III. DECISIONES
Algunas veces, los mercados ofrecen opciones de inversión con “beneficios ciertos”17. El mercado bancario, por ejemplo, ofrece tasas de interés fijas para los depósitos. Las personas solo necesitan comparar el monto de esas tasas para tomar las decisiones que les permitan obtener la mayor utilidad posible.
Otras veces, los mercados ofrecen opciones de inversión con “beneficios ciertos” y con “beneficios inciertos”. El mercado de capitales, por ejemplo, ofrece instrumentos con retornos fijos (bonos) e instrumentos con retornos variables (acciones). Las personas, por tanto, necesitan comparar la “rentabilidad cierta” de los bonos con la “rentabilidad probable” de las acciones para tomar las decisiones que les permitan obtener la mayor “utilidad esperada” posible.
Cuando las personas necesitan elegir entre “beneficios ciertos” y “beneficios inciertos”, aquellas pueden actuar con (i) neutralidad al riesgo; (ii) renuencia al riesgo; o, (iii) preferencia al riesgo.
La neutralidad al riesgo supone que las personas no prefieren una opción sobre la otra: el “beneficio cierto” de obtener $100 y el “beneficio probable” de obtener $100 (10% x $1,000) son equivalentes. En cambio, la renuencia al riesgo y la preferencia al riesgo suponen que las personas prefieren una opción sobre la otra. En el primer caso, las personas prefieren el “beneficio cierto” de obtener $100 sobre el “beneficio probable” de obtener $100 (10% x $1,000); mientras que en el segundo caso, las personas prefieren el “beneficio probable” de obtener $100 (10% x $1,000) sobre el “beneficio cierto” de obtener $100 (Cooter y Ullen, 1997, pp. 70-73).
Imaginemos que B tiene la posibilidad de invertir en bonos emitidos por la Compañía C o en acciones representativas del capital social de la Compañía D. Los bonos ofrecen una “ganancia cierta”: pago de $50 a título de intereses compensatorios18. Las acciones, en cambio, ofrecen una “ganancia incierta”: 50% de probabilidad de recibir $100 a título de dividendos19. En el primer caso, el “beneficio cierto” asciende a $50. En el segundo, caso el “beneficio esperado” asciende también a $50 (50% x $100)20. Si B considera que ambas opciones de inversión son equivalentes, entonces B muestra neutralidad al riesgo. Si B considera que la opción de inversión en bonos es la más atractiva, entonces B muestra renuencia al riesgo. Si B considera que la opción de inversión en acciones es la más atractiva, entonces B muestra preferencia al riesgo (Pindyck y Rubinfeld, 2013, p. 187).
Generalmente, las personas muestran renuencia al riesgo.
Las decisiones pueden ser eficientes o ineficientes. Son eficientes cuando los beneficios que generan exceden a los costos que imponen. Son ineficientes cuando los costos que imponen exceden a los beneficios que generan. Si la Compañía C toma la decisión de invertir $100 para producir el recurso X y el valor esperado de la venta de ese recurso es de $13621, entonces dicha decisión será eficiente. Pero si la Compañía D toma la decisión de invertir $100 para producir el recurso Z y el valor esperado de la venta de ese recurso es de $8222, entonces dicha decisión será ineficiente.
Los costos y los beneficios de las decisiones no siempre afectan de manera simétrica a las personas. En la vida real, es usual que las decisiones generen (i) beneficios para unas personas y (ii) costos para otras personas. Si es que B toma la decisión de demoler su casa de dos pisos para construir un edificio de departamentos de veinte pisos, es claro que B asumirá costos y obtendrá beneficios. Sus vecinos C, D y E, sin embargo, solamente asumirán costos. En efecto, B asumirá los costos monetarios de la demolición de la casa y de la construcción del edificio, y obtendrá las ganancias monetarias de la venta de los departamentos. Presumiblemente, las referidas ganancias excederán a los costos en cuestión. Sus vecinos C, D y E, empero, solamente asumirán costos no monetarios: contaminación sonora, contaminación ambiental, etc.
Existen, en teoría, dos criterios para determinar si una decisión que afecta a más de una persona es o no eficiente.
El primer criterio, creado por Vilfredo Pareto23, postula dos estándares para determinar si una decisión es eficiente: “Pareto Superior” y “Pareto Óptimo”. El primer estándar indica que una decisión es eficiente si genera beneficios a B sin afectar a C, D, E, F, etc. El segundo estándar indica que una decisión es eficiente si genera beneficios a B y dichos beneficios no pueden ser incrementados por ninguna otra decisión. Mientras el primer estándar se aplica a una decisión que compara una asignación inicial de recursos (Ai) con una asignación subsecuente de recursos (As) 24, el segundo estándar se aplica a una decisión que compara una asignación inicial de recursos (Ai) con todas las posibles asignaciones subsecuentes de recursos (Asa, Asb, ... Asn)25.
El segundo criterio, creado por Nicholas Kaldor26 y John Richard Hicks27, postula que una decisión es eficiente si genera beneficios a B y esos beneficios exceden a las pérdidas de C, D, E, etc. 28. Este criterio, sin embargo, no exige que las referidas pérdidas sean efectivamente compensadas29 a C, D, E, etc.
Imaginemos que la autoridad de transporte planea construir un puente que conecte a los poblados X y Z. Imaginemos, además, que ese puente beneficiará a las personas que habitan los poblados en cuestión. Imaginemos, finalmente, que para construir el puente, B y C deberán perder sus terrenos sin recibir compensación alguna. Bajo el criterio Pareto, la decisión de construir el puente no será eficiente, pues si bien incrementará el bienestar de las personas que habitan los poblados X y Z, disminuirá el bienestar de B y C. Bajo el criterio Kaldor-Hicks, la decisión de construir el puente será eficiente si (i) los beneficios obtenidos por las personas que habitan los poblados indicados ascienden a $100 y (ii) las pérdidas sufridas por B y C ascienden a $100 – N.
IV. CONTRATOS
Los contratos son los elementos del sistema económico que permiten el desarrollo de los mercados. Así como un invento incentiva la creación de una cadena de inventos subsecuentes que posibilitan el desarrollo constante de las industrias30, un contrato incentiva la celebración de una cadena de contratos subsecuentes que posibilitan el desarrollo continuo de los mercados.
Imaginemos que B recibe, a título de herencia, la propiedad de un terreno ubicado en el Valle Sagrado de los Incas (Cuzco). Imaginemos, además, que existen tres interesados en adquirir la propiedad en cuestión: C, D y E. C pretende construir una casa de campo y está dispuesto a pagar $100,000. D pretende cultivar trigo y está dispuesto a pagar $150,000. E pretende construir un hotel y está dispuesto a pagar $200,00031. Imaginemos, finalmente, que B opta por transferir la propiedad del terreno a E, pues, por distintas razones, valora más el dinero que la propiedad en cuestión.
¿Cuáles son los efectos que el contrato celebrado entre B y E produce en el mercado?
En primer lugar, el contrato permite que B obtenga $200,000. Con esta suma, B estará en condiciones de adquirir un bien que pueda usar de forma inmediata (por ejemplo, un departamento o un automóvil), realizar una inversión en un negocio o efectuar un viaje de turismo. En todos estos casos, B generará oportunidades para que terceros incorporen sus recursos (bienes, servicios) al mercado y, por tanto, obtengan ganancias.
En segundo lugar, el contrato permite que E obtenga la propiedad del terreno. Con este bien E estará en condiciones de empezar a contratar arquitectos, ingenieros y decoradores para el diseño, construcción y decoración del hotel. Posteriormente, E estará en condiciones de contratar a todo el personal necesario para la atención de los huéspedes del hotel. En todos estos casos, E generará oportunidades para que terceros incorporen sus recursos (bienes, servicios) al mercado y, por ende, obtengan ganancias.
Cada contrato celebrado genera, sino la necesidad, la oportunidad para que se incorporen recursos adicionales a los diferentes mercados.
Cuando los terceros incorporan sus recursos a la cadena de intercambios, los mercados se expanden. Este hecho es beneficioso por dos razones. Primera: porque permite que