Conquistando a Jeremy. Darlis Stefany. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Darlis Stefany
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Книги для детей: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788418013638
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cuando quise ser libre e independiente creyendo en la persona equivocada. Confiando más en el juicio de otro que en el mío.

      —Estoy tan feliz de estar aquí, mamá.

      —Lo sé, chocolatico. Yo estoy feliz de que estés aquí, en la que siempre será tu casa.

      Aún no consigo un lugar en el que me sienta en casa del modo en el que me siento aquí.

      Me habla sobre que papá seguro vuelve temprano del trabajo, menciona que quizá deba salir más tarde con Alan, mi hermano mayor por parte de papá. Mamá nunca lo ha rechazado. Es el hijo del primer matrimonio de papá y nos vemos muy poco; no hay un lazo fuerte de hermandad entre nosotros, pero no es desagradable e incómodo pasar tiempo con él, por lo que le escribo preguntándole si podríamos vernos después de la cena.

      Ayudo a mamá a cocinar, sonrío y río mucho mientras escucho cada cosa que tiene para contarme, siempre le ha gustado ser algo chismosa y parece siempre tener algo para contar.

      —¿Qué tal todo con tu abogado?

      Es su manera no directa y para no alterarme, de preguntarme por el proceso de mí divorcio y la prohibición definitiva de que alguna vez Ronald pueda volverse acercar a mí.

      Sin embargo, decido explicarle la parte alegre del proceso en respuesta a su pregunta:

      —Mi abogado es caliente, atractivo y tiene una sonrisa que seguro enloquece a muchas chicas. Tiene unos ojos verdes que nunca parecen tristes, pero que a veces parecen ocultar algunas cosas. Cabello rubio y una risa encantadora.

      »Creo que le dieron el don de ser todo un encanto. Coqueto sin remedio, me hace reír un montón y dice siempre cumplir sus promesas. —Río—. Curioso, fisgón, amable y cordial ¿Y sabes qué es lo mejor?

      —No.

      —Que cuando me ve a los ojos y me dice que seré libre, le creo. Porque todo lo que veo es verdad.

      Mamá no dice nada mientras lava sus manos y las seca en un viejo pañuelo. Sus ojos parecen húmedos mientras me observa.

      »¿Qué?

      —Nada. Solo estoy feliz de que consiguieras a un abogado como él.

      Sé que es otra cosa, y quizá puedo intuir lo que en realidad quiere decir, solo que finjo que le creo y luego grito de alegría cuando papá llega y ambos me abrazan. Los amo tanto y me hacen sentir tan amada que a veces desearía que nunca terminara el abrazo.

      ◌◌◌◌

      9 de noviembre de 2013

      Observo como Malia, la cachorra de mi hermano Alan, corre por delante de nosotros en el parque llena de entusiasmo y sin dejar de mover esa esplendida cola.

      —Papá me habló sobre Ronald saliendo de la cárcel. A veces el sistema judicial puede ser un desastre.

      Suspiro. Papá siempre mantiene al tanto a Alan, como he dicho, no somos hermanos muy cercanos, pero él ha estado brindándome su apoyo desde un principio con todo lo referido a Ronald. Cuando lo supo no dejaba de decir que iba a matarlo, nunca sentí a Alan más cerca de mí que cuando me abrazó y repitió una y otra vez que todo estaría bien.

      —Sí, me gustaría no tener que lidiar con él nunca más, pero ante la ley se supone que todavía es mi esposo.

      —Y eso me molesta demasiado.

      —Mi abogado está trabajando en ello. —Le sonrío—. Y no, no es el que tenía antes que hacía un trabajo poco entusiasta. Mi actual abogado se preocupa por mí.

      Alan enarca una ceja hacia mí cómo si captara algo en mi voz, aclaro mi garganta.

      »Es un abogado excelente y sé que logrará sacarlo de mi vida, entonces, yo seré libre.

      —Eres libre, Naomi, solo que hay un estorbo en el camino, por suerte ya van a quitarlo.

      Rio y él también lo hace, me da un pequeño empujón con su hombro antes de llamar a Malia, quien no duda en venir corriendo hacia él. Ambos nos agachamos y acariciamos en suave pelaje de la cachorra.

      —Voy a casarme —dice de la nada y yo abro mis ojos con sorpresa, él ríe—. Así que Eleonor me dijo que sí y vamos a casarnos.

      —Eso es… ¡Vaya! Felicidades. —Le doy un abrazo que hace que caigamos de culo sobre el suelo. Ambos reímos.

      —Gracias, Naomi. Nos gustaría que fueras una de las damas de honor.

      Viniendo de Alan eso significa mucho para mí, lo abrazo de nuevo enternecida por la petición.

      —Eso me encantaría.

      —Genial, tal vez para entonces tengas alguna cita que llevar.

      Rio, pero por alguna razón a mi cabeza viene la idea de que ese alguien sea Jeremy. ¡Qué locura!

      ◌◌◌◌

      2 de diciembre de 2013

      Cuando termino de hacer yoga, sonrío y me encargo de tomar profundas respiraciones. Mi cuerpo y mi mente se sienten relajados. No siento ningún peso sobre mí y hay una tranquilidad que me recuerda por qué encuentro tan significativo e importante el yoga en mi rutina de vida.

      —¿Un café?

      Alzo la vista y me encuentro con la mirada y sonrisa de Danny. Parece no desistir, es inofensivo, pero es un poco fastidioso repetir siempre la misma respuesta: no.

      —Lo siento, pero tengo un almuerzo con Jeremy.

      Voltea a ver hacia la puerta y Jeremy alza la mano saludándolos como si supiera que hablamos de él, tiene una sonrisa muy complacida. Danny rueda sus ojos.

      —En serio, ¿no viene siempre a verte?

      —Tenemos cosas de las que hablar. —Tras responder me doy cuenta de que yo ni siquiera tendría por qué darle explicaciones.

      Supongo que es una mala costumbre que Ronald dejó en mí. Sin embargo, dejo por fuera el hecho de que es mi abogado, mi vida privada es algo que no comparto con todos.

      —Ya, claro. Bueno, nos vemos en la próxima clase, Naomi. —Besa mi mejilla y comienza a alejarse no luciendo muy feliz.

      Recojo mi alfombra y camino hasta Jeremy que ya tiene en su mano mi bolso. Trato de no fijarme en que trae un pantalón deportivo y una camisa ajustada, porque parece que viene de correr.

      Trato de ignorar la manera en la que la vista me atrae, el modo en el que su presencia parece llamarme. Su dulce sonrisa, genera reacciones en mí.

      —No tienes que plantarte a esperarme, podríamos haber acordado una hora más tarde.

      —No me molesta. —Se encoge de hombros y baja su rostro para besar mi mejilla—. Hola, Naomi.

      —Jeremy —me reprendo porque eso ha sonado un poco sin aliento y él enarca una ceja porque también lo notó. Aclaro mi garganta—. ¿Almuerzo en mi casa mientras me pones al día?

      —Solo si me prestas tu ducha, yo también apesto.

      La idea me alarma, no solo porque un hombre se meta desnudo a mi ducha en donde solo me baño yo. Es que ese hombre será Jeremy.

      Jeremy desnudo.

      Y lo peor, yo no lo veo solo… Me veo a mí. La idea es tan aterradora, ansiosa y emocionante a la vez.

      —¿Entonces? ¿Me prestarás tu ducha?

      —Supongo que no hay problema en ello.

      —Bien. —Me sonríe, no me entrega mi bolso mientras caminamos hasta la salida.

      Él habla sobre algo, pero solo me concentro en la idea de que estará en mi ducha desnudo, con agua deslizándose por lo que debe ser un cuerpo magnífico. Parpadeo y trato de prepararme para ello.

      ◌◌◌◌

      Nada