Filosofía de la imagen: lenguaje, imagen y representación. Fernando Zamora Águila. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Fernando Zamora Águila
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786073048330
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lenguaje son los límites de mi mundo. Esto no significa necesariamente la negación dogmática de algo que esté más allá de lo que podemos expresar, pero sí quiere decir —y por cierto debe decirlo— que sólo pueden suscitarse con sentido las cuestiones relativas a la verdad y falsedad acerca de lo que puede expresarse.[21]

      Es decir, el lenguaje pone límites solamente a lo que para mí es significativo, no a mi mundo en sí.

      Pero no es fácil abandonar la tentación de erigir al lenguaje como criterio único y excluyente de la verdad, del conocimiento cierto, de lo que es y aun de lo que se percibe inmediatamente. Las categorías del conocimiento, con las cuales nos enfrentamos a la realidad,

      son en última instancia categorías del lenguaje, tomando lenguaje en sentido filosófico. [...] La única manera de determinar el ser o la realidad es por medio de aquellas formas en que son posibles las afirmaciones acerca de ellos. [...] Éste es el corazón de la doctrina de las categorías tanto de Aristóteles como de Kant. [Ibíd., pp. 291-292. Cursivas de F.Z.]

      La palabra articulada es el marco de nuestra realidad, a tal grado que no podemos ni siquiera pensar fuera de ella. Éste es el sentido del llamado «giro lingüístico», uno de cuyos principales artífices es precisamente el Wittgenstein del Tractatus.

      Sin embargo, uno de los principales iniciadores de esta línea de investigación, Wilhelm von Humboldt, no produjo una obra que se apegara plenamente a tal idea antropológica del lenguaje. Pese a que en sus profundas e interesantes reflexiones sobre la lengua y el lenguaje la historicidad de éstos se señala una y otra vez, las conclusiones a que llega están lastradas casi siempre por un hegelianismo un tanto forzado. Por ejemplo, cuando escribe que ni la civilización ni la cultura son generadoras del lenguaje, y que la producción de éste se debe a otra fuerza que las genera también a ellas (el «desenvolvimiento del espíritu»). Con todo esto, la responsabilidad ontológica del lenguaje sigue presente.

      Paradójicamente, es su pertenencia al hegelianismo y al movimiento romántico lo que habilita a Humboldt para percibir que el lenguaje no es una simple nomenclatura (como habría querido el empirista más cerrado), sino que está conectado con la vida de los hablantes. Conceptos hoy en día de circulación corriente fueron acuñados por los románticos: “espíritu del pueblo”, “lengua nacional”, “concepción del mundo”... Y gracias a ellos Humboldt pudo hacer afirmaciones como:

      Para esta concepción relativista, la lengua no representa nunca los objetos, sino los conceptos sobre los objetos: cada designación distinta del mismo objeto produce un concepto distinto; cada lengua forma sus conceptos a su manera y es rica en conceptos de determinada especie. [Ibíd., pp. 119-23]

      Otro heredero y continuador de la escuela humboldtiana es Benjamin Lee Whorf. Con él se dibujó nítidamente la concepción de que las diferentes lenguas implican diferentes concepciones del mundo, de que aquello que observamos (o que creemos observar) «son hechos puramente gramaticales» dependientes de la lengua en que nos estemos comunicando y dentro de la cual nos desenvolvamos.