convirtiendo la rutina de tus días
en sueños hechos de fantasías.
La mente del hombre
¡no tiene límites!
Es la mejor de las herramientas que tienes
para convertir una casa en un palacio
a un sapo en un príncipe valiente
una calabaza en gran carruaje
la escoba en tu compañero de baile
un ratón en cochero con librea.
Dejaste ya de ser un niño
no te alejes de gozar tus fantasías
no pierdas esa capacidad que bien usan los niños
¡Podrás viajar tan lejos como quieras!
Lo harás en barco de papel, en un avión de papiroflexia o quizá en un cohete
que te lleve directo a las estrellas.
Crear en silencio y con tu mente
estará siempre en tus manos
las fantasías no tienen edad
no importa que te digan:
«¡Vive usted de ensoñaciones!»
Desnudando el alma
He tenido el atrevimiento de mostrarme tal como soy
y con mis letras desnudar mi alma.
No he esperado a estar preparada para hacerlo
pero la vida me dio la oportunidad de reinventarme.
En mis escritos te llevaré a recorrer un mundo de poesía
donde se anidaron los sueños que se fueron deslizando por los años.
En este tiempo de alegría, de recuerdos mezclados con el llanto y de muchos desvelos
hice un trato con la paciencia:
le pedí que me esperara a solas cada noche.
Hice un trato con la belleza para que me regalara de ella un poco.
Hice un trato con mis lágrimas para que no mancharan el papel
y por último hice un trato conmigo misma
de escribir solo lo que me dictara el alma.
He gastado mis días haciendo lo que me apasiona
he vivido enamorada del amor
y de lo que significa.
Soy fruto del amor y no me iré sin dejar algo de mi esencia.
Siempre me he sentido bendecida
bendigo la vida y a todos los que Dios me dio para vivirla.
Dulce olvido
Mi vocación y mi amor por los niños
me llevó a ellos
y en esos años que fueron maravillosos
intenté ser la mejor maestra.
Me sobraba juventud y entusiasmo
muy propio de una primeriza.
El candor que poseían
y la ternura que provocaban en mí
aquellos pequeñitos
era motivo para levantarme
todas las mañanas
y correr veloz a su encuentro.
No era un trabajo era más bien
una entrañable tarea.
La mañana se deslizaba rápidamente
iluminando dibujos
con cantos y juegos
jugando con arena, agua y plastilina
intentando enseñarles a amarrar sus agujetas
poniéndoles y quitándoles su suéter
curando raspones y cerrando sus loncheras.
Por fin llegaba la hora del cuento
llena de fantasía
que esperaban muy contentos y quietecitos.
La mañana llegaba a su fin
era hora de despedirnos
con un abrazo cariñoso
poniéndome a su altura.
Fueron años llenos de aprendizaje
donde entregué mi alma por entero a niños que con el paso del tiempo
se convertirían en hombres exitosos
médicos, abogados, arquitectos, industriales, terapeutas y psicólogos.
Algunos los encontré de nuevo en mi vida
a muchos les perdí la pista
pero sus rostros quedaron
tatuados en mi alma o en álbum de los recuerdos.
De algunos aún recuerdo sus nombres
el de otros los fue borrando el tiempo de mi memoria
pero todos dejaron impregnado en mí
un gran recuerdo acompañado de un dulce olvido.
El perfume de mi esencia
Dejaré en mis letras el perfume de mi esencia
y que ellas marquen la huella de mi paso.
Dejaré plasmadas mis ideas
y la dulzura que me brotó del alma.
Dejaré ahí mis miedos, alegrías y tristezas
y la esperanza puesta en ti
de que al leerme
cambiará tu vida un poco.
Mi corazón no se ha endurecido
aún llevo la lozanía
por eso escribo sobre el amor
la alegría, la fe y la esperanza.
La tinta que ha corrido
es para despertar las conciencias
y sueño con un mejor mañana.
El papel y la pluma son testigos mudos
de todos mis desvelos
y gozo al imaginar que en el futuro
estas líneas serán leídas por mis nietos.
Dejé de ver historias y empecé a escribirlas
dejé de imitar a otros para ser yo misma.
Llevo en mi rostro siempre una sonrisa
para que quede en tu recuerdo
y un día podré partir tranquila
hacia el espacio eterno
llevando el alma satisfecha de todo lo vivido.
Recuerdos no deseados
La lenta