Huenun Ñamku. M. Inez Hilger. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: M. Inez Hilger
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789561427556
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de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR)

      Pontificia Universidad Católica de Chile

      Prólogo

      Por Margaret Mead

      El etnólogo ve a través de los ojos de otros y escucha de sus oídos. Para la recreación de un mundo, el etnólogo debe depender de aquellos que anhelan y puedan hablar vivamente y con precisión, especialmente cuando la vida de un pueblo está cambiando y las viejas costumbres están desapareciendo. Cada etnografía acabada es construida sobre esas conversaciones, como lo son las consignadas aquí. Pero, solo rara vez, al lector se le da más que una mirada rápida del proceso. Generalmente, el registro del intercambio cercano, personal y algunas veces frágil entre el etnólogo y el informante permanece oculto en viejos cuadernos de anotaciones, y solo el etnólogo mantiene esa memoria vívida del estilo personal del informante. Sin embargo, aquí, detrás de descripciones impersonales sobre cómo los peces son capturados o los enfermos son curados, subyace todo eso.

      La hermana Inez se preocupó tanto por presentar la declaración de Huenun Ñamku tal como él la dio, dividida como él la quiso dividir entre los momentos elegidos por él para presentarse, que nos deja también un informe sobre cómo ella misma trabaja —ponderando poco a poco las ideas de su informante, reservando su orgullo, hermanando su ritmo al de él, reprimiendo su curiosidad científica y excediendo su tiempo. Cuando el orgulloso Huenun se enoja al ser cuestionado por segunda vez acerca de algo, ella puede asegurarle a Margaret Mondloch, su sobrina asistente, que ellas serán capaces de hablar con otras personas más adelante. El ritmo de Huenun es un reflejo tan valioso de su cultura como lo son los detalles que él da sobre la vida mapuche.

      Sabiamente, como solo el etnólogo más experimentado puede, la hermana Inez también bosqueja el ambiente en el cual, día a día, ella trabajó con Huenun. Las montañas altas, la sala de clases, la presencia de Francisca Fraundorfner, su intérprete que conocía bien a Huenun y había enseñado a sus hijos, y el caballo de Huenun relinchando afuera —todo esto es parte de una estructura de vida que lentamente se expande hasta que, en el último de sus encuentros, tras cruzar los campos, pasando por sobre y debajo de cercos, llegan al hogar y la familia de Huenun—.

      Este es un registro invaluable, uno que permanecerá cuando desaparezca el último indio que conoció las maneras antiguas, y los hijos de nuestros hijos se pregunten cómo los etnólogos del siglo XX alguna vez descubrieron tanto.

      Museo Americano de Historia Natural

      Ciudad de Nueva York

      10 de marzo, 1966

      Agradecimientos

      Agradezco a E. Adamson Hoebel, Margaret Mead, Rhoda Metraux W. F. y Ruth Albright por leer el manuscrito de este libro, por sugerencias útiles y por incentivarme a publicarlo.

      Estoy también en deuda con mi asistente de campo, Margaret Mondloch, con nuestra intérprete, Francisca Fraundorfner, y las hermanas de la Estación de Misiones en Panguipulli por su afectuosa hospitalidad.

      A Huenun Ñamku, el informante cuyas conversaciones he registrado en este trabajo, le debo más que a todos.

      Debo agradecimientos especiales a la Fundación Wenner-Gren para Investigación Antropológica por una donación orientada a la publicación de este libro.

      Por ayuda financiera para realizar el estudio sobre los mapuche debo agradecer a la Fundación Wenner-Gren, la Sociedad Filosófica Americana (Fondos Penrose, Donaciones n. 805 y n. 1341), y a mi hermano, el difunto W.P. Hilger. Estoy especialmente agradecida de I.A. O’Shaughnessy de St. Paul, Minnesota, por una donación que ayudó a la publicación del estudio sobre mapuche Araucanian child life and its cultural background en Smithsonian Miscellaneous Collections, vol. 133.

      M. Inez Hilger

      St. Joseph, Minessota

      5 de marzo, 1966

      Introducción

      Este libro no es una biografía. No es un estudio en metodología etnográfica, aunque investigadores principiantes en etnografía pudiesen encontrar orientaciones útiles en él.

      Es un registro de costumbres mapuche como fueran relatadas por Huenun Ñamku, un viejo hombre mapuche en Chile. Conocimos a Huenun mientras estábamos haciendo un estudio etnográfico sobre la vida infantil de su pueblo. Él vivía en uno de los valles bajos de los Andes cerca de Panguipulli, una aldea predominantemente chilena en el lago Panguipulli.

      Durante nuestro estudio etnográfico, de los cincuenta y tres entrevistados en sus hogares principalmente, Huenun Ñamku fue un informante voluntario. Él, como muchos otros, era una persona interesada: quería un estudio verídico de su pueblo. Encontramos que él era un hombre que ejemplificaba los ideales de los mapuche; altamente inteligente, de integridad incuestionable, diligente, orgulloso, independiente, cortés, simpático y afectuoso.

      Mi asistente de campo, Margaret Mondloch, y yo veníamos de la zona costera chilena donde habíamos ocupado nuestro tiempo asignado entrevistando y observando. Ahora estábamos camino a Coñaripe, un valle en lo alto de los Andes, donde se nos había dicho que vivía uno de los grupos de mapuche menos aculturados. El camino a Coñaripe fue un viaje de ida y vuelta por los lagos Calafquén y Panguipulli, en uno de los barcos de transporte de madera que baja a Panguipulli desde campamentos madereros de los Andes. La navegación de regreso de estos barcos era de lo más impredecible. Esperamos en Panguipulli por tres semanas antes de que tuviésemos la oportunidad de viajar en uno de ellos.

      Fue durante estas tres semanas que Huenun Ñamku nos visitó en la Escuela Misional en Panguipulli para contarnos de las costumbres de su pueblo. Una de las profesoras de la Escuela Misional, Francisca Fraundorfner (nacida en Alemania), no fue solo nuestra anfitriona durante nuestra estadía, sino también nuestra intérprete. Huenun hablaba castellano mezclado con mapuche, un idioma comprendido muy bien por Francisca. Ella había enseñado a niños mapuche por muchos años, entre ellos a los hijos de Huenun.

      Como un estudio etnográfico, este informe es algo inusual porque Huenun fue un informante voluntario. Comúnmente, la información etnográfica se obtiene por medio de entrevistas, participación personal y observaciones que se hacen mientras se está viviendo con un pueblo. La conversación con Huenun consignada en este libro no se encuentra en el informe más largo y completo sobre nuestro trabajo de campo.5

      Nuestro método de investigación etnográfico es descrito en la introducción de mi Guía de campo para el estudio etnológico de la vida infantil.6 También se encuentra una descripción detallada de este en mi ensayo titulado “Un método de campo etnográfico” en Método y Perspectiva en Antropología.7

      Los mapuche son descendientes de un pueblo aborigen no conquistado. Ellos se opusieron a cada invasión de los incas (probablemente 1448-82) y resistieron exitosamente por siglos los intentos de conquista de los españoles y más tarde de los chilenos (1536-1883).

      Hoy, los mapuche en Chile viven principalmente en la zona costera y en los valles más elevados de los Andes, en las provincias de Cautín y Valdivia. La región se extiende entre los treinta y seis y cuarenta y dos grados latitud sur —el mayor número de familias vive entre los treinta y nueve y cuarenta grados. Este territorio se extiende desde Temuco al norte hasta Osorno por el sur; desde el océano Pacífico al oeste hasta la cuenca hidrográfica de los Andes por el este. Es una porción del hábitat precolombino de sus ancestros.

      El área ocupada por los mapuche en Argentina hoy no está bien definida. Los mapuche argentinos fueron perseguidos de una localidad a otra por los militares, como lo fueron los indios norteamericanos, y fueron finalmente subyugados por acción del gobierno. Hoy son un pueblo conquistado y dominado. Han perdido valores característicos de los mapuche chilenos y son mucho más aculturados que ellos.

      En los primeros años, había bastante comunicación entre los mapuche de ambos lados de la cordillera. Hoy en día se pueden recorrer las huellas utilizadas en ese entonces. Hoy esos senderos sirven también