– Eso no será posible. ¡No sé dónde está! Solo sé que está vivo y muy bien escondido. Pedro Bucci me dirá dónde buscarlo si yo le garantizo que puedo arrebatarlo de la telaraña de la DEA, caso contrario... ¡a buscar la aguja en el pajar!
– ¡Eso es fácil! Le dices que ya tienes todo listo, te da el dato, ¡y le echamos el guante!
– Sabía que dirías eso…
– Veamos ahora la cuestión desde mi lado. Tengo la confianza de los narcotraficantes y de la DEA, ¡debo ser único en el mundo que duerme con las hadas y las brujas! Aunque muchas veces dudo que la DEA sea siempre una madriguera de hadas...
– Si le fallo a Bucci y atrapan a Frank. ¿Cómo quedo yo? ¡Como un traidor! Los traidores duran poco y sufren mucho. Además, como soy un mercenario de la DEA para asuntos de alto riesgo, no querrán perderme tan fácilmente. ¡Así que espero me asistan en esta misión!
– ¡Estás loco! El Comandante Parker no dejará fugarse a Frank por nada del mundo. En el momento que se entere interrumpe sus vacaciones, aunque esté disfrutando del estrecho de Magallanes en Tierra del Fuego. ¡Ese es para nosotros el cachalote blanco Moby–Dick, el “grosso pezzo” más grande de Norteamérica!
– ¡Pero está oficialmente muerto! Si somos astutos y la DEA hace como que no sabe que está vivito y escondido, y me permiten sacarlo, tendrán a un agente de la DEA en el interior de los narcos y adentro de la Mafia, ¡que al mismo tiempo le deberán una muy grande! Palabra de siciliano, dijo Frank cuando habló con Bussi. ¿Cuándo se dieron ese lujo?
Callaghan empezó a rascarse la nuca... – Eres más impredecible que el Comandante…
– Te daré otra noticia, compadre. Continuó Kevin. Estoy comprometido con Rocío. ¿Te acuerdas de la mexicana que me salvó la vida cuando Ocampo descubrió el Águila falsa?
– Cómo para olvidarme…
– Me casaré en Medellín, mis padrinos serán seguramente Pedro Bucci y su esposa Lourdes, me regalan la fiesta de bodas y su estancia de Medellín... ¡No voy a perderme todo eso por atrapar al pobre Frank! Replicó Kevin haciendo aspavientos, divirtiéndose a costa de la incredulidad de su colega.
– Si quieres más sorpresas te sigo contando...
Callaghan quedó con la boca abierta. No estaba seguro de que Kevin dijese la verdad o bromeara. Pero Kevin no solía bromear dentro del iglú.
– ¿Hablas en serio?
– ¡Tan en serio que ni yo mismo lo creo! Replicó el agente especial rascándose detrás de la oreja algo confundido.
– Tenía una cierta amistad con Pedro Bucci, pero parece que la muerte de su hijo lo afectó mucho. Probablemente por ese motivo mataron a Rafael sus antiguos socios, y como necesita algún apoyo para mantener su equilibrio emocional, me usa de “muleta psicológica”, con el sencillo artilugio de adoptarme espiritualmente como su propio hijo. Ahora reemplazo a Rafael en su mente, y ese servicio lo paga a su manera, nombrándome su medio heredero. ¡Todo lo que te dije pasó anoche! Aún no salgo de la sorpresa.
– Será necesario llamar al Comandante. Es una lástima, son las primeras vacaciones en más de tres años.
– No hace falta que venga, puedo hablar con él y a lo mejor decida lo más conveniente desde Ushuaia.
– ¿Es cierto que piensas casarte?
– Tan cierto que hasta vine con mi prometida para que conozca los famosos Estados Unidos de Norteamérica. Está durmiendo en la suite del Águila.
– Entonces, ¡todo lo que dices no solamente es cierto, sino inminente!
– Así resuelvo mis asuntos o así complico mi vida, ¡todo en instantes!
– Llamemos al Comandante. Dijo Callaghan.
– Intenta. Cuando uno está de vacaciones no lleva el teléfono colgando de la mochila.
– Pero el Comandante si lo llevaba...
– Puerto 804. Habla crucero K050. La nave X005 ha regresado a puerto y trajo novedades que debe comunicarle. Dijo Callaghan en los códigos de seguridad previos e identificatorios, entregando el teléfono con protección electrónica.
El Comandante sabría hacer lo mismo en el sur argentino.
– Comandante, dijo Kevin, el Sr. Pedro Bucci me pidió sacara de Norteamérica a Frank.
Un silencio en la línea hizo suponer que Parker no lo había escuchado. Pero sí lo hizo.
– ¿Estás seguro que Frank está vivo?
– Parece que sí. Llamó a Medellín solicitando ayuda para salir de aquí y llegar a Colombia.
– ¿Dónde está escondido?
– No lo sé. Me lo dirá cuando le confirme que puedo obtener la documentación y los medios para una fuga segura.
Otro largo silencio. – Esperen mi regreso. Salgo en el primer avión para Miami.
– Comandante, susurró Beck, pienso que no sería conveniente que yo aterrice en Miami luego de un par de meses ausente y con una misión urticante encargada por los narcos, y usted al día siguiente siga mis pasos desde el fin del mundo. Los colombianos no son tontos. El tema es embarazoso, pero quizás lo pueda resolver sin regresar. Sería lo más conveniente, al menos para mi salvaguardia.
– Es cierto, respondió Parker. Vas aprendiendo muy rápido. Dime lo que tú crees y las novedades más trascendentales.
– Lo que debemos definir es lo siguiente: ¿Qué nos conviene más? ¿Capturar a Frank, si es que podemos, o que yo lo saque con el soporte logístico de la DEA y me deba una grande? Recuerde que es siciliano, sería una deuda de honor. Lo que usted gane con su apresamiento ya lo sabrá. Ese punto lo desconozco.
– Pensemos qué pasaría si lo rescato. Primero: Confirmaría entre los narcos que no soy un infiltrado, aún lo dudan, y me lo repiten persistentemente. Segundo: tendríamos el conocimiento de lo que hacen los narcos y la Mafia norteamericana, ¡inclusive lo que piensan hacer! Tercero: A lo mejor podría pasar a ser un agente de los narcos y de la Mafia, que tenga el apoyo de la DEA. Eso daría informaciones imposibles de conocer por otros medios. Cuarto: En la parte negativa, podría ser que Frank intente activar el cartel de Medellín o el de Cali, aunque lo dudo. No es colombiano y Pedro Bucci no simpatiza con él como para apoyarlo hasta esos niveles. Y ciertamente no podrá regresar otra vez a Norteamérica.
– Desde el punto de vista práctico, está eliminado. Además, si conviene, la DEA puede aparentar descubrir que está en Colombia, y podría pedir su extradición.
– La síntesis de novedades son las siguientes. Primera: Tengo camaradería total con Pedro Bucci, no me pida que lo traicione, él tampoco lo hará. Pero nunca descarte que “es” un narco y que debemos desbaratar su organización. Segunda: Pienso casarme con Rocío Monterrey cuando regrese a Colombia. Está conmigo en Miami y duerme en la suite del Águila. Téngala en cuenta si tiene algún plan. Tiene pasta. Tercera: Pedro Bucci ofreció hacer la fiesta de bodas y nos regala la estancia de Medellín. Dice que ocupé el lugar de Rafael. Esa sería la síntesis de lo que pienso, y las novedades. Si usted quiere meditarlo, lo llamo mañana a esta misma hora.
– Correcto. Gracias Kevin. Hasta mañana. El uno y el otro estaban seguros que esa noche, el Comandante Parker no podría dormir.
Capítulo 4
Tierra del Fuego – Argentina
El Comandante John Parker, máxima autoridad de la DEA en el estado de Miami, descansaba junto a su esposa Luoise de las agotadoras tareas que demandó la Operación Anaconda. Buscó un lugar alejado y tranquilo, que le hiciese relegar