Todo lo anterior viene a representar el desplome de la confianza pública de la contabilidad y la contaduría. La carga instrumental que lleva la contabilidad financiera solo le va a servir para que ella sea sosegada y, a su vez, permita la manipulación y el engaño de los usuarios de la información contable. Es así como se construye la ambivalencia en la interpretación de los principios contables, cada vez más gobernados por la subjetividad que tiende hacia las formas de la especulación y la toxicidad financiera. Ante esta caótica situación, Sandoval invita a emprender una lucha contra la jerarquización y el orden impuesto por los saberes dominantes, así como a una insurrección de los saberes locales, para enfrentar las perversidades agenciadas por los fundamentos del libre mercado.
El tercer texto de esta primera parte, del profesor Per Forsberg, señala como punto de partida un aspecto fundamental para nuestro propósito de concebir de manera amplia la contabilidad. La investigación contable, dentro de la corriente principal influenciada por la visión neoliberal del desarrollo, ha estado alejada de la relación economía-sociedadcomunidad. Asimismo, plantea que la contabilidad ha diseñado desde allí sus estándares, construyendo una retórica ajustada a intereses capitalistas y promoviendo un estilo de vida individualista.
En sus planteamientos, Forsberg parte de concebir a la economía como un aspecto de la vida humana entrelazado a otros como la cultura, la religión o la política, es decir, la economía integrada. El autor propone que el estudio de la contabilidad de este tipo de economías, ancladas a la cultura y a las dinámicas colectivas o comunitarias en determinado territorio, demanda estrategias alternativas de investigación que incluyan los aspectos cualitativos de la realidad, tales como la historia de la contabilidad o los estudios de caso. Los relatos y las voces de los protagonistas de la organización de las economías integradas tienen la potencialidad de profundizar nuestra mirada de la contabilidad y de acercarnos a aspectos complejos e importantes de los procesos económicos y sociales.
Mediante la descripción sintetizada de dos de sus investigaciones, el autor logra ilustrar el papel que la contabilidad desempeña en el aseguramiento y el fortalecimiento del capital social en las economías integradas, donde los objetivos de control del capital y de atracción de empleados es vital. La primera investigación se refiere a la historia de la contabilidad de una fábrica textil en la Suecia del siglo XIX. La segunda aborda un estudio de caso etnográfico sobre la contabilidad de una compañía naviera de mediados del siglo XX, ubicada en la cosa oeste de Suecia.
A partir de los dos casos presentados, el autor plantea la necesidad de enriquecer el debate acerca de la contabilidad contemporánea, la cual se encuentra actualmente dominada por el proyecto neoliberal, despojada de su esencia, la cual debería estar más centrada en la rentabilidad operativa de los negocios que en la rentabilidad financiera. El proyecto neoliberal, pues, nos sugiere el autor, destruye el vínculo natural de la contabilidad con la comunidad y la convierte, de manera estandarizada, en parte esencial de su arquitectura funcional.
Sin duda alguna, la contribución del profesor Forsberg subraya para la comunidad contable la necesidad de estudiar la contabilidad de forma contextualizada, recurriendo a marcos teóricos de las ciencias sociales, para lograr comprender mejor su papel en una comunidad. Solo así podremos recuperar el rol de este saber en las economías integradas, aspecto que no se logra mediante el enfoque dominante de investigación, ni tampoco bajo el enfoque de un único juego global de normas contables. Todo lo contrario, se resalta la importancia de las metodologías cualitativas con estudios históricos y de caso, para fortalecer la investigación contable.
Los orígenes africanos de la civilización occidental: contabilidad africana1
Aida Sy
Introducción
Algunos arqueólogos en Sudáfrica han excavado el primer instrumento contable (de conteo) que data de hace unos 70.000 años. El hueso ocre de Blombos mostrado en la Figura 1 (Sy y Tinker, 2014) es una evidencia importante, porque es el primer registro que permite que la información se transmita a través del espacio y el tiempo. La importancia de este instrumento radica en que da cuenta de un proceso de coordinación y comunicación, es decir, los primeros pasos (en lo social) hacia el establecimiento de una comunidad, acción colectiva; acuerdos sociales y empatía con el otro.
Figura 1.Ocre de Blombos – Sudáfrica
Fuente: Original Rockart (s. f.) (izquierda); BBC (2003) (derecha).
La cueva de Blombos
A continuación, se cita una conversación entre un narrador de la British Broadcasting Corporation (BBC) y Christopher Henshilwood (del African Heritage Research Institute), que pone de relieve la importancia de este descubrimiento arqueológico2 (BBC Home, 2003, citado en Sy y Tinker, 2014, p. 32):
Narrador: ¿Cuál es la importancia de la evidencia que emerge desde África? Chris Henshilwood: Las pruebas emergentes de África (…) contradicen la idea antigua de que el comportamiento humano moderno tiene sus orígenes en Europa hace 40.000 años. El descubrimiento de la cueva de Blombos (…) y de otros hallazgos similares, muestran que el comportamiento simbólico debió haber comenzado en África, mucho antes. Chris Henshilwood: Este es el primer ejemplo de la capacidad humana para guardar algo fuera del cerebro humano (…) [un] mensaje de que alguien más es parte de ese mismo grupo. (…).
Narrador: (…) Henshilwood encontró una segunda losa de ocre con un patrón abstracto similar (...) escondido en la costa salvaje de Sudáfrica [en] una cueva [que está ahora] abandonada, pero que alguna vez estuvo llena de vida (…) decenas de miles de años atrás, [donde] algunos de nuestros primeros antepasados vivieron. Henshilwood: Me gusta pensar (que este es un) original de los Jardines del Edén.
El hueso de Ishango
Un segundo gran descubrimiento en África, que significa pasos importantes en los orígenes de las matemáticas, se hizo en la década de 1950. En ese momento, un hueso de 20.000 años de edad fue encontrado en un pequeño pueblo de pescadores africanos llamado Ishango, en la frontera entre Zaire y Uganda. Este hallazgo desafió la opinión general de que el estudio de las matemáticas tiene su origen en el antiguo Egipto y Babilonia. El descubrimiento de un hueso de animal pequeño en el que se han escrito marcas que – parece – sirven sirve para representar números (Sy y Tinker, 2014).
El hueso de Ishango ha sido objeto de intenso análisis y discusión académica, incluyendo la especialmente convocada conferencia en la Universidad de Bruselas (Zaslavsky, 1973; Brussels Museum for Natural Sciences, 2005)3. Por un tiempo, se pensó que el hueso era una herramienta de escritura. Mide 10 centímetros de largo, y en un extremo se inserta un trozo de cuarzo que se cree que es para grabado y tatuaje. Un examen más detallado revela una serie de muescas que van al lado del hueso, en tres columnas. Las muescas están agrupadas como se muestra a continuación (Sy y Tinker, 2014):
Figura 2.Hueso de Ishango
Fuente: Ta Neter Foundation (s. f.).
Ahora bien, los arqueólogos consideran que el hueso es mucho más que una herramienta de grabado o, inclusive, más que un tipo de registro, como los artefactos encontrados posteriormente por Schmandt-Besserat o anteriores al descubrimiento del Ocre Blombos.
El hueso se divide en filas que se muestran horizontalmente en la Figura 2. Tal y como indican