Mujeres intensamente habitadas. María Alfonsina Angelino. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: María Alfonsina Angelino
Издательство: Bookwire
Серия: La Universidad Pública publica
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789874948021
Скачать книгу
pedacitos unidos amorosamente

      Lo que en una investigación se denomina corpus empírico está compuesto por la serie de conversaciones o situaciones narrativas con las quince mujeres, que me ofrecieron amorosa y generosamente mundos de experiencias, de cuidados y discapacidad.

      Me ha resultado complejo definir los modos de abordar el tratamiento analítico de este material empírico cuando el mismo vuelve a latir con cada lectura y relectura mostrando un caleidoscopio difícil de ser aprehendido y fijado en la escritura.

      En ese sentido, he tenido que tomar una serie de definiciones al respecto. Una de ellas fue renombrar a las mujeres. Inicialmente, no tenía claro qué hacer al respecto, ya sentía que cambiar sus nombres por nombres ficcionales era una especie de traición a la densidad singular de esas narrativas, cierta borradura de la carne viva de las vidas narradas. De hecho, en casi todas las conversaciones había consultado con ellas la posibilidad de dejar testimonio de nombres reales. Ninguna me había manifestado mayor inconveniente al respecto. Pero no fue sencillo sostener(les) la mirada cada vez que releía los relatos.

      La decisión de renombrarlas con nombres otros fue para poder deshacerme de ellas, deshacerme para poder pensar con ellas desde otra posición, otro lugar. Es decir conseguir una distancia próxima.

      Busqué en cada una la característica que entiendo la retrata singularmente. Exploré para ello acerca de los nombres propios y sus significados. Así llegaron hasta aquí: Amparo y su espíritu de acogimiento; Clara y su transparencia; Ema, llena de energía; Mara y una melancolía que cala los huesos; Soledad, habitando la extensión de su nombre; Lya y su cansancio enorme; Lydia y su emotividad; Serena y una calma acogedora; Vera, buscando justicia para su hijo; Lola y sus heridas abiertas; Bárbara, con una energía imparable; Luz y sus apuestas; Lara, protectora de todos; Franca y su vehemencia; y, finalmente, Leonela, mujer bravía, sin miedos ni dobleces.

      La segunda decisión se enredó en interrogantes. ¿Qué hacer con tanta vida narrada? ¿Cómo ser fiel a esos relatos? Tal como se pregunta Pierre Bourdieu al inicio de La miseria del mundo, “¿Cómo no experimentar, efectivamente, un sentimiento de inquietud en el momento de hacer públicas ciertas palabras privadas, confidencias recogidas en un vínculo de confianza que solo puede establecerse en la relación entre dos personas?”. Bourdieu afirma que “es indudable que todos nuestros interlocutores aceptaron dejar en nuestras manos el uso que se hiciera de sus dichos. Pero ningún contrato está tan cargado de exigencias como un ‘contrato de confianza’” (2007:7).

      Por mi parte, y en honor a la confianza que estas mujeres depositaron en nuestras conversaciones, las decisiones de análisis tomaron el camino que buscó evitar la fijación empirista y también el camino que propone la mera ilustración de nuestro discurso con palabras que, no siendo nuestras, son apropiadas para reforzarnos. Una suerte de confirmatorio de las anticipaciones a priori (solo) maquilladas por relatos de otras.

      Por su parte, la segunda de las actitudes, la restituyente, consiste en dejar amplio espacio a las palabras de las personas, incluso en hacer un uso exhaustivo cuando las entrevistas sean ofrecidas al lector in extenso (Demazière y Dubar, 1997:24, en Pretto A., 2011:174). En esta actitud de análisis, pretendidamente más respetuosa de la palabra del entrevistado, el investigador busca recolocar o restituir esa palabra siguiendo formas y fondos de los dichos tal cual han sido registrados, sin anticipaciones interpretativas ni aclaraciones de ningún tipo. Las palabras de los entrevistados son consideradas transparentes (Pretto, A., 2011:174) y significativas en sí mismas por esa transparencia. La tarea de interpretación queda en manos de quien lea ese relato vívido, ya que el investigador evita expresamente exponerse en sus análisis en función del respeto de la sabiduría social y la transparencia (Pretto, A., 2011:174) en sí de cada historia. Por esta razón, esta forma de análisis es considerada por Demaziére y Dubar (1997:25) como (solo) una aproximación al conocimiento y no un procedimiento de investigación.

      ¿Cómo superar entonces estas tensiones entre ilustrar y restituir? ¿Cómo hacerlo si además se intenta recuperar la densidad y singularidad de los relatos respetando las perspectivas de los actores que los encarnan? ¿Cómo hacer para dar cuenta del trabajo de análisis de quien quiere producir algo más que una simple enumeración de categorías taxonómicas o temáticas pretendidamente significativas? Los autores mencionados proponen una tercera actitud: la analítica (Demaziére y Dubar, 1997:16), entendiéndola como la más apropiada. Para esta, el énfasis del análisis se dirige hacia “el lenguaje de los entrevistados en cuanto, a través del lenguaje, no solo los sujetos se socializan sino al mismo tiempo toma forma el mundo social; ya que los entrevistados no entregan hechos al investigador sino solamente palabras, la forma de sus discursos constituye un conjunto de ‘definiciones de las situaciones vividas’” (Demanziére y Dubar, 1997:7, en Pretto, A., 2011:175).

      En esta revisión de las actitudes de análisis, Pretto sostiene que a “cada una de las tres actitudes de análisis le corresponde una posición diferente del investigador, tanto con respecto a la investigación en sí como en el modo de percibir las narraciones del entrevistado; cada uno saca a la luz solo algunos aspectos o dimensiones del fenómeno social estudiado” (2011:175) y, por ello, afirma que quizá lo más recomendable en la tarea de análisis sea la combinación de actitudes.

      La decisión de triangular modos de acceso a la información, y también de imaginar distintos registros analíticos, se funda en la convicción de que no hay descripción a la que no le falte o le sobre algo. Tal como sostiene Gorlier, el desafío del análisis narrativo en ciencias sociales se estructura en torno a la idea de que siempre es “posible ensayar otra explicación para la conexión existente entre fenómenos y todo relato, […] ya que el genuino conocimiento científico nunca parte de ‘las cosas mismas’, sino que está atravesado por un movimiento de vaivén que va de la revisión de las opiniones y evidencias establecidas a la puesta en escena de opiniones y evidencias nuevas. El sentido de ‘algo’ no es una característica intrínseca de ese ‘algo’, sino un emergente de la narración concebida como práctica significante desplegada en un contexto. Lo que está en juego no es la naturaleza intrínseca de las cosas, sino la constitución de la subjetividad” (2008b:8-9).

      Todo este corpus narrativo se encadena entre sí o va recorriendo sus caminos singulares para proponer vías diversas de acceso a esas experiencias, de manera tal que podrán encontrase aquí con distintas postas narrativas a modo de sí mismos (Piña, 1998) o epifanías (Denzin, 1989) y también nudos tensionales construidos a partir