Huenun Ñamku. M. Inez Hilger. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: M. Inez Hilger
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789561427556
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por las Y´s. “Esto es como una reja”, dijo Huenun; “nosotros lo llamamos müko. Amarramos la trampa a algunas de las ramas cerca de la mitad del müko, de modo que quede en posición. Los peces vienen al müko, luego miran alrededor para encontrar otro camino para ir río abajo, y encuentran esta vía para entrar al llolle. Aquí salen nadando por X donde un hombre se para listo para agarrarlos. He hecho llolle y he pescado con ellos; pescamos con ellos en la noche. Como ustedes saben, los peces grandes vienen río abajo en camadas, dos o tres veces durante la noche”.

      Llolle, una trampa para peces.

      Huenun continuó diciendo que, antes de ir al río a pescar, cada hombre hace un colgador de peces para sí mismo. Él encuentra parra ligeramente rizada y toma tres pedazos de ella, cada una del largo de un brazo más o menos. Las amarra juntas usando una para hacer un nudo alrededor de la mitad. Huenun hizo el esquema de uno y dijo. “Un colgador de peces se ve así”. “En mapuche lo llamamos mauche challwa”. Ahora los hombres están listos para pescar. Todos caminan al río. Cada uno tiene su turno en el punto X del llolle. Cuando un pez aparece, el hombre en X lo agarra con sus manos, mete un extremo de la parra de su colgador de peces a través de las agallas, y empuja el pez hacia el nudo. La pesca es llevada al hogar agarrando el nudo. “No, no, ¡los peces no pueden deslizarse! ¿Cómo podrían? La parra está enroscada”.

      Mauche challwa, un colgador de peces.

      Las mujeres y los niños pescan menos peces vigorosos que los hombres, continuó explicando Huenun. Uno de los favoritos es el puyen [Galaxia maculatus], llamado upesh en mapudungun. Las mujeres pescan estos en una trampa larga parecida a un canasto llamada chiñe, que ellas tejen con la técnica usada al tejer un chaiwe, es decir, un colador casero que sirve como filtro y para escurrir. Mientras hacía el bosquejo del chiñe, él reparó: “Los upesh se encuentran en ciertos ríos pequeños y en arroyos. Estos vienen en camadas, son más bien dóciles. Uno puede ver sus espaldas a medida que vienen río abajo. Las mujeres saben dónde encontrarlos. Cuando las mujeres los ven venir, ellas caminan silenciosamente por el río. Muy pronto puedes ver a las mujeres persiguiéndolos de ida y vuelta, recogiendo los upesh con sus chiñe. Hace poco las vi pescar de esta manera en el arroyo en Baihuenta”.

      Huenun no había escuchado sobre anestesiar peces vertiendo decocciones de plantas específicas al río. Sin embargo, mi pregunta le recordó algo que las mujeres hacen y que logra tranquilizar a los peces o de lo contrario ponerlos en alerta —él no sabía cuál. Una mujer del grupo amarra una serpiente a una hebra fina de tendón de caballo y lo guía lentamente río arriba desde la boca misma del río; las otras mujeres también caminan río arriba al mismo paso que la mujer que lleva la serpiente, pero esta lo hace por la ribera del río. Huenun continuó: “Esa serpiente, parece que domestica a los peces, porque los peces que vienen corriente abajo se dan vuelta y se devuelven lentamente río arriba. Cuando llegan a un lugar poco profundo, con fondo arenoso se reúnen en camadas. Aquí las mujeres que están en la ribera pueden fácilmente verlos, en realidad, no tienen que buscarlos porque el wala [un pájaro de agua, no identificado] los ve antes y les avisa. El pájaro se para cerca de la camada y grita “waa-waa-waa-waa”. Las mujeres salen de la ribera del río sin hablar, caminan lenta y silenciosamente donde el wala indica que están los peces, y luego los recogen alegremente con sus chiñes”.

      Chiñe, una trampa para peces usada por las mujeres.

      Los hombres también prenden peces con arpón desde las riberas del río. Huenun había hecho un arpón ahuecando un larguero de colihue, con excepción de que este no tenía la extensión de una mano en su extremo. Él rebanó este extremo en mitades a lo largo, extendió las mitades e insertó dos aberturas de colihue adicionales del mismo largo entre ellos. Para mantener estas cuatro aberturas aparte, amarró secciones de parra fuerte retorcidas entre cada dos. Tal lanza se llama nülewe.

      Nülewe, un arpón para peces.

      Huenun pescó cinco tipos de peces en ríos andinos. Él nos dio sus nombres en mapudungun y nosotros los identificamos y clasificamos por sus nombres en castellano. Ellos son: lipügn [perca; Percichthys trucha], peliolo o peloilla [peladilla; Haplochiton taeniatus], kauke o remü [pejerry; Patagonia hatcheri o Atherinichthys argentinensis], upesh, y fosha. Fuimos incapaces de identificar el fosha. Huenun lo describió como un pez sin escamas, con pocos huesos y una cabeza grande que tenía dos cuernos suaves. Hizo un bosquejo del fosha, pero lo destruyó cuando no pudo decidir si los cuernos se volvían hacia adelante o hacia atrás. Él añadió: “Comemos fosha solo cuando la comida es escasa y otros peces no aparecen en nuestro camino. Cuando llegamos a esto, que ese pez no aparece más, sacrificamos la sangre de un cordero o una oveja en la ribera del río en el cual intentamos pescar. Matamos al animal y esparcimos su sangre hacia el cielo mientras decimos una oración de petición a Chau [Dios]”. Trató de dar una traducción exacta del rezo, pero se le hizo difícil. Dijo que era una oración pidiéndole a Dios que bendiga al pueblo con una captura de peces muy necesaria. La carne del cordero u oveja es llevada a casa por aquellos hombres del grupo que hicieron el sacrificio.

      Huenun continuó diciendo que los kauke están extintos. Él le echó la culpa al salmón canadiense que había estado almacenado en los lagos andinos estos últimos años. “Temo que estos salmones han devorado hasta el último de ellos”, dijo con pesar. “Incluso ahora ustedes pueden ver salmones nadando fuera de los lagos y de arriba abajo en nuestros arroyos buscando kauke”. Su preocupación por los peces nativos nos recordó la preocupación expresada por habitantes no-mapuche que también temían que pronto todos los peces nativos de los lagos andinos se extinguirían; todos los lagos están siendo poblados con peces foráneos porque la región de los lagos chilena se ha convertido en un paraíso para pescadores extranjeros. Huenun continuó: “Los kauke varían en sus tamaños: algunos tienen una extensión de dos manos de largo, algunos solo una. Los kauke son pescados en primavera. Los jóvenes hacen de la pesca de ellos un deporte —los pescan con la mano desde la ribera de los ríos. Cuando yo era un hombre joven, fuimos a un arroyo o río pequeño donde sabíamos que había kauke: fuimos allá después de la puesta de sol e hicimos una fogata en una de las riberas. Mientras la fogata se estaba encendiendo bien, cada uno de nosotros tomó varios tallos de colihue o varias ramas de maqui secas [Aristotelia macqui]. Pusimos el extremo de cada uno en el fuego, y tan pronto como estaban en llamas nos arrastramos por el agua, movimos el extremo ardiente sobre el borde del río unas pocas veces y luego los sostuvimos muy tranquilos ahí. Muy pronto varios peces llegaron nadando perezosamente hacia la luz para ver qué es lo que era. Cuando veíamos un kauke, nos metíamos silenciosamente en el agua, lo agarrábamos por debajo cerca de la cabeza y lo tirábamos dentro de nuestra walika. Cada hombre tenía una walika, que es un saco pequeño suspendido de su cuello por un tirante. Pero esos tiempos parecen haber desaparecido para siempre”, dijo Huenun un tanto triste.

      Era la hora del café. Francisca trajo té caliente hecho de hojas de frambuesas secas, un Kaffee-kuchen cubierto con huevos, azúcar cruda y algo de mermelada hecha de rosa mosqueta. Después del refrigerio, Huenun salió a hablar un poco a su caballo. Lo llevó a un lugar mejor para pastar y ahí lo amarró. Luego volvió y continuó diciendo: “Ahora les quiero contar cómo atrapamos animales salvajes, como el puma [Felis concolor], la mara [liebre patagónica; Dolichotis Patagonia], de hecho, a todos los animales de cuatro patas los atrapamos en un wachi. Cuando yo era joven, había muchos de estos animales cerca de aquí. Los wachi pueden ser de varios tamaños —el tamaño depende del animal que sea atrapado. Se necesitan tres hombres para instalar uno grande, que vendría siendo el tipo usado para un puma. Así es como uno de esos se instala. Luego él describió con la ayuda de gestos la instalación de un wachi. Es necesario un avellano [Gevuina avellana]) que sea de unas tres o cuatro extensiones de brazo de largo y tenga un diámetro cuatro veces la medida desde la punta del pulgar hasta el primer nudillo. Este es colocado