Camilo, un sanado herido. Consuelo Santamaría Repiso. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Consuelo Santamaría Repiso
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788428835183
Скачать книгу
Veamos un ejemplo.

      De los rasgos del primer apartado, Camilo es fundamentalmente imaginativo, creativo e innovador. Es capaz de soñar y hacer realidad su sueño. Su creatividad y originalidad se ven claramente en la manera de proponer el cuidado: «Cuidar como una madre cuida a su hijo enfermo», creatividad que se traduce en innovación de técnicas de aprendizaje concretas para enseñar a sus seguidores a cuidar a los enfermos, como el role-playing, el aprendizaje por modelado y el aprendizaje significativo, que con tanta destreza sabe transmitir. Esto no es más que una manera creativa, gráfica, sencilla y profunda a la vez de hacer un manual del cuidado.

      En lo referente al punto 2, podemos decir que Camilo no era precisamente amable en el trato; sin embargo, toda la rudeza de su relación y la exigencia a sí mismo y a los demás se tornaba amabilidad cuando estaba con los enfermos. Camilo era bondadoso y colaborador, no derrochaba simpatía, pero era capaz de perdonar. En este punto se podría decir que Camilo, en ocasiones, podría resultar a los ojos de los demás una persona desagradable y de difícil trato, pero esta actitud estaba asociada principalmente a su alta exigencia.

      A primera vista, Camilo no encaja globalmente en las características del grupo 3, ya que es un hombre rudo, exigente, rígido, riguroso a la hora de desarrollar sus creencias, estricto al exigir lo que él creía que tenía que hacerse y cabezota. No se ajustaría al rasgo de personalidad amable con la gente en general, pero lo que es innegable es que era entrañable, tierno, extremadamente sensible, cordial, afectuoso y «maternal» con los enfermos. Es como si tuviese una doble personalidad, la de líder exigente, severo y riguroso a la hora de defender y exigir los derechos de los enfermos, pudiendo llegar a ser brusco y de difícil trato, y la personalidad de siervo sumiso y apacible, dulce y suave, a la hora de estar con los enfermos.

      Las características del grupo 4 parecen estar hechas a la medida de Camilo. Todo el desastre de su juventud se torna en responsabilidad cuando encuentra su camino. Su autoexigencia se traduce en sistematicidad y capacidad organizativa, y, sobre todo, su personalidad tozuda y obstinada se transforma en una tenacidad que le lleva a alcanzar sus logros.

      Camilo también encaja con las cualidades de personalidad del grupo 5, ya que es evidente que es un personaje con una alta seguridad en sí mismo, seguridad que le viene de entender que hace lo que Dios le pide, y esa seguridad se traduce en resistencia personal, a pesar de sus heridas, no solo físicas, sino emocionales y sociales, originando un «equilibrio estable» en la consecución de sus objetivos.

      Cosmacini dice: «La mordaz pluma de Giovanni Papini lo describirá como un joven “fantasioso, desvergonzado y extravagante”, es decir, caprichoso, licencioso y un tanto excéntrico» (pp. 12-13).

      Si seguimos las teorías de Eysenck, podremos entender los rasgos de personalidad de Camilo. Para Eysenck, la personalidad tiene una serie de rasgos que se agrupan en tres dimensiones:

      - Extroversión frente a introversión, cuyos rasgos más significativos son la sociabilidad, actividad, asertividad, despreocupación, dominación y audacia.

      - Neurotismo frente a estabilidad emocional, con rasgos como ansiedad, depresión, sentimientos de culpa, tensión, baja autoestima, timidez y mal humor.

      - Psicotismo frente a control de impulsos, cuyos rasgos son, entre otros, agresividad, frialdad, egocentrismo, impulsividad, creatividad y dureza.

      Camilo también presenta rasgos de las tres categorías, como la actividad, vivacidad, asertividad, tensión, creatividad y dureza. Sin embargo, se va haciendo y va modulando su personalidad en función de los enfermos. Está más que probado científicamente que el ambiente influye en la personalidad, y especialmente los factores socioculturales, como demostraron Schultz y Schultz, y los diferentes escenarios ambientales por los que pasó Camilo ejercieron una influencia en él a lo largo de su vida.

      A modo de resumen podemos decir que los rasgos más significativos de la personalidad de Camilo y que son determinantes para convertirse en un sanador son: personaje buscador, vividor, intuitivo, cabezota, jugador, trabajador; lavaba, cosía, siempre buscando el bien de los enfermos más pobres y abandonados, disponible, impulsivo en sus años jóvenes ante la herida, que se rascaba sin control, y en su madurez, porque cuando siente un «impulso» interior lo persigue hasta el final. Creativo en lo relativo al cuidado de los enfermos, humilde y sensible.

      En el libro coordinado por Álvarez y Bermejo, Diez miradas sobre Camilo de Lelis, una de ellas la realiza el periodista Julián del Olmo, y dice de Camilo refiriéndose a su personalidad, después de hacerle una supuesta entrevista:

      La tarde cae y doy un paseo por las calles de Roma, pero mi mente y mi corazón siguen con Camilo. Lo veo enorme por dentro y por fuera. Temperamental y tierno al mismo tiempo. Pobre hasta el extremo con él y generoso con los demás. Hombre de Dios y de los hombres. Enfermo incurable y sanador de enfermos. Santo fuera del guion establecido, lo que, sin duda, le hace más admirable e imitable (p. 23).

      Para Dolores Aleixandre, Camilo es «una especie de “trotamundos” que recorrió un sinfín de lugares: Nápoles, Corfú, Palermo, Bolonia, Túnez, Pescara, Milán, Lombardía, Mantua, Nola, Padua, Génova, Florencia, Ferrara, Viterbo...» (ibid., p. 31).

      Una característica fundamental de la personalidad de Camilo es su espíritu aventurero. Este rasgo de su personalidad es apasionante. Implica una capacidad para asumir riesgos, inseguridades, compromisos difíciles y retos. Camilo no se queda quieto, busca, lucha, se alista en el ejército, prueba y da brillo a cada día con la novedad del qué pasará hoy.

      Camilo abandona su zona de confort, un rasgo del aventurero. Muchas veces, la autoconmiseración, el victimismo y el lamento constituyen zonas de confort, porque la persona alcanza unos beneficios secundarios que le son más cómodos que luchar por salir de su dolorosa realidad. Realmente, esto es un proceso complejo que se descubre en muchas personas cuando las acompañamos en su itinerario de crecimiento personal, pero esto no se da en Camilo, él no se victimiza, no se inmola en el fuego de la fragilidad. Camilo se lanza a la aventura de la vida sin miedo.

      La característica fundamental de esta realidad personal de Camilo es que siempre está en búsqueda. Su personalidad no es conformista, resignada o ingenua. Es un buscador sin tregua ni descanso, asume los riesgos y no hay límites que cerquen la aventura de su vida. Camilo es un aventurero y buscador en el mundo real, no se esconde en el plano de la fantasía, no sueña irrealidades, no fantasea con su futuro, lo que se propone lo hace, sin evadirse de las dificultades.

      El aventurero es creativo y tiene rasgos de artista, no en cuanto al arte, como se concibe generalmente, sino en cuanto a la estética. Se podría escribir un tratado sobre la estética del cuidado en san Camilo, y se podrían sintetizar los rasgos creativos de su personalidad vistos a través de su servicio.

      Yo imagino a Camilo reinventando el cuidado, explorando, observando, deduciendo, ingeniando cómo hacerlo mejor. Esto forma parte de su espíritu aventurero y buscador. Busca nuevas maneras, formas creativas, adecuación de espacios, estética funcional, experimentación continua para mejorar. Toda su energía puesta al servicio del cuidado para crear armonía en torno al enfermo.

      Como buen buscador, no gira en torno a su misión. Es admirable ver cómo encuentra significado en cada expresión emocional, en cada lamento de un enfermo, en cada palabra dicha a tiempo y a destiempo, y por ello planifica y construye nuevos códigos del cuidado desde su experiencia personal.

      El aventurero es generoso, desprendido, magnánimo y profundamente humano, porque no da lecciones, ni cosas, ni consejos, ni soluciones. Se da él mismo, se entrega en la aventura maravillosa de vivir con los demás, y especialmente con los que más sufren. Sabe muy bien hacia dónde se dirige su aventura y no cesa hasta alcanzar la cima.

      Camilo no tiene aventurillas, es un aventurero. Este espíritu aventurero y buscador se desarrolla a lo largo de su vida, como dice A. Brusco al relatar el itinerario espiritual de san Camilo y al hacer referencia a los primeros años de su vida, en que Camilo busca en la superficialidad de la vida hasta que por fin llega a bucear en el agua que sacia la sed:

      En