El resultado fue inmejorable, le gustó el talante de aquel joven despierto e inteligente que le recordaba mucho al de su padre de joven, en Argelia. Parecía no tener miedo a nada. Aunque no tenía claro su futuro, pensó.
—Mira, todo lo que vamos a hablar aquí será estrictamente confidencial. Si no te interesa, no le podrás decir a nadie nada de lo que hayamos hablado o pasarás muchos años en la cárcel acusado de alta traición. ¿Continuamos o prefieres dejarlo correr ya? —le dijo muy serio para que se diera cuenta de que no era un juego.
—Sí. De acuerdo, secreto de estado. Lo tendré en cuenta.
—Vamos a probarte —espetó—, hace unos años que se creó la DGSE, la Dirección General de Seguridad Exterior. Soy amigo íntimo de Jacques, al que recientemente han hecho director de esta sección. Se cuida de los agentes y operaciones que tengan que ver con la seguridad exterior de nuestro país. Reemplazó al Servicio de Documentación Exterior y Contra Espionaje (SDECE) que había anteriormente y necesitan regularmente gente nueva. Tendrás que presentarte en la sede del CAT19, en 141 Boulevard Mortier, que está en el 20° arrondissement. Voy a hablar con él para que te conozca y decida si le puedes interesar. Te llamará mi secretario y te dará la fecha y hora. Recuerda, no debes decir nada a nadie. Tu padre lo sabe muy bien. Nos veremos dentro de un tiempo. Recuerdos a tu madre.
Se despidieron y salieron a la calle de un París resplandeciente, daba la sensación de que el sol los saludaba y los felicitaba por el resultado de la entrevista.
—No cantes victoria aún, te veo muy satisfecho pero hasta que no tengas las entrevistas definitivas, no puedes pensar en haber ganado nada.
—Ya lo sé, papá, sin embargo, el primer paso es primordial. Del resto ya me ocuparé yo. Espero estar a la altura. Es lo primero para trabajar de ¡James Bond! —dijo riendo su propia gracia.
—No, si al final vas a tener razón y acabarás haciéndote agente secreto.
Le llamaron al cabo de unas semanas, tiempo que pasó con los nervios a flor de piel. Creía que ya no le llamarían a pesar de que su padre le decía con insistencia aquella frase de que “las cosas de palacio van despacio”.
—Tranquilo, te dijo que te llamarían y te van a llamar. Pero no te desesperes. Es el ímpetu de la juventud, tienes que aprender a ser paciente y mucho más en el mundo en el cual deberás trabajar si te escogen.
Mientras esperaba, mandó varios currículos para mirar de encontrar algún trabajo o hacer prácticas como becario en alguna empresa, sin embargo, no le hizo falta. Lo admitieron en la DGSE. Las pruebas físicas y psicotécnicas las pasó sin dificultad, los exámenes de idiomas también, su árabe era bueno pero tenía acento argelino que necesitaría modular. Tendría que hablar en los diferentes acentos de los países y regiones en los que debería trabajar y uno de ellos sería Marruecos.
Después de una temporada, ya era agente encubierto de la Dirección General de Seguridad Exterior. Últimamente varios atentados terroristas en el Líbano habían alertado a los servicios secretos mundiales y la yihad islámica estaba en los despachos de todas las centrales de información. Por su origen y dominio del árabe, fue encargado de los temas relacionados con el universo musulmán. Existía un expediente que llevaba más de cuatro lustros sin cerrar, proveniente de la anterior SDECE, pero hacía un tiempo uno de los pocos testigos que aún quedaban con vida fue hallado muerto y aunque oficialmente fuera proclamado como un accidente de tráfico, provocó la reapertura del caso. Su nombre era Ahmed Dlimi, en aquel momento era jefe de los ejércitos marroquíes en el Sáhara. Nadie se preocupó de investigarlo en todos aquellos años, no interesaba que se profundizara en él, por ello el dossier fue entregado al nuevo espía, para saber cómo se desenvolvería en el mundo de la investigación, conspiraciones, asesinatos y traiciones.
El expediente era el “Affaire Ben Barka” y el espía era Hasan Larbi.
15. Colaboradores argelinos con el gobierno francés durante la guerra de Argelia (1955-1962).
16. Escuela de preescolar, obligatoria en Francia.
17. La ciudad de París se divide en veinte arrondissements municipaux, es decir, distritos municipales.
18. Más tarde este sistema sería conocido como las “cloacas del sistema”.
19. El Centre Administratif des Tourelles (CAT) forma parte de la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE).
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