En su correcta respuesta descansa el desarrollo de la Familia Empresaria durante las siguientes generaciones. Respuesta que se descubre n momentos y oportunidades, muchas veces imprevistos, y que marcan la vida de las personas y familias. A continuación, presentamos el caso de la familia Meichtry, con empresas y residencia de en la provincia del Chaco. Si bien conviven hoy la primera y segunda generación en la gestión y gobierno de las empresas, permite ver cómo una crisis “ambiental” que genera un muy fuerte conflicto social, se transformó en fuente de innovación, creación de más valor económico, legitimidad para operar y de cooperación con lo público y lo social. Pero lo relevante es que eso ocurrió por la participación anticipada, creativa y activa de los hijos del fundador; pero que hizo que transiten a paso veloz ese cambio de Empresa Familiar con familiares en la gestión, a que sean hoy una relevante Familia Empresaria insertada y comprometida con el desarrollo de la región.
CASO
FAMILIA MEICHTRY - FAMILIA EMPRESARIA21
LA CRISIS COMO OPORTUNIDAD
DE DESARROLLAR FAMILIA E INNOVACIÓN
Corría el año 2008, cuando Eduardo Meichtry decidió que debía compartir con sus hijos el grave problema que tenía su empresa arrocera, la denuncia por parte de los vecinos del campo acerca de la contaminación ambiental que impediría que siguiesen con su operación. “Martín, Eugenia, los convoqué a esta reunión porque creo que este conflicto ambiental nos está superando a todos. Estuve dándole vueltas al asunto pero no logro definir cómo resolverlo solo. Creo sinceramente que tenemos que pensar una solución para que este problema nos permita seguir con el negocio, nuestro negocio”, comentaba preocupado Eduardo a sus hijos mayores.
Habían pasado más de 30 años, desde que Eduardo José Meichtry y un amigo llegaron al Chaco desde su provincia natal Entre Ríos, buscando nuevas oportunidades y variantes en lo que significaba la siembra de arroz. Se ubicaron en una zona llamada “Michita Cué”, un inhóspito paraje sobre el río de Oro, en el Departamento Bermejo, General Vedia, Chaco. Allí fueron pasando los años y en búsqueda de tierras más aptas para el cultivo se arrendó un campo en la zona de Las Palmas, otra localidad cercana, hoy llamada “Arrocera San Carlos” (Anexo 1-Mapa de ubicación)
A fines de 2008, surgió la posibilidad de comprar otro campo, de iguales condiciones, aledaño al primero, el cual tenía 700 hectáreas usurpadas por un lugareño que reclamaba un juicio veinteañal. Este a su vez lo había arrendado a un tercero para capitalización de hacienda. Por medio de la justicia Federal, se consigue el desalojo del usurpador y de su inquilino, y posteriormente se llegó a un acuerdo con el primero, extinguiéndose el juicio por “Confusión22”. El inquilino al verse despojado de toda posibilidad de conseguir algún beneficio inició una campaña de desprestigio y acusaciones que incluyeron entre otras cosas la “contaminación ambiental” de la arrocera. Estas acusaciones y denuncias se fueron intensificando y encontrando figuras políticas, interesados en el simple hecho de aparecer en los medios de comunicación de forma diaria y permanente, haciendo nulo todo el esfuerzo que el grupo Meichtry hacía (análisis, registros, demostraciones, etc.) para convencer a éstas personas de que lo que estaban diciendo no tenía ningún fundamento.
Eduardo Martín Meichtry, hijo mayor de Eduardo José, comenzó a mediados del 2009 a trabajar en la empresa después de recibirse de Ingeniero Agrónomo. Pero antes, mientras cursaba sus estudios desarrolló un trabajo en gestión ambiental, y le propuso a su padre la idea de hacer un estudio de impacto ambiental por los temas surgidos acerca de la posible contaminación en la arrocera: “Papá no te preocupes, creo que la cuestión es ponerse a buscar una solución desde adentro, algo que podamos desarrollar en base a nuestros conocimientos y tu experiencia”, respondía Martín a su padre luego de la reunión.
Martín como lo llamaba su familia puso en marcha el EIA (estudio de impacto ambiental), que contaba con un detalle pormenorizado de cada actividad, insumo, y manejo realizado dentro de las arroceras, como así también un Plan de Gestión ambiental, que a la fecha llevaba 6 años de puesta en marcha, con cuatro mediciones anuales de agua, suelo, sedimentos y semillas. Así el conflicto hizo que la familia se pusiera a trabajar como un verdadero grupo empresario y se anticipara a realizar un análisis del medio productivo, tan cuestionado en ese momento.
Historia de la Empresa y de la Familia
Eduardo José Meichtry estudió agronomía en Paraná. Su familia era arrocera y el padre era un pequeño productor de arroz con poca actividad ganadera en la ciudad de Villaguay, Entre Ríos (Anexo 1). En 1977 terminó de cursar y tuvo la idea junto a su padre de buscar una alternativa de crecimiento en el norte del país, pero no sabían dónde. Eran conscientes de la dificultad de crecer en Entre Ríos con los escasos recursos de los que en ese momento disponían.
En 1978 recorriendo el norte del país vieron en la zona de General Vedia (Chaco) la posibilidad de iniciar una actividad arrocera en la margen del Rio de Oro. De esta forma Eduardo inició el trabajo con algunas máquinas que le había dado el padre, para que junto a un amigo, puedan desarrollarse en el Chaco. Si bien habían sido formados en Ciencias Agrarias y conocían la actividad del arroz, las condiciones de la actividad arrocera en el Chaco no era la misma que en Entre Ríos en términos de rentabilidad. Así, con gran entusiasmo, iniciaron la actividad con 100 has arrendadas, con la ambición y el objetivo puesto en el crecimiento.
A los dos años, Eduardo se casó en Entre Ríos con Sara y se fueron a vivir a Chaco en la ciudad de Resistencia. Luego de cinco años de casados decidieron instalarse en el campo y desarrollarse como productores de arroz. Tuvieron 3 hijos: Eugenia, Martín y Marcos, que estudiaron en escuelas rurales la primaria, y la secundaria en General Vedia. Eugenia se interesó luego por el estudio en Ciencias Económicas, en Resistencia, y los varones, Martín y Marcos, estudiaron Agronomía en la ciudad de Corrientes.
Ellos eran los arrendatarios de tierras del Ingenio Las Palmas que estuvo en manos del estado desde 1979 hasta 1992. En este último año salió un decreto general en donde se ordenaba la privatización de los campos y les daba la posibilidad a todos sus productores arrendatarios a comprar las tierras en donde estaban trabajando con un plan de pago bastante oneroso, pero sin ninguna opción de cambiar la normativa.
Es así que en 1992 bajo el gobierno de Carlos Saúl Menem, y con Domingo Cavallo a cargo del ministerio de economía, compraron el campo San Carlos, en la zona rural de Las Palmas, en el cual ya desarrollaban la actividad arrocera que se había expandido a 600 has, algunas de las cuales las dedicaban a la ganadería. En esa época, la producción de arroz la comercializaban a través de un molino de la provincia de Santa Fe. Este se vendió en el 2005 al grupo empresario denominado “Grupo Estrella”, dicha empresa era la dueña de la conocida marca de arroz “Gallo”.
Luego de algunos años de seguir comercializando su producción de arroz con la empresa, conocieron a Horacio Bianchi, quien estaba trabajando en el área de producción de semillas. Ambos, apasionados por la actividad arrocera y presintiendo lo que se podía lograr en la zona, empezaron a imaginar el proyecto de desarrollo más importante para la región, con una ampliación del área de arroz y un muelle para contenedores y barcazas sobre la hidrovía Paraná - Paraguay. Al poco tiempo el “Grupo Estrella” compra un campo en la región llamado Cancha Larga, y fue el grupo de Eduardo y familia quiénes participaron en su desarrollo, que incluía el armado de la infraestructura y un sistema de riego que le proveía agua a la empresa.
Ambos campos se manejaban con un sistema de riego conjunto, cuyo canal principal tenía una extensión de 27 kilómetros, con toma de agua en las márgenes del río Paraguay, dentro de uno de los campos propiedad de Meichtry. El sistema de bombas impulsoras proveía un caudal