Gobernanza china. Tyra Diez Ruiz. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Tyra Diez Ruiz
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9786078704293
Скачать книгу
una buena metáfora para expresar la firme determinación del Partido a la hora de rectificar sus acciones y luchar contra la corrupción.

      La historia de Lankao nos ofrece el ejemplo de Boxing, un oficial famoso por su intachable conducta. Sirvió sucesivamente como gobernador provincial en las prefecturas de Fujian y Jiangsu y llegó a ser ministro de Ritos del imperio. Con el objeto de declinar de una vez por todas los obsequios que le llegaban de todas las instancias, escribió un pequeño alegato titulado Edicto contra los obsequios, donde decía: «Aunque un grano de arroz o un hilo de seda son diminutos, no dejan de afectar a mi reputación e integridad. Aunque un céntimo o un penique no valen nada, son no obstante fruto del trabajo del pueblo. Tratar con magnanimidad al pueblo lo hará generoso; obtener el mínimo provecho de la gente me hará indigno. ¿Quién puede decir que esta es la forma ordinaria de relacionarse, si el sentido del honor se ve gravemente perjudicado? Si esto no es aprovecharse, ¿qué es?». Considero que esto puede servirnos de espejo donde mirarnos.

[Discurso en la Reunión Plenaria del Comité Permanente del Partido del condado de Lankao, provincia de Henan (18 de marzo de 2014).]

       Comentario

      Si hablamos de oficiales virtuosos de la dinastía Qing, hemos de recordar, aparte del famoso Cheng Long, a Zhang Boxing (1652-1725), originario de Lankao en Henan. Asumió sucesivamente los cargos de gobernador provincial en Fujian y Jiangsu hasta convertirse en ministro de Ritos. El mismo emperador Kangxi alabó su conducta, diciendo de él que «su servicio público es intachable, no hay nadie bajo el cielo tan honesto e íntegro como Boxing».

      Cuando era gobernador de Fujian, ante la avalancha de obsequios que se le presentaban, colgó su Edicto contra los obsequios tanto sobre las puertas de su residencia como en las de la oficina gubernamental, para que fuera por todos conocida su rechazo a tal práctica, y donde de forma concisa defendía: «Aunque un grano de arroz o un hilo de seda son diminutos, no dejan de afectar a mi reputación e integridad. Aunque un céntimo o un penique no valen nada, son no obstante fruto del trabajo del pueblo. Tratar con magnanimidad al pueblo lo hará generoso; obtener el mínimo provecho de la gente me hará indigno. ¿Quién puede decir que esta es la forma ordinaria de relacionarse, si el sentido del honor se ve gravemente perjudicado? Si esto no es aprovecharse, ¿qué es?». Al ver tal incisiva y oficial denuncia, los que venían con intención de obsequiar al gobernador se contenían y se marchaban avergonzados. La denuncia de Boxing se extendió como la pólvora por todo el imperio, convirtiéndose en la «ley de oro» de la integridad política.

      A pesar de su extraordinaria rectitud, su actuación durante una grave hambruna recibió críticas por parte de algunos sectores. Ante tal desastre, Zhang Boxing decretó el transporte de alimento y la manufactura de abrigo para asegurar la supervivencia de la gente, para lo cual incluso hizo construir un granero de abastecimiento provincial que, al ser criticado, defendió diciendo: «¿Qué es más importante, un granero o la vida humana?», con tal determinación y bondad que se ganó el favor y afecto del pueblo. Al abandonar su cargo como gobernador provincial en Jiangsu, las gentes de Yangzhou quisieron obsequiarle con frutas y verduras. Él volvió a declinar educadamente, a lo que la gente repuso: «Cuando eras gobernador tan solo aceptabas el agua de nuestro río, y ahora que te marchas ¡ni siquiera quieres recibir un aperitivo de nuestra parte!». Ante tales palabras, Zhang Boxing no tuvo más remedio que aceptar el detalle, pero solo tomó una col china y dos piezas de tofu, lo que significaba honestidad y transparencia.

      Lankao fue el enclave elegido por Xi Jinping para la segunda ronda del programa Educación y práctica de la línea de masas del Partido. En la reunión del Comité permanente del Partido del condado de Lankao, hizo referencia a la historia de Zhang Boxing para ilustrar que la escrupulosa observancia de la rectitud en asuntos aparentemente triviales es la primera línea de defensa contra la corrupción, y que un buen estilo de trabajo se establece precisamente a partir de pequeños hechos. Xi Jinping citó completo el Edicto contra los obsequios para exhortar a todos los dirigentes del Partido a recordar la profunda filosofía que encierra el cambio de lo cuantitativo a lo cualitativo, ya que «la mayoría de los elementos corruptos comienzan con la negligencia ante hechos menores o triviales que derivan progresivamente en un ambiente de vileza y degeneración».

      Esta es la razón por la cual enfatizó aquello de que el ejemplo de Zhang Boxing «podía servir de espejo donde mirarnos». Su texto refleja la importancia del uso correcto del poder y la severidad de la autodisciplina en el ejercicio de la función pública. También ilustra que las pérdidas y ganancias de la cultura clásica del buen gobierno, así como la tradición histórica contra la corrupción y por la honestidad, son una fuente valiosa de aprendizaje político para la actualidad. Xi Jinping acostumbra a contar historias de nuestra tradición política para diversas audiencias, citando anécdotas o ejemplos que tienen a la buena gobernanza como leitmotiv. Desde que asumió el cargo en 2013, el Politburó del Comité Central del PCCh ha abordado el estudio colectivo de aquellos modelos históricos que aporta nuestra tradición en cuanto a prácticas anticorrupción y de un gobierno limpio.

      Nuestro Partido goza del más amplio apoyo por parte del pueblo chino, ya que no hay otra fuerza política en la actualidad capaz de sustituir al PCCh. Las bases de nuestro gobierno son firmes, pero si la cuestión del estilo de trabajo no se soluciona bien y a tiempo, puede que nos topemos con la tragedia que acaeció en Adiós a mi concubina. Debemos por tanto ser conscientes del peligro.

[Discurso en la inspección e instrucción del Programa de Educación y Práctica en la Línea de Masas del Partido en la provincia de Hebei (11 y 12 de julio de 2013).]

       Comentario

      A finales de la dinastía Qin (221-206 a.C), Xiang Yu y su tío, Xiang Liang, levantaron un formidable ejército que consiguió derrotar al gobierno Qin en la batalla de Julu, poniendo fin a esta dinastía. Tras su victoria, Xiang Yu aprovechó su poder para dividir el territorio en 18 señoríos, lo que a ojos del pueblo le hizo parecer un héroe cuya fortaleza y dominio del arte marcial eran extraordinarios, conocido por su temeridad y por sembrar el pavor en grandes contiendas. Tras vencer en la batalla de Julu, se declaró «Tirano de Chu Occidental».

      Entonces, Xiang Yu quiso acabar con su principal rival y amenaza, el líder del ejército de los Han, Liu Bang. Aconsejado por Fan Zeng, lo invitaron a un banquete en Hongmen donde planeaban asesinarlo a la señal acordada, pero una vez allí, fue preso de una excesiva arrogancia y, envanecido por su poder, se dejó engatusar por los halagos y obsequios de Liu Bang, quien consiguió huir con vida. Al ver que lo dejaba escapar, Fan Zeng lleno de furia exclamó: «¡Este niñato no sirve ni para conspirar conmigo!», pero el tirano siguió mostrándose indiferente a sus consejos. Sucedió por fin que perdió todas las batallas frente a Liu Bang y, abatido, terminó cortándose la garganta a la edad de 31 años.

      En la Biografía de Xiang Yu de los Anales históricos de Sima Qian, se cuenta que cuando su tropas fueron derrotadas en las tierras de Gaixia, el tirano quiso despedirse de su querida concubina Yu, dedicándole la triste y famosa Canción del tirano: «Mi fuerza ¡ah! derribó montañas / Y mi voluntad ¡ah! dominó el mundo / Pero los tiempos estuvieron en contra / Y mi corcel no corría / No corría mi corcel, ¿dime, qué podía hacer / ¿Cómo podía soportarlo? / ¡Ah mi Yu! ¡Yu mía! / ¿Y qué será ahora de ti?». Dicen que quienes presenciaron la escena no pudieron contener sus lágrimas ante el trágico final de los amantes.

      Sima Qian comenta sobre Xiang Yu que «se vanagloriaba de sus éxitos militares, los cuales achacaba a su propia inteligencia y no a las enseñanzas de los antiguos», «no reconocía [sus errores] ni responsabilidad alguna [en su derrota]», y cuando la situación fue ya insalvable, clamó que «fue el Cielo quien me derrotó, y no ningún ejército de hombres», exonerándose a sí mismo como si la derrota perteneciese al reino de lo inevitable.

      Mao Zedong refirió esta historia en su poema El ejército popular de liberación toma Nanjing, donde alertaba