Pensadlo bien, aunque trabajéis para alguien sois vosotros los que creáis vuestro ambiente de trabajo, sonreíd, estad disponibles, colaborad, o no participéis, no colaboréis, quejaos de mala manera.
De todas formas, sed vosotros los artífices de las condiciones en las que trabajáis. Aunque si en vuestro puesto de trabajo tienen lugar decisiones que no estáis autorizados a tomar, vosotros podréis hacer comprender qué es lo necesario para convertir en más eficiente y soportable el mundo en que trabajáis
Convertid en estable y confortable el espacio que administráis: resolved en él una cosa de cada vez, permaneced activos, porque, si os paráis a escuchar el caos de hoy os asustaréis y no merecéis perder.
Tomad ejemplo de estos cuatro conceptos:
1) Trabajad haciendo lo que os gusta: la satisfacción es el primer sueldo, quizás el único. Si no estáis satisfechos os estresáis, aunque llevéis a casa dinero. Escoged manifestar incluso en el trabajo aquello que os gusta, ¡dejad vuestra huella! En todas las cosas, es importante olvidar la propia “mente” y fundiros en uno con el trabajo que estáis desarrollando.
2) Poned pasión en todo lo que hacéis: no hay nada seguro en el mundo y no se debe dar nada por supuesto. Tenemos recursos, somos ingeniosos y vosotros podéis convertir el lugar en el que trabajáis en un paraíso o en un infierno, en función de si escogéis ser serenos, constructivos y éticos o si os gusta ser polémicos y obstruccionistas.
3) Reforzad vuestros puntos fuertes: haced mejor lo que sabéis hacer bien; es necesaria una formación continua porque el ambiente evoluciona y vosotros debéis seguir el ritmo de las novedades, para poder continuar a inyectar en vuestro puesto de trabajo competencia y pasión. Convertíos en excelentes en vuestra profesión: si incluso cerrase la empresa para la que trabajáis, si también desapareciese nuestro sector, vosotros sabréis, siempre y de todos modos, que tenéis una base óptima, tenéis carácter, estáis entrenados, sabéis sobresalir y con estas certezas podréis comenzar una nueva actividad, incluso en otro sector, con óptimas perspectivas de éxito.
Lo esencial es hacer las cosas, no los resultados de ellas. No existen actores, sólo las acciones, como no existe un sujeto que experimenta, sino sólo la experiencia.
Bruce Lee
4) Descansad de vez en cuando: dejad vuestro puesto de trabajo por lo menos cada 50 minutos para una breve pausa en la cual os moveréis, respiráis, hacéis estiramientos y os relajáis a vuestra manera; ¡el cerebro es un músculo y necesita relajarse de vez en cuando!
§ Cómo desarrollar la propia memoria
¿Qué ocurriría si tuvieseis la capacidad de memorizar, incluso a largo plazo, la información vital (de vuestro trabajo o de vuestro estudio) y, por lo tanto, os encontraseis que aumentaréis también vuestra capacidad de conexión?
Os respondo: tendríais las soluciones más rápidamente, acceso inmediato a una base de datos de información muy amplia (intentad pensar en todas las cosas que habéis aprendido con el tiempo), posibilidad de elección, la capacidad de gestionar de la mejor manera vuestro tiempo y aumentaríais, en consecuencia, vuestra productividad; vuestra hora de estudio o de trabajo produciría mucho más de lo que produce ahora.
¿Cómo se puede hacer, entonces, para mejorar la memoria?
Hagamos un experimento práctico.
Leed esta palabra
¿Qué significa?
No lo sabéis, ¿verdad? Es normal, no es nuestro idioma. Está escrito en coreano (y significa, te amo).
Si alguien no habla nuestra lengua es difícil comprenderlo, ¿verdad?
¿Entonces por qué para memorizar nos obstinamos en usar una lengua que no es la del cerebro?
¿Qué lengua habla el cerebro?
Para nuestro cerebro las palabras son sólo una cosa completamente abstractas.
El cerebro habla el lenguaje de las imágenes y de las emociones Intentad pensar: ¿seriáis capaces de recordar un evento importante que os ha sucedido de niños (trayendo a la mente imágenes y sensaciones) pero quizás no recordáis qué os ha dicho vuestro compañero ayer por la mañana, verdad?
He aquí una manera para mejorar la memoria (hablando la lengua del cerebro):
•Escoged una persona de la que queréis recordar el número de teléfono;
•Imaginad mentalmente su cara (o una imagen suya que os resulte familiar);
•En la misma imagen yuxtaponed visualmente su número de teléfono.
Unos segundos de atención y ¿sabéis lo que sucede? Que la próxima vez no deberéis recordar el número, os bastará leerlo sobre la imagen que habéis creado.
Vale, de acuerdo, hoy en día hay agendas para los números de teléfono, celulares, etc., y la memoria no sirve para mucho. ¿Pero cuántas otras cosas podréis recordar con este sencillo método?
§ Consejos para optimizar los resultaos
Hay personas que con las mismas 24 horas, las mismas oportunidades en potencia, obtienen mejores resultados que otros.
He aquí algunos consejos que os ayudarán a maximizar los vuestros.
CONSEJO 1: 15 minutos.
En nuestro trabajo son muchas las actividades que se pueden hacer en 15 minutos pero, dado que se dejan para otro momento, siguen dando vueltas en nuestra cabeza (como con los paréntesis abiertos). Cread enseguida una lista de todas las cosas o actividades que podéis poner en marcha en 15 minutos. Ponerlas por escrito liberará vuestra cabeza y cuando tengáis los famosos “15 minutos” sabréis ya qué hacer, porque, recordad que dejar paréntesis abiertos en la cabeza os quitará, incluso inconscientemente, muchas energías.
CONSEJO 2: Hacer o no hacer.
Aislaos, nada de teléfono, nada de correos electrónicos, nada de distracciones. Si comenzáis algo, terminadlo. Las medias tintas no funcionan.
CONSEJO 3: Actuad con organización.
Para motivarse necesitamos saber qué sucederá, qué nos espera, en caso contrario os arriesgáis a quedar bloqueados, por lo tanto usad un plan escrito, se hace de esta manera cuando se proyecta una gran obra: está bien que programéis los trabajos de la obra incluso anualmente pero dedicaros sobre todo a los que son más inminentes.
Haced planes a tres meses vista e intentad hacerlo lo más detalladamente posible. Quien es eficiente utiliza este método: por la noche programa el día siguiente, sobre la base del plan general que había predispuesto.
CONSEJO 4: ¡Haced las cosas enseguida!
Una buena manera para tener más tiempo es hacer más cosas… aunque parezca una contradicción, sin embargo, si debéis hacer tres trámites y os asignáis cuatro, con un aumento del 25% de vuestras obligaciones, os ponéis en marcha, os organizáis mejor y rendís más.
CONSEJO 5: ¡Dejar de sentiros bajo presión!
El estrés significa al menos dos cosas:
1) No sois lo suficientemente buenos, debéis continuar aprendiendo, por lo tanto, debéis optimizar vuestra manera de actuar: se trata de coger confianza y control en vuestras tareas, de manera que no sean una carga; 2) Estáis haciendo algo que no se corresponde con vuestra auténtica vocación.
En ambos casos el hecho de que os sintáis bajo presión depende sólo y exclusivamente de vosotros: ¡no es una cuestión de falta de tiempo sino de cómo invertís el tiempo que tenéis!
CONSEJO 6: Estableced tiempo para la ejecución.
De la misma manera que es importante establecer qué hacéis, por medio de objetivos y subobjetivos, de la misma manera es importante establecer cuándo lo haréis, en caso contrario