Teoría y análisis de la cultura. Gilberto Giménez Montiel. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Gilberto Giménez Montiel
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786078768226
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Gramsci, op. cit., vol. 4, p. 239.

      74- Obras de Antonio Gramsci, op. cit., vol. 3, pp. 3, 18 y 109.

      75- Ibid., pp. 63–64.

      76- Ibid., p. 17.

      77- Ibid., p. 58.

      78- Ibid., p. 25.

      79- Ibid., p. 19.

      80- Obras de Antonio Gramsci, vol. 4, op. cit., p. 89.

      81- Op. cit., vol. 3, p. 58.

      82- Ibid., p. 16.

      83- Ver al respecto, Eunice R. Durham, loc. cit., p. 78 y ss.

      84- Ver, entre otros, Wolfgang Fritz Haug, “Standpunkt und Perspective Materialistische Kulturtheorie”, en Wolfgang Fritz Haug y Kaspar Maase, Materialistische Kulturtheorie und Alltagskultur, Argument–Verlag, Berlín, 1980, p. 6 y ss.

      85- Jean–Paul Willaime, “L’opposition des infrastructures et des superstructures: une critique”, en Cahiers Internationaux de Sociologie, vol. LXI, 1976, p. 322.

      LA CULTURA COMO PROCESO SIMBÓLICO

      A la luz de la revisión crítica realizada se impone la necesidad de una reelaboración teórica que permita superar las limitaciones más patentes del discurso antropológico y marxista sobre la cultura, sin perder por el camino sus contribuciones más fecundas.

      El problema fundamental que nos preocupa puede formularse de este modo: ¿es posible conferir un referente más homogéneo y específico al concepto de cultura, sin abandonar la “concepción total” que la hacía coextensiva a la sociedad? ¿Se puede sostener al mismo tiempo que la cultura es coextensiva a la sociedad, pero distinta de ella?

      Pero ¿qué es lo simbólico?

      En el sentido extensivo con que aquí lo asumimos, siguiendo a Geertz, lo simbólico es el mundo de las representaciones sociales materializadas en formas sensibles, también llamadas “formas simbólicas”, y que pueden ser expresiones, artefactos, acciones, acontecimientos y alguna cualidad o relación. En efecto, todo puede servir como soporte simbólico de significados culturales: no sólo la cadena fónica o la escritura sino también los modos de comportamiento, prácticas sociales, usos y costumbres, vestido, alimentación, vivienda, objetos y artefactos, la organización del espacio y del tiempo en ciclos festivos, etcétera.

      En consecuencia, lo simbólico recubre el vasto conjunto de los procesos sociales de significación y comunicación. Este conjunto puede desglosarse, a su vez, en tres grandes problemáticas:

      2) La problemática de la producción del sentido y, por tanto, de ideas, representaciones y visiones del mundo, tanto en el pasado (para dar cabida a las representaciones ya cristalizadas en forma de preconstruidos culturales o de “capital simbólico”), como en el presente (para abarcar también los procesos de actualización, de invención o de innovación de valores simbólicos).

      Esta triple problemática de la significación–comunicación se convierte también, por definición, en la triple problemática de la cultura.

      Respecto de lo simbólico así definido cabe formular algunas observaciones importantes.

      La segunda observación se refiere a lo siguiente: la realidad del símbolo no se agota en su función de signo sino que abarca también los diferentes empleos que, por mediación de la significación, hacen de él los usuarios para actuar sobre el mundo y transformarlo en función de sus intereses. Dicho de otro modo: el símbolo y, por lo tanto, la cultura, no es solamente un significado producido para ser descifrado