamos nuestras manos. Mierda, eso sonó rudo—. Bueno es que normalmente no estamos hablando de mujeres que él conozca y… Nada.
—Encantadora. —Se ríe Jeremy—. Naomi es muy amiga de la novia de mi hermano, y ahora estamos muy unidos; y Amanda es mi amiga de la universidad.
—Muy amiga. Una amiga feliz de poder recordar viejos tiempos con Jeremy, mi McQueen favorito.
—Qué bueno. —Es todo lo que soy capaz de responder—. Bueno, mi hora de almuerzo no es eterna. Que sigan pasándola bien.
Sonrío y vuelvo con mis compañeros. Trato de unirme a la conversación que mantienen mientras observo el menú sin saber muy bien qué puedo pedir. Pero en mi interior estoy luchando por no darle otro vistazo a Jeremy y su acompañante.
Por la manera en la que Amanda me miró y se dirigió a mí, es evidente que está interesada en algo más que una amistad con Jeremy. ¿Tendrá él las mismas intenciones? No es que sea asunto mío.
Mi celular suena anunciando un mensaje.
Jeremy: No te gusta la comida italiana. No te tortures.
Jeremy: Te recomiendo la opción segura: pizza ;)
Alzo