Los vendedores desean tener certeza sobre cuántas unidades han de producir, pues solo así pueden controlar sus costos y determinar si su negocio es rentable. Los compradores, por su parte, desean tener certeza sobre los precios que han de pagar, pues solo así pueden planificar sus gastos y controlar sus presupuestos. ¿Cómo concilian sus intereses?
Las curvas de la oferta y de la demandan se cruzan siempre en un punto. En ese punto, la cantidad de unidades ofrecida es exactamente igual a la cantidad de unidades demandada. Si los vendedores deciden producir solamente esa cantidad de unidades demandada, entonces el precio se mantiene estable, pues, al no existir exceso de oferta ni de demanda, no se producen presiones para incrementarlo o reducirlo. A ese precio establece se le denomina “precio de equilibrio”.
En términos gráficos:
El “precio de equilibrio” del producto es N, pues a ese precio la cantidad de unidades que se ofrece es exactamente igual a la cantidad de unidades que se demanda.
En términos generales, los precios no muestran estabilidad por periodos prolongados. En algunos mercados especiales, como los mercados centralizados de valores11, los precios pueden variar cada hora o cada segundo.
Una amplia gama de eventos aparentemente inconexos puede provocar cambios graduales o repentinos en los precios. Una catástrofe natural, por ejemplo, puede impedir que productores de trigo del País 1 exporten ese producto, que se genere escasez temporal en el País 2 y que, por consiguiente, se incrementen los precios de diversos productos en este último país.
Los precios trasladan información valiosa a los diferentes participantes de los mercados. Esa información permite coordinar de forma espontánea las acciones de dichos participantes.
Si B, productor del recurso X, reduce en 50% el suministro de ese recurso al mercado Z debido a que encuentra una oportunidad de negocio más rentable en el mercado Y, se producirá un efecto absolutamente natural: incremento del precio del recurso X en el mercado Z. El efecto en cuestión trasladará información valiosa: en el mercado Z existe, en términos comparativos, mayor escasez del recurso X. Esa información influenciará la conducta de tres grupos: (i) compradores del recurso X en el mercado Z; (ii) productores de sustitutos del recurso X en el mercado Z; y, (iii) productores del recurso X en diversos mercados.
Los compradores del recurso X demandarán menores cantidades de ese recurso o mayores cantidades de los sustitutos de ese recurso; los productores de tales sustitutos incrementarán sus precios o producirán más unidades; los productores del recurso X en otros mercados ingresarán al mercado Z. Para adaptarse a la nueva circunstancia, los integrantes de los tres grupos indicados no necesitarán (i) conocer las razones por las que se incrementa el precio del recurso X en el mercado Z, ni (ii) negociar sus diferentes respuestas. Para adaptarse a la nueva circunstancia, los integrantes de los tres grupos indicados solamente necesitarán conocer un hecho: el incremento del precio del recurso X en el mercado Z.
Los precios, en consecuencia, trasmiten información valiosa. Esta información permite coordinar, de manera espontánea, las acciones de los diversos participantes del mercado (Hayek, 1945, p. 526).
Los mercados poseen otras características especiales.
Primero: se autocorrigen. Los mercados asignan los recursos en base al sistema de precios libres. Esto significa que los recursos son adquiridos por los compradores que pagan los precios demandados por los vendedores. En los sistemas centralizados, los precios son fijados ex ante por el gobierno. Y los compradores que adquieren los recursos son aquellos que tienen la fortuna de tener contactos con los burócratas del régimen.
Eventualmente, los vendedores pueden incrementar los precios demandados. Por ejemplo, un gremio de productores de petróleo puede acordar la disminución de los niveles de producción y, de esta forma, generar un incremento en el precio del petróleo. Si esto ocurre, sin embargo, los compradores adquirirán menos petróleo. Los productores que no pertenecen al gremio en cuestión, por otro lado, extraerán más petróleo debido a que el incremento en el precio de este recurso les permite cubrir sus costos de producción y obtener la rentabilidad esperada. Transcurrido un lapso de tiempo, el precio del petróleo disminuirá debido a la menor demanda y a la mayor oferta12.
Los mercados, en consecuencia, tienden hacia el equilibrio de oferta y demanda.
Segundo: emplean dinero y, por consiguiente, son eficientes. Los precios que demandan los vendedores y que pagan los compradores se encuentran fijados en dinero (sea producido por el Estado, sea producido por el mercado)13. El dinero reduce de manera significativa los costos del intercambio de los recursos. B puede tener excedentes de trigo y requerir lácteos. C, por otro lado, puede tener excedentes de lácteos y requerir trigo. En un mundo sin dinero, si es que B y C no se encuentran en contacto, B y C tendrán que incurrir en costos para encontrar la oportunidad de realizar una transacción (de intercambio de sus recursos). Esos costos pueden ser más altos que los beneficios derivados de tal transacción. El dinero elimina los costos en cuestión.
En efecto, en un mundo con dinero, B puede vender el excedente de trigo a C o a cualquier otro comprador, ya que con el dinero que obtenga puede adquirir los lácteos que necesita de C o de cualquier otro vendedor. C también puede vender el excedente de lácteos a B o a cualquier otro comprador, ya que con el dinero que obtenga puede adquirir el trigo que necesita de B o de cualquier otro vendedor.
En un mundo sin dinero, B necesariamente tendrá que recurrir a C, y C necesariamente tendrá que recurrir a B (o a otras personas interesadas en permutar trigo por lácteos). El dinero permite que B y C no dependan el uno del otro y, por consiguiente, permite que B y C tengan un mayor grado de libertad14.
Los mercados, en consecuencia, reducen los costos del intercambio de recursos.
Tercero: incrementan el nivel de bienestar social. Los vendedores y los compradores realizan transacciones para obtener beneficios. Si B está dispuesto a transferir 100 kg de trigo a cambio de $1,000 es porque valora más esa suma de dinero. Si D está dispuesto a pagar $1,000 a cambio de 100 kg de trigo es porque valora más esa cantidad de trigo. Los mercados facilitan la realización de transacciones de intercambio y, por lo tanto, permiten que los vendedores y los compradores obtengan los recursos que más valoran.
Los mercados, en consecuencia, son beneficiosos para la organización social.
Cuarto: generan eficiencia (cuantitativa y cualitativa). Los vendedores tienen la tendencia (natural y legítima) de intentar obtener las ganancias más altas posibles. Para que tal cosa ocurra, los vendedores necesitan capturar las mayores cuotas de mercado posibles. En la medida que compiten entre sí, los vendedores requieren diferenciarse a efectos de obtener las preferencias de los compradores. En términos generales, los vendedores intentan diferenciarse entre sí ofreciendo (i) menores precios o (ii) mejores condiciones. Ambas estrategias benefician a los compradores, en la medida que generan que estos paguen (i) precios menores por los mismos recursos; o, (ii) precios iguales por mejores recursos.
Los mercados, en consecuencia, producen mejoras cuantitativas y cualitativas.
Los mercados son responsables del asombroso incremento cualitativo en las condiciones de vida de las personas15. Retrocedamos 200 años. En ciertas regiones de Europa, Asia y América, una persona vive, en promedio, con USD 3 (a valor presente). Una mujer aspira, con suerte, a 2 años de educación. Si decide ser madre, sus probabilidades de morir en el parto son altas: 40%. Un hombre puede razonablemente tener una expectativa de vida de 40 años.
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