Perspectivas Críticas de la Contabilidad Contemporánea. Julieth Emilse Ospina Delgado. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Julieth Emilse Ospina Delgado
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Математика
Год издания: 0
isbn: 9789585119598
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bookkeeping and the rise of capitalism. The Economic History Review, 1(2□3), pp. 99-13.

      __________. (1964). Accounting and the rise of capitalism: Further notes on a theme by Sombart. Journal of Accounting Research, vol. 2 (núm. 2), 117-136.

      __________. (1975). Notes on double- entry bookkeeping and economic progress. Journal of European Economic History, 4(3), 717.

      Zaslavsky, C. (1973). Africa Counts. Lawrence Hill Books.

       Notas

      1 Este capítulo retoma algunos apartes y datos específicos de la historia africana, incluidos en Sy y Tinker (2014).

      2 El texto completo se puede encontrar en BBC Home (2003). Expresamos nuestro agradecimiento a la BBC por esta selección abreviada y reeditada de este texto. Los límites y las adiciones a la selección garantizan que se han respetado los derechos de autor de la BBC.

      3 Esta fuente, citada en Referencias, ofrece enlaces a las publicaciones actuales y debates sobre el hueso de Ishango.

      4 La represa de Asuán en Egipto inundó miles de artefactos de la época de Nubia, y enterró varias civilizaciones africanas sin rastro. Egipto ha luchado siempre para negar su herencia africana (incluida la tecnología de la construcción de pirámides, y varios faraones negros que gobernaron Egipto).

      5 Posteriormente, el autor se encontró con otros tres evaluadores (cuyos comentarios nunca fueron remitidos a los autores). Uno de ellos le preguntó: “¿cuándo se va a publicar?».

      6 Será argumentado por el neoclasicismo que el “capital” producido por la contribución de maquinaria, instalaciones, equipos y otras herramientas de producción es, por lo tanto, “productivo”, y los propietarios merecen una parte del producto social. Este argumento ignora los orígenes históricos del capital (acumulaciones que se originaron en los primeros tiempos de trabajo). Después de todo, el capital no apareció por primera vez de la nada. Les costó mucho a los trabajadores hacer esos primeros telares / máquinas.

      7 Cabe señalar que, si bien la economía clásica ha triunfado sobre la economía neo-clásica “en teoría”, en la práctica de la mayoría de las escuelas de negocios y departamentos de economía, el neoclasicismo es el rey supremo. La explicación es más social que lógica: el triunfo de la ideología sobre la verdad.

      8 Los Debates de Cambridge han iniciado una nueva y sustancial literatura sobre teoría del capital que continúa hasta nuestros días, pero donde el sistema de Sraffa todavía ocupa un lugar preponderante en los intentos de hacer frente a una de las áreas más difíciles de la economía: La teoría del crecimiento. Cabe señalar que Keynes excluyó el problema del crecimiento con un índice en su teoría general que mantiene la mercancía del capital constante.

      9 Hoy, el Instituto de Examinadores de Fraude ofrecen las herramientas de auditoría de investigación del estado del arte, proponiendo la transformación de los números reales a porcentajes para aclarar la comparabilidad e identificar señales de alerta. Cabe destacar, pues, que este método fue adoptado, en este trabajo, unos 60 años antes de los examinadores de fraude entraran en escena.

      10 Para reiterar el punto anterior: las ‘máquinas’ (capital) deben su creación original a la mano de obra – ya sea en Escocia o Sierra Leona–. De cualquier manera, “capital”, en sí mismo, es un producto de (actualizado) mano de obra, no es de autogeneración.

      11 La diferencia entre el valor producido y el valor recibido (en salarios) representa la plusvalía (ganancia) extraídos por capital (istas) que se consume o se utiliza para crear más máquinas (capital). Por lo tanto, una vez más, el trabajo produce capital y reproduce el capitalista.

       Óscar Raúl Sandoval Zúñiga

       Introducción

      El presente texto se estructura a partir de la disputa que el orden financiero, en el marco de la financiarización, le plantea al cada vez más disminuido orden simbólico, acentuando así, los distanciamientos entre los seres humanos y la naturaleza. Seguidamente, se aborda de manera crítica la forma como una élite tecnocrática viene posicionando el discurso de la innovación financiera, en tanto instrumento útil para imponer su autoridad académica, con el fin de arrogarse ciertos privilegios direccionados a poder naturalizar discursos y prácticas funcionales a la reproducción del capital financiero. Finalmente, se analizan los modos en que la llamada contabilidad creativa ha inducido grandes estafas a escala global, contribuyendo a la erosión de la confianza pública. Estas líneas terminan con un llamado esperanzador, reflejado en la existencia de líneas de fuga que diversas comunidades emprenden como opciones frente al aparentemente inquebrantable poder de las grandes corporaciones, para enfrentar las perversidades agenciadas por los fundamentalistas del libre mercado.

      La presente reflexión pretende contribuir a desentrañar antropológicamente las dinámicas que circunscriben la actual crisis financiera global, la cual ha dado lugar a determinadas formas de representación propias de un entorno construido artificialmente por las tramas de la financiarización de la economía mundial, donde la “contabilidad creativa” emerge como uno más de los dispositivos estratégicos del capital financiero internacional. Nos enfrentamos ante una realidad signada por imágenes sociales resultantes de órdenes simbólicos dados, reflejo a su vez, de una cosmovisión racional y empírica mediada por el incesante influjo del mundo de las finanzas.

      Asistimos a la necesidad de comprender las distintas interacciones sobre las cuales se constituyen esos órdenes simbólicos, soportes desde donde los sujetos perciben su mundo. Antropológicamente, es necesario desentrañar los procesos de apropiación de la realidad, para dar cuenta no solamente de los sometimientos o adhesiones promovidos por el mundo de las finanzas, sino también de las transformaciones auspiciadas por este. Así las cosas, urge estudiar las formas de constitución y reconfiguración de esos órdenes simbólicos, para determinar de qué manera los “mercados” reconfiguran tales órdenes simbólicos.

       Orden simbólico y orden financiero

      No podemos perder de vista el carácter social del orden simbólico, mediante el cual los seres humanos agencian acercamientos o distanciamientos, tanto con sus congéneres como con la naturaleza o con la institucionalidad. Es en comunidad como se avanza en el conocimiento del mundo social. Es en la praxis cotidiana como se da la producción y reproducción del mundo.

      En la interacción social, los sujetos construyen una serie de categorías colectivas sobre la percepción del mundo cotidiano acerca de las costumbres, de los comportamientos o de los elementos circundantes. Estos pueden manifestarse de formas diferentes en espacios sociales o en sociedades similares, aunque ello no signifique la centralidad del individualismo. Aquí el condicionante está dado por el entorno social de referencia.

      Urge comprender la forma en que la actual crisis financiera entreteje nuevas formas de significación, expresadas en códigos convertidos en signos, incidiendo, a su vez, en el oscurecimiento de significados compartidos por los miembros de un grupo social que, tradicionalmente, han funcionado como eje central de la vida social. En ese orden de ideas, es imperativo develar la forma como los fenómenos asociados a hechos financieros inciden en la alteración del orden simbólico, reflejo quizá de un acto de sometimiento por parte de los seres humanos a los dictados del “mercado”.

      Asistimos a la pérdida del carácter sagrado de elementos importantes de la espiritualidad, de la cultura y de la naturaleza, sometidos a un intenso proceso de cosificación, el cual emerge, en tanto nuevo elemento del orden simbólico, inmolado en una especie de ritual sacrificial, gracias a la deificación de lo que ideólogos del capitalismo eufemísticamente designan como “el mercado”. En él, es imprescindible la mediación de una voluntad de poder, que hace posible a la matriz de poder dominante, moldear y configurar los escenarios propicios para someter diversos pueblos, culturas y naturalezas a su órbita de poder.