Texto, edición y público lector en los albores de la imprenta. AAVV. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: AAVV
Издательство: Bookwire
Серия: Parnaseo
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788437096155
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señala sus características y cómo corresponden a la reutilización de unas imágenes bien conocidas en la literatura caballeresca surgida de los talleres cromberguerianos. En su nuevo uso se produce un cierto desajuste espacial porque estaban pensadas para ilustrar libros impresos a dos columnas, mientras que ahora se emplean en un formato de dimensiones superiores por corresponder a la plana entera. Para solucionarlo, el impresor emplea diversas piezas de adorno a modo de orla que enmarca las xilografías del mismo modo que sucede en la edición de 1525, si bien estos materiales ornamentales son distintos en ambas impresiones.

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      Fig. 3. Capítulo XXII de la Crónica del Cid [Sevilla: Juan Cromberger, 1525]

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      Fig. 4. Capítulo XXII de la Crónica del Cid [Sevilla: Juan Cromberger, 1533]

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      Fig. 5. Capítulo XXXIX de la Crónica del Cid [Sevilla: Juan Cromberger, 1525]

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      Fig. 6. Capítulo XXXIX de la Crónica del Cid [Sevilla: Juan Cromberger, 1533]

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      Fig. 7. Capítulo xxiV de la Crónica del Cid [Sevilla: Juan Cromberger, 1533]

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      Fig. 8. Capítulo lVii de la Crónica del Cid [Sevilla: Juan Cromberger, 1533]

      Las xilografías específicas (E) ilustran idénticas escenas desde la princeps, síntoma de que fueron lo suficientemente significativas para realizarlas ex profeso, asunto que ya analicé en otra ocasión. Solamente añadiré que la del león para 1533 se ha estropeado, por lo que se completa con material ornamental (figs. 9 y 10). Por otra parte, respecto a la princeps se ha modificado la figura del Cid en la portada pues ha desaparecido el monje que despide al héroe, mientras que sí aparece un perro con sus patas delanteras alzadas, al tiempo que también se sustituye el edificio, ahora un castillo. El protagonista ya no se presenta con un yelmo cerrado que le impide ver el rostro, sino con uno abierto, por lo que se divisa su cara poblada de una espesa barba. Desde esta perspectiva, la imagen del Cid en actitud de extraer la espada de su vaina para impedir que un judío le mesara la barba adquiere un nuevo valor, quizás más exaltador de su figura que de su valor hagiográfico, que evidentemente lo sigue teniendo.

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      Fig. 9. Capítulo XXXVII de la Crónica del Cid [Sevilla: Juan Cromberger, 1525]

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      Fig. 10. Capítulo xxxVii de la Crónica del Cid [Sevilla: Juan Cromberger, 1533]