Las almas rotas. Patricia Gibney. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Patricia Gibney
Издательство: Bookwire
Серия: Lottie Parker
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788418216077
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desvencijado. Lottie se apoyó en el borde del sofá, y Kirby se hundió entre los harapientos cojines junto a ella.

      —Bien, ¿qué querían de mí? —inquirió Ryan.

      —Me temo que tenemos malas noticias, señor Slevin —dijo Lottie.

      —Llámeme Ryan. ¿Qué malas noticias? —El hombre se removió inquieto y se enderezó.

      —Está prometido con Fiona Heffernan, ¿es eso correcto?

      —¿Fiona? Sí, así es. ¿Le ha ocurrido algo?

      —Me temo que sí.

      —¿Un accidente de coche? Oh, Dios. —Hundió la cabeza entre las manos. Lottie ya no le veía la cara—. Fiona odia conducir con mal tiempo. ¿Se encuentra bien? —Se puso en pie de repente—. ¿Puedo verla? ¿Está en el hospital de Ragmullin?

      —Por favor, siéntese, Ryan. —Lottie detestaba esta parte del trabajo—. Las noticias son peores. Hemos encontrado a la señorita Heffernan esta tarde. Lamento decirle que ha fallecido.

      Ryan se sentó, con ojos interrogantes.

      —¿Qué? ¿Cómo? ¡Oh, Dios mío!

      —No ha sido un accidente de coche. —La inspectora se fijó en las expresiones cambiantes en el rostro del hombre. Confusión. Incredulidad. Horror. Parecía genuinamente consternado.

      —¿Qué? ¿Qué ha pasado? No puedo creerlo. Nos casábamos mañana. Esta es su segunda oportunidad de construir una buena vida, conmigo. Oh, Dios, no…

      Lottie estudió el abarrotado salón y se preguntó si era allí donde Ryan pretendía vivir con Fiona, pero era demasiado pronto para preguntas tan intrusivas. Tan solo necesitaba averiguar dónde había estado Ryan aquella tarde.

      —¿Está en condiciones de continuar? ¿Quiere que su hermana…?

      —No. No le diga nada a Zoe, por favor. Se lo contaré cuando se hayan marchado.

      —Ha mencionado que esta era la segunda oportunidad de Fiona. ¿Había estado casada antes? ¿Se había divorciado?

      —No, nada de eso. Estuvo varios años con un capullo de mierda; todavía estaban juntos cuando nos conocimos. Quedó muy herida después de esa «relación»… pero estábamos bien juntos. —Hizo una pausa y levantó la vista hacia Lottie—. Dígame, por favor, ¿qué le ha pasado?

      —Se ha encontrado su cuerpo hoy alrededor de las tres de la tarde. —Lottie pensó en la mejor manera de ordenar las palabras—. Parece que ella, em… se cayó del tejado de la abadía de Ballydoon.

      —Oh, Dios mío. Esto es terrible. —Ryan se pasó la mano por el pelo y luego por la barbilla cubierta de barba antes de apoyar los codos en las rodillas—. Espero que no haya sufrido.

      «Extrañas palabras», pensó Lottie. Intentaba con todas sus fuerzas comprender a Ryan Slevin.

      —Tendremos más información sobre lo que ha ocurrido después del examen post mortem.

      La mirada de Ryan la cogió desprevenida. Era penetrante y cualquier rastro de una sonrisa había desaparecido de sus ojos.

      —Ha mencionado el tejado. ¿Qué hacía allí arriba?

      —Todavía estamos estudiando los hechos.

      —Pero… —Fue como si de repente comprendiera, y un estallido de furia reemplazó la incredulidad—. ¿Piensan que saltó? No. De ninguna manera, Fiona no haría eso. Vamos a casarnos mañana, y adora a su pequeña. ¿Qué hay de Lily? ¿Se encuentra bien? ¿Quién cuida de ella?

      Lottie se volvió con el ceño fruncido, interrogante, y miró a Kirby. Este negó con la cabeza y alzó las cejas. Era la primera vez que oían que Fiona tenía una hija.

      —¿Fiona tiene una hija?

      —Sí, Lily —repitió Ryan.

      —¿Sabe dónde está? —preguntó Lottie con urgencia.

      Ryan se levantó de un salto, apretando un puño y golpeándolo contra la otra mano.

      —¿Me está diciendo que nadie ha ido a buscarla a su club extraescolar? Estará aterrorizada. —Sacó el teléfono del bolsillo y revisó furiosamente los mensajes y llamadas—. Nadie me ha llamado. Habrán intentado contactar con Fiona.

      —Cogimos su bolso y móvil de la taquilla. Están registrados como pruebas —intervino Kirby.

      —¿Y no visteis nada en el teléfono o en el bolso sobre su hija? —preguntó Lottie.

      —No, creo que no. —Kirby consultó su libreta.

      —¿Qué edad tiene Lily? —Lottie se volvió hacia Ryan, sentía cómo la ansiedad le oprimía los pulmones.

      —Tiene ocho años. Va a un club extraescolar cuando Fiona está en el trabajo. Oh, Dios, ¿no sabían que tenía una hija?

      —Ahora mismo nos encargamos. ¿Cómo se llama el club?

      —Little People. Está en Ragmullin.

      —Kirby, haz unas llamadas.

      Mientras el detective salía al recibidor con el móvil, Lottie se dirigió a Ryan.

      —¿Quién era la pareja de Fiona antes de que se conocieran?

      —Colin Kavanagh, y yo no lo llamaría una pareja. Esa palabra significa que hay amor de por medio, y no creo que esa emoción se encuentre en el vocabulario de ese hombre, menos aún en su corazón.

      —¿Dónde vive?

      —En una casa grande y vieja, una granja reformada, fuera del pueblo. Está cerca del lago. —Le dio la dirección.

      Lottie se preguntó si el hecho de que Fiona hubiera muerto vestida de novia era una declaración. ¿Tenía razón Boyd? ¿Era la manera de Fiona de decir a Ryan que ya no quería casarse con él? ¿Que suicidarse era mejor que la perspectiva de una vida a su lado? No, no tenía sentido. Las circunstancias le habían parecido sospechosas desde el principio y, ahora, la noticia de que Fiona era madre de una niña reafirmaba su teoría de que se trataba de un asesinato. En especial, después de que encontraran a Cara Dunne también con un vestido de novia. Esperaba que Lily estuviera bien. Probablemente, seguía en el club extraescolar. Miró hacia la puerta y oyó a Kirby, que hablaba por teléfono.

      Centró su atención en Ryan y dijo:

      —Lamento hacerle estas preguntas en un momento tan difícil. ¿Puede decirme dónde ha estado esta tarde?

      —¿Qué quiere decir?

      ¿Por qué la gente respondía las preguntas con más preguntas?

      —Es una cuestión rutinaria.

      —Pero ha dicho que Fiona saltó…

      —No, he dicho que parece que se cayó. La encontraron en el suelo. Tenemos que examinar todas las pruebas.

      —Lo que quiere decir es que podrían haberla empujado, ¿no es así? —Sin esperar la respuesta, el hombre levantó la mano—. Lo sé, lo sé. Hay que esperar al post mortem. Trabajo en el periódico, entiendo la jerga.

      —¿Dónde ha estado esta tarde?

      El hombre se desplomó de nuevo en la silla.

      —En el trabajo, en la oficina del Tribune. Trabajo de fotógrafo para el periódico.

      —¿Ha estado allí toda la tarde?

      —Sí. No. No lo recuerdo. Sé que he estado trabajando. He venido directo a casa. Tenía que cenar y luego escribir un pequeño discurso para mañana. Aunque ahora ya no hay mañana, ¿verdad?

      Cuando su cuerpo se derrumbó y los sollozos le desgarraron la garganta, Lottie dejó que tuviese un momento de dolor. Kirby regresó negando con la cabeza.

      —La