Algunas madres jóvenes se muestran nerviosas y preocupadas si desde el primer día no les sale leche del pecho. Podemos decirles que no deberían preocuparse por ello, ya que es normal que el recién nacido no reciba ninguna clase de alimento durante las primeras 24 horas de vida. En un principio solo se forma el nutritivo calostro. La verdadera leche no sale de su pecho hasta el tercer, cuarto o sexto día después del parto. Las madres jóvenes no deben pues preocuparse si el primer día no transcurre como quizá erróneamente se habían imaginado. Si sus mamas no producen suficiente cantidad de leche, podemos ayudarlas con la toma de unas gotas de ortiga al día o unas tabletas de un compuesto de calcio y ortiga. A este respecto, véase también el capítulo dedicado a la costra láctea.
Inflamación de las mamas (mastitis)
Las mastitis suceden con más frecuencia después del parto, durante la lactancia o el destete. Es necesario tratar enseguida su inflamación, ya que si no se pueden producir endurecimientos que pueden terminar con la formación de un absceso. En estos casos es preferible hacer madurar el absceso hasta que se abra por sí mismo, si bien hay quien prefiere intervenir quirúrgicamente. Tanto de una forma como de otra se formarán cicatrices que, como tejido carente de elasticidad, pueden representar un cierto riesgo para la salud.
Formas de tratamiento y medidas de precaución
Trataremos las mastitis mediante aplicaciones externas y también por vía oral mediante los remedios pertinentes. Por vía oral recurriremos a un extracto de equinácea, pues se ha mostrado muy eficaz en estos casos. Externamente, practicaremos suaves fricciones alternas con tintura de árnica10 primero y equinácea después. En mujeres especialmente sensibles se consigue una rápida mejoría si se le aplican con regularidad compresas calientes empapadas con infusiones de malva o de sanícula. Para aumentar su efecto curativo, añadiremos a estas infusiones de cinco a diez gotas de tintura de equinácea.
Las mujeres lactantes que deseen disminuir la producción de leche pueden conseguirlo mediante fricciones con tintura de levístico, tomando a la vez infusiones de esta planta especialmente adecuada para estos casos. En caso de aborto o si la criatura nace muerta, hay que ir sacando la leche de los pechos hasta que esta desaparezca definitivamente por efecto de los citados remedios. Hay que parar de forma natural la formación de leche para impedir que se pueda producir la llamada «fiebre de la leche» y una mastitis. También es recomendable untar las mamas regularmente, de dos a tres veces por semana, especialmente los pezones, con un buen aceite de hipérico o con la crema biológica de lanolina. Con estas aplicaciones podemos impedir, además, que se formen grietas en ellos.
Alimentación de los niños pequeños
Muchas madres se quejan de que las papillas de arroz integral estriñen al niño pequeño. Es posible que estos reaccionen de una forma especialmente sensible y que respondan con estreñimiento, lo que no ocurre, en cambio, cuando toman papilla de cebada. De todos modos, como la papilla de arroz integral posee un elevado valor nutritivo no debe abandonarse su consumo, sino más bien solucionar este inconveniente de una forma sencilla y natural. Las semillas de lino molidas constituyen un excelente remedio contra el estreñimiento, por lo que las añadiremos a la papilla de arroz integral. La cantidad a emplear dependerá de la respuesta y de la sensibilidad de cada niño. A menudo, suele bastar con una pizca (tomada con la punta de un cuchillo) para solucionar el estreñimiento producido en estos niños por el arroz integral y de esta manera no tienen que prescindir de tan valioso alimento.
Podemos preparar también una papilla de centeno integral. No es tan mucilaginosa como las anteriores, pero también es muy beneficiosa, especialmente durante la época de la dentición. El centeno no solo contiene calcio, sino también ácido fluorado de calcio, necesario para la formación del esmalte dentario.
La alimentación más adecuada para el niño se basará en el consumo de arroz, centeno, cebada, avena y, eventualmente, también mijo y alforfón, junto con zumo de zanahoria en alternancia con zumos de fruta. Vigilaremos siempre no mezclar los zumos de frutas con los de hortalizas. Tampoco resulta recomendable mezclar zumos de diferentes frutas entre sí, pues a algunos niños sensibles les puede dificultar la digestión. Los purés de almendras que podemos encontrar en herboristerías constituyen un buen sustituto de algunas papillas, los cuales podemos dar a los niños mezclados con zumos de fruta. Primero se disuelve el puré de almendras que vayamos a emplear, se le añade el zumo de fruta y se pasa por la batidora. Resulta, así, un excelente alimento adecuado tanto para niños pequeños como para mayores e, incluso, para los adultos. A su vez, la leche de almendra es un alimento fundamental para los niños que padecen de costra láctea; trastorno que combatiremos con más éxito si a estos niños les damos gotas de la planta Viola tricolor y calcio.
Tratamiento efectivo contra la costra láctea
El padecimiento de costra láctea suele preocupar bastante a los padres de estos niños. Su aparición no se debe a influencias externas, por una infección o algo parecido, como alguna gente cree. En realidad, la costra láctea se debe a una anormal hipersensibilidad del organismo infantil (lo que se llama una alergia trófica) o eventualmente a un estado carencial. Una vez suprimidas las causas que la han producido, la erupción cutánea desaparece sin más. Puede ocurrir también que el niño venga al mundo ya con esta hipersensibilidad en su organismo. Hay que procurar suprimir todas las causas posibles. Cuando el origen es un trastorno alimentario, hay que poner en orden la función intestinal mediante la toma de papilla de arroz integral, suero de mantequilla y otras medidas naturales.
A veces sucede que la responsable de la costra láctea del niño de pecho es la alimentación de su madre. Algunas madres no piensan que muchas sustancias que toman, incluidos bastantes medicamentos, pueden pasar a la leche materna y de ahí al niño. Así, por ejemplo, si una madre que padece estreñimiento toma el primer laxante que le viene a mano, este puede llegar a afectar al niño y producirle un trastorno intestinal con diarrea. Entonces se comienza a probar esto o aquello, se van haciendo pruebas al niño y, si no se obtienen resultados, se termina pasando a una alimentación artificial con la que parar la diarrea del niño. El problema es que a este niño se le priva entonces de tal valioso alimento, como es la leche materna. Si se hubiera indagado a fondo y se hubiera descubierto la verdadera causa, la solución hubiera sido bien fácil. Ninguna madre debería utilizar ningún laxante que contuviera áloe u otros remedios similares (irritantes del intestino grueso) durante el periodo de lactancia. En cambio, podemos disponer de preparados de semillas de lino, de zaragatona (Psyllium) u otros que también son inofensivos y se pueden tomar para combatir el estreñimiento durante la lactancia. Otros productos, como el fenobarbital, y otros muchos fármacos que contienen barbitúricos pasan a la leche materna. Lo mismo puede decirse de otros tranquilizantes, somníferos, compuestos de bromo, morfina, mercurio, quinina, ácido acetilsalicílico, muchos preparados antirreumáticos y yoduro potásico, además del alcohol y la nicotina, tan solo por citar los más importantes.
No es de extrañar, pues, que un niño cuya alimentación contenga estas sustancias pueda presentar trastornos de salud. No habría que olvidarlas cuando vemos un niño con costra láctea. Evita fumar; si tienes la mala costumbre de hacerlo, ¡evítalo por lo menos durante el periodo de la lactancia! Piensa en tu hijo, en su pequeño cuerpecito sufriendo por tu falta de consideración, tratando de eliminar la tóxica nicotina de su organismo.
La nicotina perjudica al niño ya durante el embarazo, lo que se puede comprobar escuchando los latidos del corazón del niño cada vez que su madre fuma un cigarrillo y como este puede llegar a latir ocho veces más por minuto. Si el padre participa en esta prueba, y ve los resultados, seguro que pedirá a su esposa que desista de fumar.
Algunos alimentos influyen también sobre la leche materna. A menudo he podido observar como la costra láctea desaparecía