El pequeño doctor. Alfred Vogel. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Alfred Vogel
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9783906404370
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       Ventajas y desventajas del tratamiento hormonal

      Muchas mujeres que desean tener hijos, al no serles posible, suelen poner un gran empeño en satisfacer este deseo. Esta actitud es comprensible, ya que una frustración de esta magnitud puede ocasionar serios trastornos de tipo emocional o psíquico. De todos modos, también es cierto que hay mujeres que no tienen deseo alguno de tener hijos. No lo consideran, pues, un infortunio, pero se pierden la satisfacción y natural alegría de tener niños en casa.

       Dos posibles caminos

      La carencia de hijos en el matrimonio suele estar relacionada, en muchos casos, con la existencia de trastornos hormonales, como se ha observado repetidas veces. En tales casos hay dos caminos a seguir. Por una parte, existe la posibilidad de estimular adecuadamente el organismo para que mejore su propia producción hormonal mediante determinadas terapias físicas, como la práctica de baños de asiento, baños de temperatura alterna, baños de Kuhne y otros de efectos parecidos. Conviene activar la circulación sanguínea del bajo vientre para activar la producción hormonal y posibilitar así la consecución del embarazo.

      Los remedios que activan la circulación y la administración de preparados de ortigas y calcio resultan de gran utilidad en estos casos. Si a ello añadimos, además, la toma de germen de trigo o de su aceite (en perlas) reforzamos las posibilidades de que las mujeres afectadas puedan conseguir quedarse embarazadas. Si bien el movimiento y la respiración al aire libre benefician a la recuperación natural del cuerpo, nunca se debe exagerar al practicar deporte, más bien, hay que llevar un estilo de vida equilibrado.

      Hay un segundo camino que algunas personas prefieren seguir, ya que promete una solución más rápida para vencer la infertilidad femenina. Se trata del tratamiento hormonal mediante hormonas sexuales, si bien este camino alberga algunos riesgos. Como entre las mujeres existe una diferente sensibilidad corporal a estos productos, no resulta fácil para el médico encontrar las dosis adecuadas en cada caso. Puede suceder que se preparen varios óvulos a la vez para ser fecundados y esto dé lugar a embarazos múltiples de dos, tres o incluso más niños. Esta situación podría resultar abrumadora hasta para aquellas mujeres que tanto sufrían por no tener hijos. Lo más apropiado es seguir la primera vía o camino, estimulando de forma natural la producción hormonal de las glándulas sexuales y, solo cuando esta vía resulta infructuosa, cabría pensar, entonces, en un tratamiento hormonal.

       Otras observaciones importantes

      En relación con este tema también resulta interesante considerar el proceso contrario, es decir, la supresión hormonal normal del organismo femenino. Los ginecólogos han observado que esta supresión dura mientras se toman fármacos, como las conocidas píldoras anticonceptivas. Al dejar de tomarlas, el organismo femenino puede reaccionar de tal modo que se fecunden varios óvulos a la vez y tener un parto múltiple. Cuando las mujeres sepan que al dejar de tomar estas píldoras pueden dar a luz trillizos o quintillizos, quizá empiecen a comprender entonces las desventajas que pueden albergar dichas píldoras.

       Cuidados del lactante

      A buen seguro que muchas de las cosas que hicieron nuestros padres fueron acertadas, pues la experiencia es buena consejera. Otras veces procedieron erróneamente, pues algunos viejos usos y costumbres no se corresponden con los actuales conocimientos que se tienen sobre la higiene. Baste recordar, por un momento, el casi ancestral miedo al agua y considerar como algo nocivo el bañarse con frecuencia. ¡Incluso hoy en día hay personas mayores que se jactan de no haberse metido en su vida en una bañera! Es una realidad que en tiempos de nuestros abuelos a muchos niños se les privaba del contacto directo con la luz, el aire, el sol y el agua para evitar que pudieran resfriarse; lo que en la actualidad nos parece algo difícil de creer. Y no solo eso: para evitar que a los niños pequeños se les pudieran torcer las piernas se les fajaba tan estrechamente que apenas podían moverlas. Hace algún tiempo aún se podían ver en Italia a lactantes empaquetados como pequeñas momias. No en vano en tiempos pasados la mortalidad infantil era mucho mayor que la existente en la actualidad.

      El bañar con frecuencia a los lactantes es una necesidad incuestionable, tanto por cuestiones de higiene como por los cuidados que requieren su piel y la actividad cutánea. Además, la toma de baños activa el funcionamiento de los órganos internos. Con ellos se combaten estancamientos de líquidos y se activan las glándulas de secreción interna y sus importantes funciones. No hay que olvidar que, durante nueve meses, el niño estuvo sometido a una temperatura constante en el claustro materno, bien protegido de las vicisitudes del mundo exterior y resguardado cerca del corazón de la madre. Al dar a luz, el recién nacido se ve sometido de pronto a un ambiente frío, al que su pequeño organismo deberá adaptarse progresivamente. Cuando vayamos a bañar al recién nacido o al lactante, la temperatura del agua no deberá sobrepasar los 37 °C, o sea, debe estar tibia. En verano, en cambio, conviene que el agua de baño esté algo más fresca, especialmente si se trata de agua calentada al sol. A los niños les encanta el líquido elemento y pronto se adaptan con gusto a él, como lo demuestran chapoteando alegremente o protestando cuando consideran que se les saca de la bañera demasiado pronto.

      Hay que tener especial cuidado en la elección de los productos para echar en el agua del baño y evitar, así, consecuencias desagradables. No es infrecuente que los niños pequeños se metan los dedos en la boca y se traguen algo de agua de la bañera. Por ello, no deben emplearse con ellos productos, como el llamado «bálsamo de agujas de pino», que llevan el colorante verde iridiscente (Natrium fluoresceinum). Tampoco conviene utilizar ciertas plantas medicinales, como la celidonia o el geranio robertiano que, si bien actúan bien contra impurezas y erupciones cutáneas, en el caso de los niños pequeños hay que tener suma precaución con ellas. Productos que para nosotros los adultos son aparentemente inocuos, pueden ser nocivos para los niños pequeños, al ser estos mucho más sensibles a ellos. De ahí que a veces nos resulte difícil poder averiguar cuál ha podido ser la causa de los trastornos que padecen.

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      Manzanilla (Matricaria chamomilla)

      Las plantas más adecuadas para emplear al bañar a niños pequeños son las siguientes:

      Cola de caballo7: por su elevado contenido en ácido silícico resulta muy beneficiosa para la piel.

      Infusión de melisa o toronjil: ejerce un cierto efecto sedante en niños cuando están demasiado nerviosos o excitados.

      Infusión de pie de león: adecuada cuando la textura de la carne del niño es demasiado esponjosa y precisa que le proporcionemos una mayor tensión o resistencia. Constituye también una pequeña, pero incuestionable ayuda, cuando el niño tiene tendencia a herniarse con frecuencia.

      Infusión de manzanilla: ideal en trastornos digestivos, dolores de estómago y leves trastornos metabólicos.

      Infusión de caléndula: para pieles sensibles, erupciones e impurezas cutáneas (puede emplearse también la planta directamente).

      El serpol, planta emparentada botánicamente con el tomillo, es una plantita excelente para emplearla en el agua de baño de niños con tendencia a padecer catarros, enfriamientos y resfriados con frecuencia. Los niños cuyos padres padezcan de debilidad pulmonar deberían tomar de vez en cuando estos baños.

      Las tisanas de llantén menor: constituyen una ayuda nada despreciable en casos de debilidad o labilidad de la vejiga urinaria, trastorno que es bastante frecuente en niños pequeños.

      Todas estas tisanas deben ser muy poco concentradas, ya que los niños pequeños reaccionan mejor cuando se les aplican estímulos suaves.

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