Este prólogo es intencionadamente breve por una razón principal: soy una mujer blanca. Y, sin embargo, creo necesario reconocer el trabajo de Abuy Nfubea en la visibilización de todas estas mujeres. La narrativa sobre sectores acallados y subalternizados, como el de las mujeres negras en España, resulta imprescindible. Y lo primero que quiero hacer es dar las gracias a las compañeras africanodescendientes que durante estas cinco décadas han luchado por el feminismo y la libertad de la mujer. Es por eso por lo que estoy aquí; y si ahora estamos viviendo una revolución tremenda y extraordinaria es gracias a ellas, a la lucha de millones de mujeres negras que durante décadas se han jugado la vida en tiempos mucho más difíciles. Y si entre todas hemos conseguido crear una red internacional y solidaria es gracias a que hemos conseguido las herramientas de comunicación que nos estaban negando.
El poder construye el relato de lo que somos; una vez que está hecho permanece. El dolor de las mujeres con su relato se construye a partir del relato de los hombres que son incapaces de aceptar tu realidad. El feminismo es un movimiento político, y hay otros y de todos los signos, lo que hacen al asumirlo o no es intentar convertirnos en un movimiento social o incluso en una coreografía de balé-zumba. En tanto en cuanto quieren usar el feminismo le quitan de raíz lo que es su naturaleza política como cualquier otro. El libro de Abuy hace suyo un relato que podemos hacer nuestro, porque además de internacional y solidario, hemos inaugurado una nueva forma de identificación que se nos había prohibido y que es la base de la lucha de clases, más allá de las ideas abstractas, sino historias femeninas frente a las ideas concretas que asocian redes de identificación de lo común, y hay que poder aplicarlo en otros aspectos o luchas de la vida, como el antirracismo, el womanist, la negritud, el panafricanismo o el cimarronaje.
El tiempo nos ha enseñado que dichos silencios jamás son reparados por las administraciones públicas o los estamentos oficiales. Las voces y la presencia de las mujeres negras, como el de otros colectivos obligados —y no inocentemente— al ostracismo deberían y deben salir a la luz. Los nuevos modos de comunicación y el empeño de personas como Abuy Nfubea no solo reparan, sino que establecen marcos referenciales, son ejemplo. Pienso ahora en la enorme cantidad de literatura ensayística que, sobre todo en las universidades afroamericanas, ha construido un corpus que modifica la realidad y modifica también la mirada que los ciudadanos y las ciudadanas tenemos sobre nosotras mismas. La historia nos construye, la memoria nos cimenta, sin ellas somos seres incompletos. La contribución de obras como la presente no se acaba en sí misma. Forma parte de un número ingente de aportaciones individuales que en las últimas décadas han arrojado luz a historias en la sombra. Ninguna sombra es inocente. Ninguna luz es en vano. De ahí que quiera hacer constar aquí mi reconocimiento a esta obra y, con ella, a todas las que nos ayudan a crecer y nos completan como sociedad.
Cristina Fallarás
AFROFEMINISMO
A Dra. Basilisa Mangue Nfubea Bikie y
A doña Vicenta Avoro,
A «Concha» Concepción Albertos,
Adela Ovono, Mary Luz Okomo, Mama Nso Mpweré, Raquel Pereira, Rosa Riguesa y Odetti Bioko.
Y las que, ayer y hoy,
desde la fuerza, paz y alegría,
han sembrado la semilla del amor,
esperanza y kilombo.
A todas las que hoy buscan referencias
en YouTube, pero las tienen en su casa.
Mi pueblo, mi gente, abrid los ojos
Y responded a la llamada del tambor
FRELIMO, FRELIMO
Samora Machel, Samora Machel ha venido
Maputo, Maputo, hogar de los valientes
Nuestra nación pronto será una sola
FRELIMO, FRELIMO
Samora Machel
Samora Machel ha ganado
Mozambique, la lucha continúa
La lucha continúa, continúa, continúa
Y a aquellos que han dado sus vidas
Alabanzas a ti
Maridos y esposas, y todos sus hijos
Segarás lo que siembras
Este continente es el hogar
Mis hermanos y hermanas, pónganse de pie y canten:
«Eduardo Mondlane no se fue»
FRELIMO, FRELIMO, tu llama eterna
Nos ha mostrado la luz del amanecer
Mozambique, a luta continua
A luta continua, continua, continua
En Zimbabue, a luta continua
A luta continua, continua, continua
En Botsuana, a luta continua
A luta continua, continua, continua
En Zambia, a luta continua
A luta continua, continua, continua
En Angola, a luta continua
A luta continua, continua, continua
En Namibia, a luta continua
A luta continua, continua, continua
En Sudáfrica, a luta continua
A luta continua, continua, continua
Miriam Makeba
Introducción
Un antecedente a este trabajo está en el programa especial emitido por Uhuru Áfrika TV, para el día Internacional de la Mujer en 2014, en el cual participaron la empresaria Lorena Modu, la abogada Isabel Elunku, la cineasta y periodista Mbenga A Bilangwe y el director editorial de Uhuru Áfrika TV, Baldw Lumumba.
Otra fuente se encuentra a en la conferencia que pronuncié, en junio de 2018, en la facultad de Ciencias Económicas de la UNED, titulada «Cuarenta años de activismo de las mujeres guineanas», donde expuse los perfiles de género en el panafricanismo en España, donde analicé a estas hermanas a sus organizaciones, sus reivindicaciones y a los espacios acciones e ideas y como figuras clave en la conformación, contribución y redefinición de y la praxis femenina, dentro de esta tradición. Mi interés incluye la histórica aportación política al pensamiento desde el activismo, la migración afroespañola incluyendo también la mal llamada segunda y tercera generación,1 y que hoy son la esencia del nuevo resurgir del activismo afrofeminismo.2
Tras el éxito de la convención Black Women Day (Leganés, 2016), Odetti Bioko me pregunto: «¿Cuáles son las formas de vida, luchas y culturas populares cimarronas que construyeron el panafricanismo en España?». No supe la respuesta, necesité un tiempo para meditarla. Ahora puedo decir que el punto de partida se debe a las mujeres, puesto que construyeron las bases del actual movimiento de liberación negra en medio siglo. En efecto, estos cincuenta años han sido un tiempo necesario y suficiente para estudiar a