Así que por muy fruto que sea de la supuesta «propaganda de la monarquía asturiana del siglo IX», por mucho neogoticismo que se señale en ella, la idea de Spania es una sólida, tenaz y vieja idea. Sí, y por eso, san Isidoro, en el 626 y sin tener que esperar al siglo IX, si se me permite la ironía, y aun siendo el vástago de una familia hispanorromana que abandonó sus predios en la Cartaginense para mudarse a la Bética y poder seguir así bajo dominio godo, pudo cantar a Spania. Una Spania que para san Isidoro ya no solo era romana, sino también goda o, mejor dicho, hispanogoda. Una realidad que tiene su proyección jurídica en los códigos y leyes, hasta el compendiador y definitivo Liber Iudiciorum del rey Recesvinto, código promulgado en el año 654 y en los que un solo código de derecho servía ya para regir la vida y relaciones de todos sus súbditos, hispanorromanos y godos por igual. Fue este un paso revolucionario en una Europa occidental en la que por esos mismos años y durante mucho tiempo aún, cada pueblo (francos salios, francos ripuarios, burgundios, alamanes, galorromanos, bávaros, etc.) se regía por sus propias leyes pese a vivir todos juntos y bajo unos mismos monarcas, los merovingios.25
Pero como se me podría aducir que soy español y peco de nacionalismo, dejaré que sea un francés –también podría citar a un alemán o a un inglés– quien lo exprese de forma rotunda y clara: De fait, le regnum gothorum se confond désormais avec le regnum Hispaniae […] De cette fusion entre le regnum barbare et la grande province hispanique est née, la première en Europe, la nation d’Espagne, l’hispania.26
Aquella Spania, la del obispo hispanorromano Isidoro de Sevilla y la del godo rey Suintila, fue la primera España, la première en Europe y la España primigenia y común de la que surgirían las Españas musulmana y cristiana con sus múltiples ramas que, a la postre, volverían a sumarse en el siglo XVI.
Pero todo comenzó con los godos. Con su «Reino de Hispania» como escribía a finales del siglo VI el franco Gregorio de Tours. Aquí se contará la historia de ese reino y de los bárbaros que, surgiendo de las nieblas de las leyendas escandinavas como «hijos de un dios furioso» y tras merodear por toda Europa, terminaron por erigir un poderoso estado en el confín occidental del orbe romano: Spania. Es la suya una larga historia de sangre y batalla, de mudanza y quebranto, pero también de creación política y esplendor cultural. Es nuestra historia y merece ser contada.
Notas
1 San Isidoro, Historias, De laude Spaniae, 1-10, en Rodríguez Alonso, C., 1975.
2 San Isidoro, Historias, I, 63. Para la correcta datación del texto, véase Martín, J.C.: «La Crónica universal de Isidoro de Sevilla: circunstancias históricas e ideológicas de su composición y traducción de la misma», 199-239. Isidoro emprendió sus dos obras históricas, las Historias y la Crónica, en época y a demanda del rey Sisebuto y las terminó ambas en el quinto año del reinado de Suintila, entre el 625 y el 626.
3 Juan de Bíclaro, en Campos, J., 1960. Para la identificación del término «Spania» con el territorio peninsular del reino visigodo, véase, entre muchos ejemplos, Juan de Bíclaro año VII del emperador Justino y V de Leovigildo, 2; año II del emperador Tiberio y X de Leovigildo, 4. Para el uso de la designación «Reino de España» para denominar al reino visigodo: Juan de Bíclaro, año III del emperador Tiberio y XI de Leovigildo, 3. Y para «Reino de Galicia» como denominación del reino de los suevos, véase Juan de Bíclaro, año IV del emperador Justino y II de Leovigildo, 4 y año I del emperador Mauricio y XV de Leovigildo, 1. En general, el Regnum gothorum se consideraba compuesto por tres partes: el Reino de Hispania, el Reino de Gallaecia y la Galia. Pero en el IV Concilio de Toledo (633), se habla ya de «un solo reino» y se asiste claramente a la identificación del Reino de Gallaecia y el de Hispania en una sola identidad equiparable al Regnum gothorum.
4 Gregorio de Tours, Historias, VI, 40 y IX, 32, en Herrera Roldán, P., 2013.
5 Para el juramento que el rey prestaba a los pueblos de Hispania véanse Actas del XII Concilio de Toledo del 681, pp.381-389, en: Vives, J., 1963; Julián de Toledo, Historia Wambae regis, 4, en Velasco, T., 1981, tomo I, apéndice VI, 413-433 y Menéndez Pidal, R., 1991, t. III, vol. I, XLVII-XLVIII.
6 Liber Iudiciorum, IX.2 y IX.1, en Ramis Barceló, R., Ramis Guerra, P., 2015; Bronisch, A.P.: «El concepto de España en la historiografía visigoda y asturiana», 9-42. El autor desconoce, al parecer, que fue Juan de Bíclaro el primero en usar Spania como sinónimo de Regnum gothorum. Pero dejando ese detalle de lado, su trabajo es magnífico. Para el De laude Spaniae de san Isidoro de Sevilla y su influencia, véase Martínez Pina, J.: «San Isidoro de Sevilla. El origen de la tradición del De laus Hispaniae», 90-93.
7 Crónica mozárabe del 754, 80, en López Pereira, J.E., 1980.
8 Frochoso Sánchez, R.: «Las acuñaciones andalusíes en la primera mitad del s. VIII», 175-187; Ariza Armada, A.: «Los dinares bilingües de al-Ándalus y el Magreb», 137-152; García San Juan, A., 2013, 159-167; Manzano Moreno, E., 57.
9 Crónica mozárabe del 754, 79, 80 y 91.
10 Menéndez Pidal, R., 1992, t.VI, 434-436, 445-465 y 482-499.
11 Chronologia Regnum Gothorum, en Migne, J.P., 1850, vol. 83, col.1118.
12 Sanz Fuentes, M.J., 2005, 85.
13 Orosio, VII, 22.8, en Sánchez Salor, E., 1982.
14 Jerez Cabrero, E.: «El Chronicon mundo de Lucas de Tuy (h.1238). Técnicas compositivas y motivaciones ideológicas», 2006 [tesis doctoral].
15 Poema de Fernán González, 144-157, en Salvador Martínez, H. (ed.), 1991.
16 Alfonso X el Sabio, Crónica general de España, p. 311 B, en Menéndez Pidal, R., 1955.
17 Citado por D. Ramón Menéndez Pidal en su introducción de Menéndez Pidal, R., 1991, t.III, vol.I, XXXIX.
18 Pedro de Medina, Proemio segunda parte del Libro de Grandezas