¡Ey, las ideologías existen!. Mario Riorda. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mario Riorda
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789876911207
Скачать книгу
la valencia como un subcomponente de las políticas, dejando de lado para fines operativos la dimensión del posicionamiento relacional. Para su reconocimiento sí se tuvo en cuenta la forma en que se presenta una valencia, como componente único y diferente; sin embargo, se lee junto con los demás subcomponentes de políticas, a partir de un asunto sobre el que toma posición el candidato.

      Hay que tener en cuenta que, en términos del electorado, la valencia no divide el propio asunto sobre el que se posiciona, sino que le aplica valor –aunque si puede dividir al electorado tras esta acción si hay posturas o políticas concretas– al priorizarlo, otorgarle preferencia y enfocarlo respecto de qué manera entrarle al propio asunto o fin en cuestión.[6]

      Esa es la valencia, valor, o priorización sobre un asunto: otorga un elemento de diferenciación a quien lo explota, genera un reconocimiento o valía diferencial que se transforma en una asociación o intento de apropiación desde el partido o candidato, además de destacar su preeminencia temática en una campaña sobre un tema de alta repercusión y aceptación previa.

      2.2. La ubicación

      Esta variable contempla la ubicación del componente de políticas dentro del espectro de izquierda a derecha. Se suele decir que una ideología se aproxima más a la izquierda si, aun sabiendo que hay hombres iguales y desiguales, la toma de decisión se aproxima mucho más a pensar en derechos y deberes que los hagan más iguales que desiguales. Es decir que su foco de acción es la remoción de obstáculos que hacen a los hombres desiguales. Aun sosteniendo que hay muchas izquierdas, la idea emancipatoria las distingue a una derecha.

      Por el contrario, un partido ideológicamente más de derecha confiesa que las igualdades no pueden eliminarse, vale decir, hay inevitable diversidad, y que la tradición, el apego a la historia, es una base legitimante (Bobbio, 2001).[7] Pero salvo extremos, ni la izquierda plantea absurdamente que los hombres son –o deban ser– iguales en todo, ni la derecha propugna por más y más desigualdad. En todo caso esta última, plantea que muchas veces la compensación o la subsidiariedad son caminos para sostener una diferencia ya dada sin que se rompa un orden establecido.

      En la concepción de Bobbio (2011), esos términos son claramente antitéticos, contrastantes y sobre las que está dividido el pensamiento político y la acción política. Cuando se afirma esto, se dice que son excluyentes y exhaustivos, por lo que ninguna doctrina ideológica puede ser al mismo tiempo de izquierdas y de derechas.

      Cuando se habla de desigualdades (sociales o naturales) hay que comprender que ni la izquierda pueda y quiera eliminarlas todas –algunas veces sólo se pueden atenuarlas, corregirlas o a lo sumo no fomentarlas–, ni la derecha quiera conservarlas a todas aun reforzando ciertas diferencias (Bobbio, 2001: 141, 147). En una predomina una visión horizontal o igualitaria de la sociedad, y en la otra una visión vertical y no igualitaria.

      En estos extremos de derecha e izquierda, la igualdad es el elemento diferenciador, pero se puede conjugar que la diferencia entre una expresión moderada de una extremista es la conjugación con la igualdad. Así, en la extrema izquierda están los movimientos tanto igualitarios como autoritarios; en el centro izquierda, movimientos a la vez igualitarios y libertarios; en el centro derecha, movimientos libertarios pero no igualitarios; y finalmente en la extrema derecha, doctrinas y movimientos antiliberales y antiigualitarios (Bobbio, 2001: 160).

      También, en la distinción entre derecha e izquierda se suele plantear un centro, un tercero incluido que precisamente está en el medio pero que en sus matices no reduce las diferencias entre aquéllas (Bobbio, 2001: 54). En algunos sistemas políticos, este centro incluido llega a ser tan grande que ocupa la parte más exorbitante del sistema, relegando a los márgenes a la izquierda y la derecha, no afectando en absoluto a la antítesis propuesta. Así, permite distinguir entre un centro más cercano a la izquierda (centro izquierda) o más cercano a la derecha (centro derecha), según sea el nivel de moderación o radicalización. Ello presupone que siempre puede quedar un centro indiviso, llamado “centro centro” (ídem: 55).

      Pero distinto del centro incluido, está el centro incluyente. Si el centro incluido busca un espacio entre dos opuestos y contradictorios, el tercer incluyente se erige como una síntesis superior que los trasciende, que anula las diferencias entre izquierda y derecha mediante una tercera solución. En la visión contemporánea, este modo se presenta en las terceras vías, no como tercero entre, sino como tercero más allá. El tercero incluido intenta expulsar las diferencias con matices, el tercero incluyente se nutre de ellas. Sin embargo, estos esquemas, como respuestas a crisis de los modos más puros, suelen transformarse en intenciones como modo de salvar lo que queda de una posición original, atrayendo a ésta, y por tanto neutralizando, la posición contraria (Bobbio, 2001: 56-58).

      Otro motivo que suele esgrimirse es que hay nuevos hechos, nuevos problemas políticos y movimientos que no entran en el esquema tradicional de la contraposición ideológica y que, por ende, las ideologías han perdido gran parte de su valor descriptivo. Esta sensación, ni se ubica como un centro en el medio (tercero incluido), ni como un centro sintético (tercero incluyente), sino como un eje transversal que desautoriza o atenúa la díada izquierda derecha. Sin embargo, con el pasar del tiempo, se observa que estos hechos –como puede ser la irrupción de los verdes–, luego son tomados por cada partido desde posturas de izquierda o de derecha (Bobbio, 2001: 59-60).

      Asimismo, tanto la izquierda como la derecha tienen un significado descriptivo, como valorativo. Lo valorativo, desde posturas antitéticas implica que las posturas de uno, connotan negativamente la postura del otro. Malos y buenos pueden estar de un lado o del otro, dependiendo de donde venga el juicio (Bobbio, 2001: 96-97, 104-105).

      En cambio, las posturas descriptivas son las que pueden variar con el tiempo; o también muchos temas pueden tener variaciones respecto a su postura, según se sea de izquierda o de derecha, ya que existen laxistas y rigoristas dentro de cada posición ideológica. Ello lleva a pensar que no necesariamente hay una única izquierda ni una única derecha, lo que implica volver a afirmar, una vez más, que hay una distinción entre derecha e izquierda (Bobbio, 2001).

      Por ejemplo, el concepto de igualdad debe ser considerado de modo relativo, no absoluto, en tanto hay por lo menos tres variables para tener en cuenta: a) los sujetos entre los cuales repartir bienes o gravámenes –todos, muchos, pocos–; b) los bienes o gravámenes a repartir –derechos, ventajas, facilidades económicas–; y también c) el criterio por el cual repartirlos –necesidad, clase, capacidad, esfuerzo– (Bobbio, 2001: 134-135).

      Lo que sí tienen en común, tanto la izquierda como la derecha en sus versiones extremas, es que ambas son antidemocráticas (Bobbio, 2001: 77).

      Determinar si unos usos discursivos son de derechas o de izquierdas no es el objetivo de este análisis. Con todo, nos sirven algunos criterios para tomar esa decisión, sólo con el fin de poder afirmar que sí existe una posición ideológica asumida, independientemente de cuál sea.

      De este modo, siguiendo a Dino Cofrancesco (1990), podemos reconocer unos valores instrumentales que permiten ver la diferencia entre izquierda y derecha: libertad versus autoridad, bienestar común frente a desarrollo individual, etc., son algunos de ellos.

      Así, son ideas de la izquierda la liberación del hombre de poderes injustos y opresivos, mientras que la idea de tradición es central en la derecha, vista como arquetipo, como asunción ideal de una época axial o decisiva en la historia de la humanidad, como fidelidad a la nación, como memoria histórica, como comunidad de destino, como conciencia de la complejidad de lo real. Mientras, la idea de emancipación es característica de la izquierda (Cofrancesco, 1990). En Latinoamérica, además, la derecha se asocia a la experiencia de autoridad, y en algunos casos a conservadurismo en lo económico y en los roles militares. En lo económico, la derecha manifiesta posiciones pro mercado, mientras que la izquierda desarrolla políticas económicas centradas en las manos del Estado. A su vez, posturas de democracia liberal e institucionalista son propias de la derecha, mientras que posturas populistas, como también democracias plebiscitarias, suelen ser de izquierda.

      Cómo hacer operativo el reconocimiento