§ Trasformar los sueños en objetivos
El deseo centra la atención en el desear, la intención es mucho más fuerte, centra la atención sobre el proceso de hacer aquello que se ha deseado.
Muchas personas no consiguen cumplir sus deseos porque son sólo unos soñadores.
Desear, como decía al principio, es el primer paso fundamental (algunos no alcanzan sus objetivos justo porque han dejado de desear).
Para transformar los propios sueños en objetivos hace falta algo más. Lo primero que hay que hacer es preguntarse:
•¿Deseo lo bastante?
Si la respuesta es sí, pasad al paso siguiente, en caso contrario preguntaos porqué no lo deseáis lo suficiente.
•Si realmente lo deseáis entonces no digáis ya más “tengo un sueño” sino
“tengo una intención” y, lo más importante, centraos sobre la intención misma (lo que significa coger papel y bolígrafo y escribir aquello que queréis conseguir).
No intentéis comenzar a hacer las cosas y luego las interrumpáis a mitad o antes de acabarlas diciendo “bueno, ya lo terminaré mañana”.
¡Son los pequeños hábitos los que marcan la diferencia!
El primer paso, como siempre, es la claridad.
§ Cómo reforzar el propio autocontrol
Antes de poneros a trabajar duramente es necesario saber gestionar los resultados que deseáis obtener: la estabilidad interior es vuestra meta y también el punto de partida indispensable. Sabiendo esto en vuestra formación debéis cultivar el autocontrol y lo conseguiréis mediante la asunción de responsabilidades importantes.
Para aprender a asumir estas responsabilidades, lo primero que hay que hacer, evitar que os sustituyan, es indispensable actuar en primera persona y exponeros al riesgo de equivocaros.
Cuando os encontréis a solas y debéis, por sentido del honor, respetar los compromisos adquiridos, os pondréis en movimiento y aceleraréis el proceso de aprendizaje. Cuando tengáis un compromiso que debéis finalizar, no estaréis sencillamente involucrados en vuestro deber, si no que se os mostrará como una auténtica misión.
La acción os llevará a reforzar el autocontrol, porque hace que os enfrentéis con los hechos y con la realidad cuando no hay excusa; los resultados son producidos, medidos y valorados por todo lo que proporcionan de bueno.
Será complicado, cierto, pero el autocontrol os hará capaces de conseguirlo.
Cuando quieres llegar, llegas. Si no puedes caminar, te arrastras; si no puedes arrastrarte, ruedas. Pero cuando quieres llegar, llegas.
Gabriel Guerrero
1.03: ORGANIZARSE A SÍ MISMO PARA ORGANIZAR A LOS
OTROS
Bienvenidas sean la creatividad y las soluciones geniales, a condición de que aporten resultados concretos, que se puedan utilizar enseguida.
No os podéis “tirar al ruedo” sin un plan, es un gran error. Un resultado debe ser preparado con cuidado, lógica, intención y tenacidad.
La ayuda más grande viene de nosotros mismos, de nadie más: hacedlo lo mejor posible, dedicaos en cuerpo y alma a una cierta tarea, todo esto parece que no tiene fin y representa un proceso en continua evolución.
Debéis tener disciplina y centraros en el resultado final de vuestro trabajo: cuando lo veáis realmente en vuestro pensamiento, entonces podréis tomar las decisiones apropiadas para obtener los resultados concretos, que son dignos de existir.
El plan para organizar la obra debe tener en cuenta estas preguntas:
1) ¿Cómo podríais optimizar el tiempo de cada persona?
2) ¿Tengo las personas adecuadas en el puesto adecuado?
§ Los secretos para alcanzar los resultados previstos
SECRETO 1: Las mayor rentabilidad, sobre todo hoy en día, se alcanza añadiendo valor a lo que se tiene.
Podéis tener mucho entre las manos y todavía no lo estáis utilizando.
El secreto no es cuánto, sino cómo.
A menudo nos centramos en ver el resultado final pero subvaloramos la evolución que hay detrás, desde la concepción de la idea hasta lo que finalmente vemos. Pensad, por ejemplo, en Martin Cooper, el inventor del teléfono sin hilos; según vosotros aquel primer teléfono móvil, desde el que se hizo la primera llamada, ¿correspondía realmente a la idea de libertad sin hilos y de comunicación que tenía en la cabeza?
SECRETO 2: Mejor la mitad de un proyecto terminado totalmente que un proyecto complejo acabado a la mitad..
MOTIVO 1: Los proyectos complejos, a menudo, son diseñados a largo plazo y nadie tiene tanta perseverancia para esperar un resultado que finaliza en un tiempo tan lejano. Mejor proceder por niveles.
MOTIVO 2: Los grandes proyectos, realizados a medio y largo plazo, a menudo son ejecutados mal o dejados a la mitad para a continuación ser redimensionados. Si aspiramos a la perfección en un gran proyecto incurriremos inevitablemente en el error de subestimar algunos puntos y no conseguir hacer otros. Resultará un proyecto complejo hecho a mitad (por lo tanto, mediocre).
A menudo tendemos a la perfección, tanto por nosotros como por los que están cerca: ¡Es una pena que no pueda suceder de esta manera y que perseguirla con orgullo sea la forma perfecta para alimentar las desilusiones y pesares!
SECRETO 3: En vez de la perfección buscad el mejoramiento continuo.
Tended a la perfección pero sólo lo indispensable.
¿En qué área podéis sustituir la búsqueda de la perfección con la búsqueda del perfeccionamiento?
Subdividid la obra en diferentes fases de ejecución para convertirla en operativa lo antes posible. Esto os ayudará incluso a rebajar el nivel de estrés porque no sentiréis la presión de las cosas que hay que hacer y os encontraréis comprometidos sólo con los trabajos importantes, pero que no son todavía urgentes.
Dosificad vuestras energías y usadlas para subir, progresiva y constantemente, en una escala ideal que os llevará a la meta.
SECRETO 4: Cerrar los paréntesis abiertos.
No obstante el cerebro es un instrumento muy potente tiene la capacidad de concentrarse sólo sobre pocas cosas de una vez.
Pensando que estáis haciendo vuestros deberes, en realidad estáis haciendo menos. Los paréntesis son todas aquellas ideas, situaciones, proyectos y cambios que habéis comenzado y que todavía no habéis terminado y que están ahí, en la cabeza, y de vez en cuando os acordáis de ellas y decís: “debo hacer esto… ¿por qué no lo hago?”
Debéis saber que ese momento estáis perdiendo energía, enfoque, capacidad y productividad y es por esto por lo que os parece que vais más lentos.
¿Cuáles son los paréntesis que podréis comenzar a cerrar primero?
Haced una lista y seguidla, cerrad primero los paréntesis, todos si es posible, luego, si acaso, abrid otros nuevos.
Cada vez que alcancéis una meta intermedia sacadla de las cosas que tenéis que hacer, sólo de esta manera mantendréis el ritmo de vuestras acciones y permaneceréis perseverantes y motivados.
Las cosas comenzarán a suceder con mucha más frecuencia, con más profundidad, con más resultados tangibles, veloces y duraderos.
¡No puedes esperar tener éxito si intentas cambiar veinte cosas a la vez!
Mimi Silbert
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