Una vez superado el curso normal de la enfermedad y que haya desaparecido, no dejaremos que estos niños entren inmediatamente en contacto con el aire frío. En invierno se dejará al niño unos ocho días todavía en la cama o, por lo menos, en una habitación caliente, pero bien ventilada. Estas recomendaciones deben ser especialmente atendidas en niños débiles para evitar que pudieran surgir complicaciones más tarde.
Parotiditis (paperas)
La parotiditis, llamada también paperas, es una enfermedad infantil bastante frecuente, pero inocua la mayoría de las veces. Afecta a las parótidas, es decir, las glándulas salivares situadas debajo de las orejas. A veces puede afectar también a los testículos de los niños. Si quien resulta afectado de paperas es un joven adulto, esta complicación puede tener serias consecuencias ocasionadas por la destrucción de los tejidos testiculares y puede dar lugar a esterilidad.
Contra las paperas utilizaremos remedios como Mercurius solubilis D10, a razón de dos a tres gotas, o una tableta cada dos o tres horas. Posteriormente se administrarán de dos a tres gotas de Aconitum D4 y Belladonna D4, alternativamente, cada media hora. También resultan muy efectivas las envolturas derivativas colocadas en las pantorrillas, humedecidas con suero láctico concentrado, siempre que se tengan los pies calientes. Así mismo, resultan muy eficaces los baños de asiento de temperatura creciente de 36 a 44 °C seguidos de una envoltura seca. Si el intestino no evacua con regularidad, recurriremos a poner un enema o lavativa. Para aliviar los dolores en estos niños, aplicaremos compresas húmedas muy calientes, a las que habremos añadido unas gotas de extracto de árnica o de caléndula. Conviene que estos niños hagan gárgaras con suero láctico diluido. Las aplicaciones de aceite de hipérico caliente son un viejo remedio que siempre suele dar buenos resultados. Se unta un pequeño paño con él o, todavía mejor, preparamos una masa de arcilla de este aceite y le colocamos encima una bolsa de agua bien caliente, con lo que se alivia el dolor y se ejerce, a la vez, un efecto curativo. Mientras tanto, daremos una tableta de Silicea D12, tres veces al día, hasta conseguir la curación completa.
Tos ferina
Muchas veces se trata esta enfermedad como si fuera un trastorno secundario, sin concederle una gran importancia a la tos perruna y profunda que afecta a estos niños. Es necesario prestar una mayor atención a la tos ferina, ya que si no se trata correctamente pueden producirse graves efectos secundarios y lesiones duraderas. Para combatir esta enfermedad, disponemos de remedios fitoterápicos y homeopáticos sencillos. Los padres de los niños afectados de tos ferina deben poner todo su empeño en aplicarles un tratamiento natural. No se puede cortar de golpe y acabar totalmente con ella con un remedio, pero sí podemos frenar en parte sus fuertes ataques y hacer que sean menos duraderos, siempre que nos preocupemos de eliminar las toxinas producidas en el curso de las enfermedades infecciosas, como sucede también con el sarampión, la escarlatina, la gripe y otras. Podemos combatir la propensión, debilidad o tendencia de ciertas personas a padecer enfermedades infecciosas con facilidad o repetidamente. Suele suceder que tras la tos ferina se presenta otra enfermedad, por lo que resulta muy importante tomar medidas de prevención para así tener un buen estado de salud. Hay casos en los que los ataques de tos desaparecen totalmente al cabo de pocos días. A veces todavía es necesario dar un preparado biológico de calcio a estos niños. Así mismo, hay que activar los riñones para favorecer la eliminación de los nocivos residuos metabólicos. Los preparados homeopáticos Ipecacuanha D4 y Coccus cacti D4 han dado buenos resultados. Una vez que hayan desaparecido los ataques de tos podremos ir dejándolos poco a poco. En cambio, deberemos persistir un poco más con el jarabe de yemas de abeto, si bien luego también lo iremos dejando progresivamente. No hay que prescindir nunca de las envolturas de pecho en el tratamiento de estos pacientes. Podemos preparar una sencilla envoltura de pecho, humedeciéndola con una decocción de heno o, en casos más graves, recurriremos a una envoltura con cebolla. Las envolturas con rábano rusticano actúan de forma todavía más intensa, al igual que las envolturas de mostaza. Una envoltura de mostaza bien puesta o un baño con mostaza ha sido, a menudo, la única salvación posible en casos muy graves de la temida bronquiolitis del lactante (inflamación y obturación progresiva de las vías respiratorias más finas de los pulmones), cuando se iba poniendo azul y trataba desesperadamente de respirar. Cuando utilicemos la mostaza (harina de mostaza), deberemos procurar que la piel no esté demasiado tiempo en contacto con ella. Lo adecuado es que se produzca un buen enrojecimiento de la piel, pero sin que se lleguen a formar jamás ampollas. Si efectuamos el tratamiento aquí expuesto podremos preservar a estos niños de graves trastornos o lesiones.
Equinácea (Echinacea purpurea)
Consuelda (Symphytum officinale)
Enfermedad de Herter (celiaquía)
Esta enfermedad recibe también el nombre de celiaquía14 o infantilismo intestinal. Se trata de un padecimiento que exige mucha dedicación y ocasiona muchas preocupaciones, por lo que para muchas madres será un verdadero alivio saber de qué manera han de actuar en estos casos. Como a todos los catarros intestinales y diarreas en lactantes y en niños pequeños la trataremos de la manera siguiente:
El remedio por excelencia son gotas para la diarrea a partir de la tormentilla, que se dará en dosis de dos a cinco gotas, de tres a cinco veces al día, según la edad y la sensibilidad de cada uno de los pequeños pacientes. La dosis puede aumentarse progresivamente hasta que las deposiciones fecales tengan una consistencia normal. Como medida de apoyo, utilizaremos los baños de asiento calientes, que se tomarán a menudo, o bien se aplicarán envolturas calientes en el vientre humedecidas con una infusión de manzanilla o de cola de caballo.
En cuanto a lo referente a la alimentación se seguirá, ante todo, una dieta a base de arroz integral. Para preparar la crema de arroz no se empleará nunca arroz blanco, sino únicamente arroz natural (integral). A la crema o mucílago producido se le añadirá un poco de zumo de zanahoria, aunque también puede ser sustituido por media cucharadita o menos de concentrado de zanahorias.
Mientras dure la enfermedad, tanto los niños como los adultos deberán seguir una dieta carente de gluten. Por ello, el mejor cereal para esta enfermedad es el arroz. A estos enfermos no hay que darles productos hechos con harina o sémola blanca. En cambio, pueden comer patatas cocinadas con la piel y preparadas en forma de puré, al que se le añadirá zumo de zanahoria fresco. Respecto a las verduras, se empezará poco a poco con un poco de puerro al vapor, y no se recomienda tomar otras verduras hasta que la diarrea no haya desaparecido del todo.
En cuanto a las frutas, pueden tomarse manzanas ralladas, que podremos mezclar con un poco de plátano crudo. También las bayas de arándano resultan recomendables en estos casos. Una vez pasadas las manifestaciones agudas podemos dar también un poco de zumo de pomelo15.
La cantidad de los alimentos será bastante restringida. Se irá aumentando lentamente a medida que se vaya normalizando la digestión, es decir, hasta que las deposiciones tengan la consistencia y el color adecuados. Lo que está muy claro es que, si se toma una gran cantidad de alimentos, los resultados son mucho peores que comiendo una cantidad moderada. Si alguno de los alimentos mencionados produjera algún tipo de trastorno en estos niños, deberíamos adaptarnos a su particular sensibilidad y elegir aquellos alimentos que no les causen problema alguno. Una vez que las deposiciones vuelven a estar en orden, iremos dejando los remedios paulatinamente e iremos introduciendo progresivamente una dieta normal. Si se produjera algún tipo de recaída,