Filosofía de la educación. Carlos Rojas Osorio. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Carlos Rojas Osorio
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789587149432
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      Filosofía de la educación

      De los griegos a la tardomodernidad

      2.a edición

      Carlos Rojas Osorio

      Educación

      Editorial Universidad de Antioquia®

      Colección Educación

      © Carlos Rojas Osorio

      © Editorial Universidad de Antioquia®

      ISBN: 978-958-714-942-5

      ISBNe: 978-958-714-943-2

      Segunda edición: abril del 2020

      Primera edición: 2010

      Motivo de cubierta: Imagen tomada de Pixabay, bajo licencia CC0

      Hecho en Colombia / Made in Colombia

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      Dedicado al doctor Javier Domínguez Hernández, filósofo, educador, amigo y gran ser humano.

      Agradecimientos

      Este libro es resultado de varios cursos de filosofía de la educación que he tenido a mi cargo en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras. Quiero expresar mi gratitud a la doctora Loida Martínez, por la oportunidad que me dio de compartir estas ideas con los estudiantes en aquellos cursos. Asimismo, algunas partes de este libro las desarrollé con estudiantes dominicanos en la Universidad Autónoma de Santo Domingo; para ellos van también mis reconocimientos. Agradezco a los doctores José Manuel García Leduc, Rubén Soto y Mario Casañas por sus valiosas ayudas bibliográficas para la escritura de esta obra. Muchas de las reflexiones tanto históricas como teóricas consignadas en este libro son resultado de mi participación en las actividades del movimiento de la educación como desarrollo del pensamiento, encabezado por el doctor Ángel Villarini. Estas actividades se han realizado a lo largo y ancho del mundo caribeño, con el apoyo de la Universidad de Puerto Rico. José Ramón Villalón, Jacinto Ordóñez y José Miguel Rodríguez han sido siempre contertulios inteligentes y generosos del pensar filosófico educativo, y de ellos siempre he aprendido mucho. Mis más sinceros agradecimientos a todos ellos.

      Introducción

      Por lejos que nos remontemos en el pasado de la educación, ésta aparece como inherente a las sociedades humanas. Ha contribuido al destino de las sociedades humanas en todas las fases de su evolución; ella misma no ha cesado de desarrollarse; ha sido portadora de los ideales humanos más nobles.

      Edgar Faure, Aprender a ser

      Todas las sociedades humanas se esfuerzan, por diversos medios, en transmitir a las nuevas generaciones los conocimientos, los valores, las costumbres y las técnicas que han conquistado desde el fondo del pasado hasta su propio presente. Esta educación se ha practicado desde la prehistoria, bien sea por medio de la comunicación oral o por las prácticas compartidas con quienes tienen amplia experiencia en ellas. La escritura comenzó a usarse hace solo unos cuatro mil años, con los sumerios, y ello constituyó una revolución de largo alcance para la comunicación de conocimientos, técnicas y valores. Aun así, durante siglos la escritura fue privilegio de las clases dominantes.

      Las técnicas y los conocimientos adquiridos o inventados por las comunidades humanas fueron pasando de generación en generación por la vía de la educación. De hecho, lo que denominamos cultura tiene como una de sus dimensiones esenciales el que cada nueva generación se beneficia de los conocimientos, las técnicas y los valores que ya la sociedad ha descubierto o inventado. En efecto, si una comunidad sabe encender el fuego y conservarlo, ese conocimiento no se pierde, sino que se comunica y así se perpetúa. Si ya sabemos cómo encender el fuego, no hay que volver a descubrirlo, basta aprender. El hombre prehistórico creó innumerables artefactos (objetos de madera, percutores, piedras y huesos tallados) en los cuales dejó su huella, que es la que nos permite conocer los fines para los que se utilizaban. En el paleolítico el hombre prehistórico aprende a utilizar la piedra y los huesos como percutores, en el mesolítico mejora la utilización de la piedra, fabrica cerámica y comienza a llevar una vida de cazador y recolector, y en el neolítico inventa la agricultura, practica la ganadería y comienza algunas formas de vida sedentaria. Este último periodo representa una verdadera revolución cultural, pues el humano desarrolló entonces cierto sentido de amor a la tierra, la tierra fecunda que le da vida y sustento. La vida sedentaria lo induce a mejorar la vivienda, y de ese modo la organización de la sociedad se hace más estable.

      La escritura

      Hablamos de historia solamente desde que existe la escritura (la prehistoria, como tal, carece de este adelanto). Detengámonos, pues, en el descubrimiento de este hecho fundamental. Sabemos que fue entre los sumerios donde apareció la escritura, y que ellos la usaron inicialmente sobre ladrillos. En algún momento se dieron cuenta de que la impresión que se hace sobre la arcilla blanda subsiste e incluso se vuelve permanente después de que el barro es cocido y se endurece. Hacia el 3100 a.C. se produjo un adelanto importante en la ciudad sumeria de Uruk: la impresión comenzó a hacerse con un sello cilíndrico, es decir, mediante un rodillo de piedra. En el rodillo se tallaba una escena en relieve negativo, y luego el rodillo se aplicaba a la arcilla para reproducir la escena; esta acción podía repetirse sucesivamente. Estos rodillos se fueron multiplicando a lo largo de Mesopotamia.

      Este tipo de escritura se usó para llevar el registro de cuentas (por ejemplo, la cantidad de cereales que se guardaban en los templos para periodos de escasez); de este modo, las tablillas de barro se convirtieron en la forma de conservar los cálculos. Al principio se usó una escritura pictográfica, es decir, basada en figuras; una cabeza de toro indicaba, por ejemplo, que se trataba de una cuenta relacionada con el ganado, mientras que una espiga indicaba que el registro era de cebada. Posteriormente la escritura comenzó a ser ideográfica, es decir, escritura de ideas (por ejemplo, el Sol podía representarse mediante un círculo con rayos). Poco a poco los signos se hicieron más abstractos o esquemáticos, hasta llegar a un punto en que las figuras ya no se parecían a las cosas que representaban. Esta escritura se denominó cuneiforme (en forma de cuña), pues se usaban marcas en forma de triángulo que semejaban cuñas. Para el 2700 a.C. los sumerios ya tenían una escritura estable, bien elaborada, que se ha reconocido como la primera que se desarrolló en la historia del hombre. Las tablillas de barro cocido se desconocían porque estaban bajo tierra, y por ello el descubrimiento de la escritura se atribuía a los egipcios. El sumerio fue descifrado por un arqueólogo llamado Samuel Kramer apenas en 1930.

      Pero en realidad los egipcios, quienes vivían a lo largo de las orillas del río Nilo, en el África noroccidental, se enteraron del procedimiento de escritura de los sumerios y le realizaron mejoras. Los egipcios usaron el papiro para la escritura, pues esta planta proliferaba en las orillas del río; hicieron láminas del tallo del papiro, que resultaban más fáciles de manejar, y sobre estas láminas escribieron sus símbolos. A la caña del papiro se le llamaba byblos, nombre tomado del puerto de Biblos, pues allí fue donde los egipcios encontraron estas cañas. De ahí viene nuestra expresión Biblia (el libro). Asimismo, la palabra “volumen” viene de volvere, que significa enrollar.