Práctica de la danza. Liane Simmel. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Liane Simmel
Издательство: Bookwire
Серия: Danza
Жанр произведения: Изобразительное искусство, фотография
Год издания: 0
isbn: 9788499109060
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el músculo y el hueso o entre el músculo y un órgano próximo. La movilidad ilimitada de las fascias entre sí es la base de un buen movimiento. Las fascias de los diferentes músculos se comunican entre ellas formando una cadena. Estas cadenas fasciales son uno de los prototipos de las numerosas comunicaciones estructurales y funcionales que se establecen en todo el cuerpo.

       Contracción del músculo y movimientos menores

      Cuando el músculo se contrae, se acortan los sarcómeros del interior de las fibras musculares. Sin embargo, la longitud de cada cadena de proteínas permanece invariable. El acortamiento del sarcómero se debe al deslizamiento de las cadenas de actina y miosina unas sobre otras, por aproximación de los discos Z. Cuando una fibra muscular recibe la orden de contraerse, lo primero que hace es liberar calcio. El calcio genera toda una cascada de reacciones y, finalmente, la delgada cadena de actina se introduce entre la miosina más gruesa. Los discos Z se aproximan y el sarcómero se acorta. Aunque el acortamiento de cada sarcómero sea de tan solo unos micrómetros, la existencia de varios miles de sarcómeros consecutivos determina una clara modificación de la longitud del músculo. El músculo se contrae y se acorta. El calcio es uno de los principales responsables de ello.

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      Fig. 1.15: Contracción de un músculo. Las cadenas de actina y miosina se deslizan unas sobre otras y el sarcómero se acorta.

       Tipos de trabajo muscular: formas de desarrollo del movimiento

      Cada sarcómero y, en consecuencia, el músculo en su conjunto, se acortan hasta aproximadamente la mitad de su longitud durante la contracción. Cuantas más unidades motoras del músculo participen de la contracción, más se percibe la tensión muscular, incluso si la persona está desentrenada. Más difícil resulta, en cambio, percibir una tensión menor del músculo, una tensión elemental, que sustenta la postura y la estabilidad, pero que no limita la movilidad. Precisamente en la danza suele exigirse esta tensión elemental fina a la musculatura.

      Las contracciones del músculo repercuten de forma muy diferente sobre la tensión y la longitud musculares.

      Contracción dinámica: si la longitud del músculo cambia, se habla de contracción dinámica. En este contexto, el acortamiento del músculo se conoce como contracción concéntrica y su alargamiento como contracción excéntrica.

      • Durante una contracción concéntrica, el músculo se acorta; los dos extremos musculares se aproximan y acercan a los puntos de inserción muscular del hueso. Ejemplo: la contracción concéntrica del músculo cuádriceps del muslo acorta el músculo, estirando la rodilla.

      • En cambio, en la contracción excéntrica el músculo se alarga; los lugares de inserción muscular en el hueso se separan y el músculo frena el movimiento. Un ejemplo de ello lo constituye la contracción excéntrica del músculo cuádriceps del muslo al bajar escaleras. El músculo frena la flexión de la rodilla y, al mismo tiempo, se alarga.

      Contracción estática: si la longitud no varía y solo cambia la tensión muscular, se habla de contracción estática o isométrica.

      • Durante una contracción estática o isométrica, el músculo se tensa, sin que se reconozca ningún movimiento desde fuera. Como ejemplo puede citarse la contracción isométrica de la musculatura inferior del dorso cuando se mantiene la espalda recta.

       El músculo en movimiento

      Los lugares, en los que se afianza el músculo en el hueso, se designan, en general, como origen e inserción. El origen suele estar cerca del centro del cuerpo (proximal) y la inserción, se sitúa en la localización más alejada (distal). Las respectivas denominaciones funcionales corresponden al punto fijo y el punto móvil. El punto fijo suele equivaler al origen, y el móvil, a la inserción. Esta es una clasificación esquemática que varía según el movimiento. El ejemplo de la musculatura femoral posterior lo aclara: si se dobla la rodilla de la pierna libre, trabajan los músculos de la cara posterior del muslo. Estos tiran de la pierna hacia atrás y doblan así la rodilla. La pelvis, en este caso, es el origen del movimiento y, al mismo tiempo, el punto fijo de la musculatura, mientras que la inserción y, a la vez, el punto móvil, se sitúan en la rodilla. Lo contrario sucede en el plié: aquí también se dobla la rodilla, pero el muslo se acerca a la pierna y la pelvis tracciona hacia atrás. El punto fijo es ahora la inserción en la pierna y el punto móvil corresponde a la pelvis.

       El movimiento en su conjunto

      Es raro que un músculo se contraiga de forma aislada. En general, los músculos trabajan en grupo o de manera consecutiva. El movimiento se compone de cadenas musculares integrales. Cuando los músculos cooperan entre sí, cumplen diversas funciones según el movimiento: así, pueden actuar como agonistas, antagonistas, sinérgicos o estabilizadores.

      A continuación se comentan estos conceptos, tomando como modelo el estiramiento paralelo y posterior de la pierna:

      • El agonista es un músculo o grupo muscular que ejecuta claramente el movimiento deseado. En el ejemplo citado, el agonista es la musculatura posterior del muslo (isquiotibiales).

      • El antagonista es un músculo o grupo muscular que se opone al movimiento deseado y coordina, frena o incluso llega a impedir dicho acto. En nuestro ejemplo, los agonistas son los flexores de la cadera y el músculo recto femoral.

      • Se denomina sinèrgico al músculo o grupo muscular que da apoyo a los agonistas durante el movimiento. En el ejemplo señalado, el músculo glúteo mayor actúa como sinérgico.

      • El estabilizador es un músculo o grupo muscular que se contrae de forma isométrica para estabilizar una región corporal frente a las fuerzas de tracción de otros músculos o frente a la gravedad. En el caso señalado, el estabilizador es el músculo recto del abdomen, que se opone a la inclinación de la pelvis hacia delante. De esta manera, estabiliza la pelvis, como punto fijo para la acción de la musculatura posterior del muslo.

      Algunos músculos actúan como guía, al margen de su función dentro de la cadena muscular. Se trata, en general, de aquello cuya misión se centra menos en la ejecución de la fuerza y la estabilización y más en la orientación del movimiento y la coordinación fina. La mayoría de ellos se extienden, en sentido longitudinal y en una delgada capa, sobre varias articulaciones para ofrecer indicaciones diferenciadas y altamente coordinadas del sentido del movimiento. Estos músculos son responsables de la calidad del movimiento. El músculo sartorio del muslo constituye un prototipo de músculo guía. Largo y delgado, se extiende sobre la cadera y rodilla; genera poca fuerza, pero contribuye de manera decisiva a la coordinación: en la cadera flexiona y, al mismo tiempo, rota el muslo hacia fuera, mientras que, cuando se flexiona la rodilla, coordina la rotación interna de la pierna. De este modo fija el muslo a la parte inferior de la pierna y genera una unión tridimensional perfecta de la pierna (v. capítulo 5, pág. 119 y siguientes).

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      Fig. 1.16: Trabajo muscular para levantar la pierna de forma paralela y extendida hacia atrás.

      Simplificando mucho, cabe distinguir dos grandes tipos de fibras musculares:

      Fibra de tipo I: fibra roja, delgada y «lenta», también denominada fibra de contracción lenta. Este tipo de fibra se activa con un trabajo muscular de poca intensidad y larga duración.

      Fibra de tipo II: fibra blanca, gruesa y «rápida», también denominada fibra de contracción rápida. Se pone en marcha, sobre todo, con trabajo muscular rápido e intenso.

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