–CASIODORO [485-583] en su “Expositio Psalmorum” hace esta peculiar interpretación: «Cuando dice “sobre ellos hará llover” se refiere a las palabras de los predicadores, que descienden del cielo y son lluvia bendita que ablanda los corazones de aquellos que las escuchan y se arrepienten, haciendo que den fruto abundante (Juan 15:5); pero a los oídos de los impenitentes son cual “fuego, azufre y viento abrasador”, pues a pesar de que rehúsan escucharlas y las tratan con desdén, no pueden evitar que abrasen su conciencia».
103 Salmo 124:7.
104 Ver nota 101.
105 Término latino que significa “cubierto, tapado, envuelto, oculto”.
106 El nombre DIVES viene del latín “dives”, “rico”; y su equivalente español, Epulón, que deriva del adjetivo “opulento”. No existen en el texto bíblico como nombre propio, pero la tradición en la Edad Media (siglo XIV) aplicó esos nombres al hombre rico mencionado en la Parábola de “El Rico y Lázaro” de Lucas 16:19-31. En las afueras de Jerusalén existe todavía una casa que se conoce como “La Casa de Dives” o “Casa de Epulón”, aunque no hay base histórica ni arqueológica alguna para pensar que pueda tratarse de la casa original: suponiendo que hubiera existido realmente, pues se trata de una parábola, es más que probable que no hoy no siguiera en pie.
107 Lucas 16:25.
108 Génesis 19:24.
109 Salmo 16:5.
110 DÍDIMO EL CIEGO [313-398] en su “Fragmenta in Psalmos” compara el “cáliz de los impíos” con el “la copa de los justos”. Las Sagradas Escrituras utilizan el simbolismo de la “copa” o “cáliz” para expresar tanto maldiciones como bendiciones. Y así vemos como Isaías exclama: “Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su ira; porque el cáliz del aturdimiento bebiste hasta las heces” (Isaías 51:17); y Jeremías: “Porque así me dice Jehová, Dios de Israel: Toma de mi mano la copa del vino del furor, y da a beber de él a todas las naciones a las cuales yo te envío” (Jeremías 25:15). Y resulta evidente que este “cáliz” o “copa” simboliza el castigo que será derramado cuando esa copa alcance su plenitud: como sucedió con Sodoma y Gomorra (Génesis 19:24): fuego, azufre y viento impetuoso. […] Pero hay otra copa, la “copa de bendición”, la copa de los justos de la que nos habla el profeta en el Salmo 23 cuando dice: “mi copa está rebosando” (23:5), una copa que es la porción de nuestra herencia y sustenta nuestra suerte en lugares deleitosos (Salmo 16:5); una copa que beberemos un día hasta embriagarnos cuando veamos al Señor cara a cara: “Porque el Señor es justo, ama la justicia; y los rectos contemplarán su rostro” (11:7).
111 En algunos banquetes era también costumbre repartir primero el vino disponible entre los comensales escanciado de entrada en la copa o cáliz de cada invitado la porción que le correspondía beber, y que era denominada “la parte de su cáliz”; de la misma manera que la porción asignada a cada heredero de una herencia se llamaba “la parte de su heredad”. Así, cuando alguien quería referirse metafóricamente a los éxitos o males que alguien disfrutaba o padecía, solía decir “es la parte de su cáliz”. En el Salmo dieciséis se utilizan simultáneamente ambas figuras: “El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte” (Salmo 16:5). Un ejemplo de esta costumbre la tenemos en Génesis 43:34 “Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco veces mayor que cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y se alegraron con él”. Sin embargo algunos comentaristas, como es el caso de KRAUS ven en la expresión מְנָ֣ת כֹּוסָֽם mənāṯ kōwsām, “porción del cáliz” un sentido más sagrado y cultual ligado al de la “copa de salvación” del Salmo 116:13 o el “cáliz de la ira” de Isaías 51:17,22.
112 ¿Hasta dónde llegaba dentro del contexto histórico del Antiguo Testamento esta esperanza del salmista de “ver el rostro de Dios” que tan clara tenemos nosotros en las páginas den Nuevo Testamento (Mateo 5:8; 1 Corintios 3:18; 13:2; Hebreos 12:14; 1 Juan 3:2-3; Apocalipsis 22:4)?. SHÖKEL dice al respecto: «Hay que colocar esta frase en la línea que arranca de Jacob: “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma” (Génesis 32:30), sigue en la petición de Moisés: “Te ruego que me muestres tu gloria” (Éxodo 33:18-21), suena en este salmo y en el final del Salmo 17: “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; al despertar, me saciaré de tu semblante” (Salmo 17:15), y alcanza una expresión única y misteriosa leyendo Job 19:25-27: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver de nuevo a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no los de otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí”». Fuera del marco de la inspiración divina de la Escritura resulta absolutamente incomprensible.
113 La cita procede de la obra de WILLIAM SHAKESPEARE [1564-1616] en “Henry VIII”, “Enrique VIII”, Acto I, Escena II, en boca del Cardenal Wolsey dirigiéndose a Cromwell: “To silence envious tongues. Be just, and fear not: Let all the ends thou aim’st at, be thy country’s, Thy God’s, and truth’s; then if thou fall’st, O Cromwell, Thou fall’st a blessed martyr!”. Aunque también cabe la posibilidad de que al citarla Spurgeon tuviera en mente el poema de su contemporáneo HENRY ALFORD [1810-1871] que lleva ese título: “Be Just And Fear Not” y versa sobre el tema. La frase figura como lema en diversos escudos de armas.
114 Hemos utilizado aquí la traducción de la RVA (Reina Valera Antigua) porque es la que más se ajusta a la de la KJV que traduce: “his countenance doth behold the uprigh”, “su rostro contempla al hombre recto”, y sobre la cual Spurgeon basa su comentario. Probablemente tiene su origen en la versión griega de los LXX o Septuaginta que lee: ὅτι δίκαιος κύριος καί δικαιοσύνη ἀγαπάω εὐθύτης ὁράω ὁ πρόσωπον αὐτός, que la Vulgata traduce al latín como: “quoniam iustus Dominus, et iustitias dilexit aequitatem vidit vultus eius”, “Porque justo es el Señor y ha amado la justicia: su rostro ha mirado la equidad”. Pero el texto hebreo es suficientemente explícito: יָ֝שָׁ֗ר יֶחֱז֥וּ פָנֵֽימֹו yāšār yeḥĕzū p̄ānêmōw, y prácticamente ninguna de las traducciones actuales entiende que sea Dios quien contemple el rostro de los rectos, sino a la inversa: los rectos contemplarán el rostro de Dios.
115 Spurgeon hace aquí un juego de palabras con el término “countenance”, “rostro, semblante” prácticamente imposible de traducir al español: “We need never be out of countenance, for God countenances us”. Hemos hecho una traducción del sentido.
116 Salmo 15:2; 24:3-4; 51:6; 73:1; Proverbios 22:11; 2 Corintios 7:1; Hebreos 10:22; 12:14; Santiago 4:8
117 Mateo 5:15.
118 Lucas 17:5.
119 Hebreos 13:13.
120 Mateo 6:24; Lucas 16:13.
121 Santiago 4:7.
122 Salmo 46:7.
123 Romanos 12:2; Efesios 4:22-24.
SALMO 12
PENSAMIENTOS BUENOS EN TIEMPOS MALOS
Título y tema: Este Salmo lleva por título: “Al músico principal; sobre Seminit. 1 Salmo de David”, un título idéntico al del Salmo 6, con la excepción de que aquí se omite