• Un efecto retardado físico a largo plazo que produce un aumento de la forma física especial.
• Un efecto retardado de cansancio a corto plazo que produce un tipo específico de cansancio.
Estos efectos retardados interactúan y producen lo que se denomina la preparación física. El primer factor es un cambio lento y de duración prolongada que conlleva un incremento progresivo y retardado de la forma física, mientras que el efecto retardado del cansancio es un factor negativo de menor duración que disminuye la preparación física (fig. 1.34). El efecto del cansancio, si bien de duración bastante corta, despliega mayor magnitud que el efecto de la forma física. La preparación en un momento dado P(t) es la preparación inicial P(0) antes de la sesión de entrenamiento más la mejora en la preparación P, producida por la suma de los efectos retardados de la forma física y el cansancio (fig. 1.37).
Zatsiorski (1995) ha afirmado que, por lo que respecta a una sesión de entrenamiento de intensidad media, el efecto de entrenamiento puede durar grosso modo tres veces más que el efecto de cansancio. Por tanto, si las últimas huellas negativas del cansancio de una sesión de entrenamiento dado se han desvanecido a los 2 días, las huellas positivas sobre la forma física duran unos 6 días.
El concepto de entrenamiento con sobrecargas progresivas
El concepto de la sobrecarga progresiva probablemente ha proliferado con más fuerza que ningún otro principio del entrenamiento de la condición física. Este antiguo principio establece que la fuerza y todos los otros componentes de la condición física aumentan cuando el entrenamiento se vuelve gradualmente más exigente.
Se sabe que el héroe legendario griego Milón de Crotona comenzó levantando un ternero recién nacido, y, a medida que el ternero iba creciendo, Milón, que también crecía, tenía que levantar progresivamente una carga cada vez más pesada, hasta que finalmente llegó a levantar un buey adulto. Así es cómo, según la leyenda, Milón llegó a ser tan fuerte. Hoy en día, la mayoría de los deportistas siguen en esencia el mismo principio de entrenamiento conocido como sobrecarga progresiva o sobrecarga gradual progresiva.
Esta historia o el principio que subyace en el fondo aparecen en muchos libros sin ser objeto de un análisis crítico a pesar de que la metodología de la periodización entra en contradicción con este principio en muchos sentidos. La limitación más importante del principio de la sobrecarga gradual está clara y no es otra que el hecho de alcanzar un punto de estancamiento a pesar de que se aumente la carga. La curva del aumento del rendimiento se allana y se alcanza un límite al crecimiento. Este fenómeno es lo que impide que una misma persona rompa constantemente los récords mundiales.
Un examen más a fondo de la historia de Milón muestra que su final está incompleto. Milón, que era un hombre fuerte y emprendedor, habría querido seguir aumentando la fuerza levantado bueyes cada vez más pesados. Si hubiera progresado poco a poco, al final tendría que haber podido levantar más de 500 kg al cabo de unos años. De forma parecida, si uno comienza a ejercitarse con el press de banca con 60 kg a la edad de 16 años, y aumenta la carga a la semana, a la edad de 26 años tendría que estar levantando 580 kg y 1100 kg a los 36. Para todos está claro que esto no sucede así; dicho de otro modo, la sobrecarga progresiva produce una disminución que vuelve finalmente a un valor cero.
Las investigaciones y los registros clínicos también demuestran que las cargas más intensas producen un incremento de la frecuencia de las lesiones antes de alcanzar los límites físicos. Por esto, las investigaciones rusas han dado como resultado modelos de periodización que incluyen fases de disminución de la carga, de forma que la curva de la intensidad del entrenamiento sube y baja siguiendo una forma específica en cada deporte, observándose una tendencia general y gradual a aumentar dentro de un macrociclo dado. Las fases regulares de cargas menores se prescriben con el fin de favorecer la recuperación y el crecimiento, ya que el aumento de la carga se asocia con la tensión y descomposición de los teijidos, mientras que la disminución de la carga mejora la reparación y la recuperación.
Dicho de otro modo, el principio de la sobrecarga gradual debe entenderse como un sistema de sobrecarga fluctuante en el que no se producen aumentos constantes en la carga durante períodos prolongados. La expresión aumento constante, tomada de las matemáticas, significa que se produce un aumento continuo sin ningún decrecimiento. Por tanto, el entrenamiento con aumento constante impone una carga que siempre va en aumento si bien no necesariamente al mismo ritmo todo el tiempo.
El ritmo de aumento puede ser rápido en ciertos momentos y lento en otros, pero la curva de la progresión nunca se hunde por debajo del nivel alcanzado en el estadio inicial (fig. 1.38). El entrenamiento discontinuo se caracteriza por una curva fluctuante que puede hundirse por debajo de los niveles alcanzados en los estadios iniciales del ciclo de entrenamiento (fig. 1.38).
El aspecto gradual del principio también requiere nuevos comentarios, ya que algunos modelos de periodización, como los de Vorobyev y Verkhoshansky, a veces conllevan fases de cargas bruscas o concentradas para conseguir un propósito específico en el entrenamiento o para sacar al cuerpo de un estado de estancamiento o habituación. Estos científicos son conscientes de que los incrementos repentinos en el ritmo de carga son potencialmente más peligrosos, pero nunca recomiendan estos regímenes sin tener muy en cuenta el estado de preparación de cada deportista a nivel individual.
FIGURA 1.37 Modelo bifactorial del proceso de entrenamiento, donde se muestra el cambio en la preparación física como la suma de los efectos retardados opuestos de la forma física y el cansancio.
En resumidas cuentas, el principio de la sobrecarga gradual se aplica con mayor corrección mediante un sistema de sobrecarga fluctuante, en el cual la dirección de la carga es positiva a largo plazo, pero alterna con cargas positivas y negativas a nivel de los microciclos y mesociclos (fig. 1.39). El ritmo de carga suele ser gradual, aunque puede ser más rápido y proporcionar un estímulo de entrenamiento adecuado según el deportista del que se trate y según la fase del ciclo de entrenamiento. Los detalles prácticos de los distintos métodos de carga, descarga, carga concentrada y los distintos tipos de periodización se tratarán muy al detalle en el capítulo 6.
UN MODELO DE FORMA FÍSICA
La definición de forma física que se dio con ante-rioridad tiene que ampliarse e incorporar todos los fatores esenciales que contribuyen a alcanzar dicho estado. La forma física comprende una serie de factores estructurales y funcionales interrelacionados: fuerza, velocidad, stamina (resistencia general sistémica o resistencia muscular local), flexibilidad, habilidad-técnica (eficacia neuromuscular), estructura (somatotipo, tamaño, forma) y espíritu (preparación psicológica). Dentro del ámbito de la técnica, existe una cualidad conocida como estilo que no es sino la forma individual de expresar una técnica particular.
A diferencia de la capacidad de trabajo, la forma física no se describe simplemente mediante mediciones hechas en laboratorio de capacidades como la función cardiovascular, la fuerza y flexibilidad musculares, sino que también recurre a la especificidad de la forma física requerida para cada actividad o deporte, lo cual depende en mayor medida de las capacidades neuromotoras. El propósito principal de este libro no es otro que centrarse en la especificidad relacionada con todos los factores de la forma física relativos a la fuerza, con el fin de analizar la forma en que estos factores interactúan y proporcionan un tipo de forma física que es bastante específica de cada deporte, así como mostrarle al lector la forma de diseñar modelos apropiados para crear programas para el entrenamiento de la fuerza en un deporte concreto.
FIGURA 1.38 Entrenamiento con incrementos discontinuos.
Se puede construir un modelo general de la forma física mediante los elementos motores y funcionales de la forma física, tal y como se muestra